jueves, 23 de abril de 2015

Allan Simonsen “El prodigioso extremo de Vejle”

El único Balón de Oro de origen danés hasta la fecha, lo consiguió en el año 1977 tras superar en una ajustadísima votación a Kevin Keegan y Michel Platini. Por entonces era uno de los líderes del gran Borussia Mönchengladbach que maravilló con su fútbol tanto en Alemania como en el continente europeo. Además también jugó en el F.C. Barcelona, en el Charlton inglés y el Vejle Boldklub de su país. Nacido el 15 de Diciembre de 1952 en Vejle (Dinamarca), se desempeñaba como extremo izquierda. Futbolista diestro, de corta estatura y muy rápido y habilidoso, jugaba a banda cambiada y podía desbordar por cualquiera de los dos lados. Se le conoció con el apelativo de “La Pulga”.

En su etapa en el Gladbach
Empezó a jugar al fútbol en su localidad natal y muy pequeño entró a formar parte del Vejle FC, hasta que en 1963 con 11 años se marchó al gran equipo de la ciudad, el Vejle Boldklub. Su debut con el primer equipo tuvo lugar con 19 años en un choque frente al Karlskoga FF donde además logra marcar. Su rendimiento desde el inicio es magnífico y se convierte en uno de los fijos del plantel e ídolo de la hinchada. En dos temporadas en el Vejle Boldklub consigue dos Campeonatos daneses (1971 y 1972), una Copa (en 1972 con una diana suya en la final) y hace su estreno en la Copa de Europa, aunque su recorrido es corto al caer en la primera ronda frente al Anderlecht. Por entonces ya había llamado la atención de varios clubes europeos que se interesaron en sus servicios. Uno de ellos fue el Borussia Mönchengladbach dirigido por Hennes Weisweiler que le había visto años atrás en un torneo juvenil. Finalmente fichó por el club alemán en el que coincidiría con su compatriota Jensen y donde formaría parte de la etapa más dorada de la historia de la entidad.
Los primeros meses en Alemania son difíciles y complicados, no entiende los métodos de Weisweiler y apenas entra en sus planes. Incluso en el periodo estival de 1974 está cerca de irse al Hamburgo aunque acaba quedándose con “Los Potros”. Pero a raíz de esta oferta su situación cambia y en la campaña 1974-1975 ayuda con sus tantos (18 en Liga y 10 en la Copa de la UEFA) a los triunfos en la Bundesliga y la UEFA. En la final del torneo europeo además firma un doblete en el choque de vuelta en el que apabullan al Twente por 1-5. El dominio del ‘Gladbach’ sobre el Bayern de Munich en Alemania se confirmó con dos entorchados ligueros más de forma consecutiva en 1976 y 1977. Eran tiempos donde Simonsen compartía vestuario con Vogts, Bonhof, Stielike o Heynckes. En la Copa de Europa estuvieron cerca de levantar la ‘Orejona’ pero el Liverpool les derrotó en la final de 1977. El extremo batió a Clemence y puso las tablas en el marcador pero posteriormente dos goles ‘reds’ confirmaron el triunfo inglés. Su última campaña con “Los Potros” tuvo un final feliz al marcharse con otro título bajo el brazo. El Borussia participó en la Copa de la UEFA y tras deshacerse de equipos como el Benfica o el Manchester City llegó a la final. Allí el contrincante fue el Estrella Roja que solo claudicó en el Rheinstadion tras un gol de penalti de Simonsen que dio el trofeo al club teutón.
En el verano de 1979 el F.C. Barcelona buscaba un sustituto para el tulipán Johan Neeskens y le hizo una oferta que aceptó encantado. Allí se encontró con Rifé en la parcela técnica y Migueli, Asensi, Rexach o Carrasco en la plantilla. Debutó en Liga en La Romareda frente al Zaragoza y además lo hizo con un tanto salvador para los blaugranas que evitó la derrota en suelo maño. En su primera temporada hizo un total de 14 goles (10 en Liga, siendo el mejor artillero del plantel) pero el F.C. Barcelona no cuajó un buen año. Fue en el curso 1980-1981 cuando estrenó su palmarés en la entidad culé. La competición del KO salvó la campaña para un Barça que se impuso en la final celebrada en el Vicente Calderón al Sporting de Gijón. Su último curso en la Ciudad Condal fue en 1981-1982. Firmó 11 dianas en Liga y el conjunto entrenado por Lattek peleó el título con la Real Sociedad hasta el final, cuando un empate en casa ante el Betis supuso el alirón de los donostiarras.
Sin embargo la temporada no acabó sin triunfos puesto que se conquistó la Recopa. Después de haber eliminado al Dukla de Praga, Lokomotiv de Leipzig o el Tottenham se vieron las caras en la final con el Standard de Lieja. Los belgas se adelantaron pronto pero Simonsen hizo la igualada justo antes del descanso. En la segunda mitad Quini batió a Preud´homme y el Barça levantó el título en su estadio. La trayectoria de Simonsen como culé terminaría poco después al fichar el presidente Núñez a Maradona. El astro argentino ocupaba plaza de extranjero y el sacrificado fue el extremo danés que decidió hacer las maletas destino el Charlton Athletic de la Segunda División.
En Inglaterra no le fueron muy bien las cosas y tras problemas con el pago de su salario abandonó la disciplina del cuadro londinense para regresar a su país. Volvió al equipo de sus orígenes el Vejle Boldklub donde permanecería hasta 1989. Ganó una Liga más en 1984 y con 36 años y después de sufrir una grave lesión se retiró de los terrenos de juego.


Dinamarca 1983
B. Mönchengladbach 1975
F.C. Barcelona 1981

Con la Selección danesa fue internacional en 55 ocasiones, marcando un total de 20 dianas. Debutó muy joven, con apenas 19 años en un amistoso frente a Islandia. El encuentro se celebró en Reykjavik y el extremo anotó dos tantos en la clara victoria de su país por 2-5. Su primer gran evento futbolístico llegó sólo unos meses después cuando participó en los Juegos Olímpicos de Munich. Dinamarca se clasificó tras eliminar a Rumania y en el torneo olímpico compartió grupo con Hungría, Irán y Brasil. En la primera fase no fue de la partida en ningún choque aunque esto cambió en el segundo grupo donde se enfrentaron a Polonia, Marruecos y la URSS. Titular en todos ellos no pudo ayudar a que Dinamarca alcanzase las medallas al finalizar en tercera posición con tres puntos.
Los siguientes objetivos del combinado danés fueron acudir a la Eurocopa de 1976 y el Mundial de Argentina de 1978 pero Simonsen y sus compañeros no lograron el pase. Realizó algunos buenos encuentros como frente a Chipre en Limassol en 1976 o contra Polonia en casa donde batió a Tomaszewski, pero Dinamarca acabó sucumbiendo en las liguillas ante España y los polacos. La llegada de los años 80 no mejoró la situación y tampoco consiguieron clasificarse para la Eurocopa de Italia. Se habían incorporado otras jóvenes promesas como Soren Lerby, Frank Arnesen o Elkjaer Larsen pero la cita transalpina les quedó aún un poco pronto. El nivel fue subiendo y ya para el Mundial de España compitieron muy bien ante potencias como la ‘azzurra’ y el conjunto ‘plavi’.
En 1983 dio comienzo la calificación para la Eurocopa de Francia del año siguiente donde Dinamarca sería una de las 8 selecciones participantes. Simonsen que ya contaba con 31 años lideró a su equipo a la obtención de una plaza con cuatro tantos muy importantes. Uno de ellos además significó el primer triunfo contra Inglaterra en Wembley al transformar una pena máxima frente a Peter Shilton. En territorio francés el sorteo les deparó como rivales a los anfitriones, Bélgica y Yugoslavia. Sin embargo el torneo de Simonsen se acabaría muy pronto. En el once inicial en el estreno ante los ‘bleus’ una grave lesión le apartó del resto del campeonato. Dinamarca pese a caer por 1-0 se clasificó para semis pero no a la final puesto que España les derrotó en la tanda de penaltis.
Dos años después entró en la lista de Sepp Piontek para el Mundial de México 1986 aunque sólo jugase en un duelo de la fase de clasificación. Allí apenas contó con la confianza del técnico alemán y los únicos minutos que dispuso en el césped fueron frente a Alemania Occidental en la liguilla de la primera fase. Dinamarca cuajó un buen torneo y llegó hasta octavos de final, donde se cruzaron con Butragueño y España que les mandaron de nuevo de vuelta a casa. El extremo de Vejle se despidió del equipo nacional tres meses después en un amistoso contra los teutones en Copenhague que finalizó 0-2 a favor de Alemania Occidental.

Su primera experiencia en los banquillos fue en su tierra natal en el Vejle Boldklub desde 1991 a 1994. En ese período el equipo que militaba en Primera División descendió a la categoría de plata del fútbol danés. A continuación aceptó una oferta de la Federación de Fútbol de las Islas Feroe y dirigió a la selección un total de siete años.

Ya en el siglo XXI tomó las riendas de otro combinado nacional, el de Luxemburgo desde el año 2001 hasta el 2004. Desde entonces sólo ha entrenado unos meses en 2013 al FC Fredericia, donde también ha ejercido como Manager General de la entidad.

sábado, 18 de abril de 2015

Imre Schlosser "El gol en la sangre"

El primer gran goleador de la historia del fútbol, en siete ocasiones fue el máximo artillero del Campeonato húngaro (1909, 1910, 1911, 1912, 1913, 1914, 1917) y en cuatro oportunidades también lo fue del viejo continente (1911, 1912, 1913, 1914). Además abrió el camino para otros brillantes goleadores magiares del siglo XX como Jozsef Takacs II, György Sárosi, Gyula Zsengellér, Ferenc Deák o Ferenc Puskás. Nacido el 11 de octubre de 1889 en Budapest (Imperio austrohúngaro) se desempeñaba como delantero centro. Futbolista de gran técnica, inteligencia, astucia y garra, era un rematador excelso con ambas piernas y la cabeza y su eficacia de cara a gol era demoledora. Se le conoció con el apelativo de "Slózi".

Comenzó a jugar de pequeño en las filas del Remény FC desde los 12 años hasta los 16 en 1905. A continuación fichó por el Ferencváros en el que pronto estalló como un jugador extraordinario. En su primera temporada firmó 16 dianas y levantó el título de Liga tras superar el cuadro capitalino al Magyar MAC en la tabla clasificatoria.
En el curso siguiente el Ferencváros no logró revalidar el trofeo del año anterior pero a partir de 1909 agrandó su dominio en la élite del balompié húngaro. En un plantel donde además de Schlosser estaban jugadores como su cuñado el portero Fritz Alajos o los internacionales húngaros Zoltán Blum, Borbás, Sándor Bródy, Mihály Pataki y Gyula Rumbold se obtuvieron cinco Campeonatos de Liga consecutivos después de mostrar gran superioridad respecto al MAC, el Budapest TC, MTK o Nemzeti SC. Además en 1913 se logró también el doblete al derrotar en la final de Copa por 2-1 al Budapest AK con una diana de Schlosser. Fueron temporadas en las que el delantero dejó registros asombrosos como los 33 tantos que anotó en el curso 1908-1909, los 34 de la campaña 191-1912 o los 39 conseguidos en la 1910-1911 y 1912-1913.
Sin embargo una agria discusión con la directiva del club hizo tomar la decisión a Schlosser de dejar la entidad verdiblanca en 1915. Para mayor disgusto de los dirigentes y de la afición su destino le llevó al MTK, el gran rival por entonces. En 1916, con la I Guerra Mundial en plena ebullición, regresó la competición liguera al fútbol húngaro después de un par de torneos que aunque se disputaron no fueron considerados oficiales. La llegada al MTK dio un enorme impulso a un equipo en el que formaban parte de la plantilla futbolistas como Vilmos Kertész, los hermanos Konrád, Jenó y Kálmán, György Orth, Alfréd Schaffer o Gyula Feldmann.
Durante seis temporadas sólo hubo un conjunto en la Liga y no fue otro que el MTK que añadió a su palmarés seis títulos domésticos (1917-1922) con el Ferencváros y el Ujpest incapaces de hacerles sombra. "Slózi" hizo lo que mejor sabía hacer que era marcar goles y aunque a partir de 1919 sus guarismos descendieron, en las dos campañas anteriores obtuvo 38 (1916-1917) y 41 dianas (1917-1918), el mejor número de toda su carrera. Al término del curso 1921-1922 y después de jugar nueve partidos y marcar un tanto decidió retirarse de los terrenos de juego. Se había enfundado la elástica del MTK de forma oficial en 125 ocasiones y logró perforar la red contraria en 141 oportunidades, con una excelente media de 1,13 goles por partido.
Pero no fue su retiro definitivo puesto que tres años después volvió a calzarse los borceguíes en el Wiener AC austriaco. Allí consiguió seis goles en 17 encuentros y en 1926 retornó al Ferencváros para iniciar una segunda etapa. Schlosser tenía 37 años y la mayoría de la hinchada pensaba que estaba acabado, sin embargo sorprendió a todos y cuajó una temporada espectacular. 13 tantos en 17 partidos fueron una inestimable ayuda para que las Águilas verdes conquistasen el doblete de Liga y Copa en 1926-1927 por primera vez en la historia de la institución. 
Tras concluir la temporada se despidió para siempre del Ferencváros con unas estadísticas de 197 partidos y 295 dianas y firmó por el Budai 33 Budapest donde tras jugar nueve choques y un gol se despidió para siempre de los terrenos de juego.
Su récord de 361 tantos en la Liga de su país permaneció inalterable hasta que Gyula Zsengellér lo batió casi dos décadas más tarde. Posteriormente Ferenc Szusza superó a ambos y en la actualidad Schlosser tiene el tercer mejor registro de goles en la competición doméstica húngara.


Ferencváros 1927
Hungría 1912
MTK 1920

Con la Selección húngara fue internacional en 68 ocasiones marcando un total de 59 dianas. En aquella época supuso un récord alcanzar esa cifra de partidos y de goles y conseguirlo además en un periodo de 21 años (1906-1927), siendo hasta la fecha el futbolista que más tiempo ha jugado en el equipo nacional. Debutó el 7 de octubre de 1906 en un amistoso frente a Bohemia en Praga que concluyó empate a cuatro tantos. No se estrenó con gol aunque no tuvo que esperar mucho puesto que en su segundo partido con Hungría anotó una diana en la victoria por 3-1 contra Austria el 4 de noviembre del mismo año.
Por entonces apenas había competiciones oficiales y la mayoría de choques que disputó Schlosser fueron de carácter amistoso. En los siguientes años Hungría se enfrentó con lo más granado del panorama europeo y conjugaron enormes triunfos con derrotas estrepitosas. En Budapest se lograron victorias espectaculares como ante Bohemia por 5-2 en 1908 con doblete del ariete, Italia por 6-1 en 1910 con otros dos goles de Schlosser o Suiza por un aplastante 9-0 en 1911 en una tarde en la que el delantero aquineo obtuvo su récord de tantos con Hungría al marcar seis. Además lejos de su país el combinado magiar se impuso a Austria en Viena por 3-4 con hat-trick de "Slózi", 0-3 a Francia en Paris de nuevo con un triplete suyo, 0-1 a Italia en Milán o 1-4 a Alemania en Munich con dos dianas del sensacional artillero.
Sin embargo si hubo un ogro en aquellos tiempos para Hungría fue el equipo inglés. Los inventores del fútbol que tenían en sus filas a Vivian Woodward, Fred Pentland, Sam Hardy, Bob Crompton o Billy Wedlock doblegaron a los magiares en Budapest de manera holgada en 1908 y 1909. Primero ganaron por 0-7 y en el segundo duelo triunfaron por 2-8 pese a los goles locales de Meszaros y Schlosser. Otras duras derrotas pero menos abultadas se produjeron contra Austria en 1910 y 1911 y Suiza también en 1911.
En 1912 Hungría acudió a los Juegos Olímpicos de Estocolmo y Schlosser fue incluido en la convocatoria de Ede Herczog junto a otros fabulosos jugadores magiares de la época como Gyula Bíró, Gáspár Borbás, Béla Sebestyén y Gyula Rumbold. En el debut les esperaba Reino Unido y la historia de los años anteriores se volvió a repetir. Los británicos apabullaron a Hungría por 7-0 y la enviaron directamente al torneo de consolación. En dicha competición el equipo se rehizo y acabó por ganar el torneo. En semifinales derrotaron a los alemanes por 1-3, los tres goles obra de Schlosser y en la final en el estadio de Estocolmo calcaron el tanteo ante Austria aunque "Slózi" sólo logró batir en una ocasión al arquero Kaltenbrunner.
Tras los Juegos Olímpicos prosiguieron la ristra de amistosos y Hungría confirmó su gran nivel en el continente europeo. Coleccionaron victimas como Rusia a la que se impusieron por 0-9 y 0-12, Austria que estuvo varios años sin vencerles, Suecia o Francia y Schlosser lideró al equipo en la faceta goleadora con siete dianas a los rusos o tres a austriacos y suecos. En plena I Guerra Mundial también se disputaron estos encuentros, aunque casi siempre el rival de Hungría fue su vecina Austria. El delantero por entonces del MTK acudió al combinado nacional con asiduidad hasta el año 1921 en que jugó frente a Polonia en Budapest.
Sin embargo tras cinco años de ausencia y cuando nadie esperaba su regreso volvió a enfundarse la zamarra magiar en tres partidos más. En 1926 con Schlosser en el once los magiares doblegaron a Checoslovaquia y Suecia y en 1927 en el último partido de la carrera internacional del magnífico punta se perdió con claridad ante el cuadro austriaco en el estadio Hohe Warte de la capital vienesa.

Su experiencia como técnico no fue muy amplia aunque entrenó a varios equipos durante la década de los 20. Primero se sentó en el banquillo del Vívó és Atlétikai Club húngaro y en 1923 recibió una gran propuesta del IFK Norrköping sueco que aceptó. Un año más tarde emprendió camino hacia Polonia para tomar las riendas del Wisla de Cracovia y a mediados de los años 20 entrenó a los juveniles del Wiener AC mientras él jugaba con el primer equipo. Luego también tuvo una breve etapa en el Brigittenauer AC austriaco y en 1928 regresó al Wisla de Cracovia donde concluyó su labor como entrenador unos meses más tarde.

Tuvo un hijo también futbolista de nombre Solymosi Norbert que llegó a jugar en el BSZKRT y el Nagyváradi AC.

Falleció a los 69 años de edad el 19 de julio de 1959 en Budapest y fue enterrado en el cementerio de Farkasréti.

sábado, 11 de abril de 2015

Dimitris Domazos "El General ateniense"

Puntal del Panathinaikos dirigido por Puskas que llegó a la final de la Copa de Europa del año 71, está considerado además uno de los mejores jugadores griegos de toda la historia. Nacido el 22 de enero de 1942 en Atenas (Grecia), se desempeñaba como mediapunta o segundo delantero. Futbolista con el centro de gravedad bajo, destacaba por su agilidad, desborde, excelente técnica y brillante visión de juego. Se le conoció con el apodo de "El General" por la influencia que tenía sobre el resto de compañeros en el campo.

Empezó a jugar al fútbol desde los 11 años en el Amina Abelokipon, un modesto equipo cuya sede estaba cerca del estadio Apostolos Nikolaidis. En 1959 con 17 años el Panathinaikos se fijó en él y le contrató tras pagar 9.000 dracmas y adelantarse al Olympiakos en su fichaje. Pronto debutó en el primer equipo y el conjunto griego que por entonces únicamente había ganado tres títulos de Liga pasó a dominar el balompié heleno.
Domazos desde muy joven lideró al Panathinaikos y en su primera temporada ya pudo alzar la competición doméstica, después de tener que jugar un desempate con el AEK de Atenas al que derrotaron por 2-1. A partir de ese éxito el equipo del trébol encadenó cuatro Ligas más en los siguientes cinco años en una etapa en la que figuraban en el plantel hombres como Kostas Linoxilakis, Andreas Papaemmanouil, Vangelis Panakis, Giorgos Andreou o Loris Theofanis  y por el banquillo pasaron entrenadores de la categoría de Antonis Migiakis, el inglés Harry Game o el yugoslavo Bobek.
Tras un breve impás de sequía en el curso 65-66 volvieron los títulos con el primer trofeo copero para Domazos en 1967, al imponerse en la gran final al Panionios por 1-0. La temporada posterior alcanzaron por primera vez en la historia del club un doblete de Liga y Copa en una de las mejores campañas de Domazos en el aspecto goleador con 9 dianas.
El conjunto ateniense era un habitual de la Copa de Europa aunque hasta la fecha no había logrado pasar de la primera ronda. Sin embargo tras ganar la Liga en la temporada 69-70 con Puskas en el banquillo, el equipo subió varios escalones y se convirtió en la gran sorpresa de la competición europea en 1971. En la primera ronda pasaron sin problemas ante el Jeunesse Esch por un global de 1-7 y en la segunda apearon al Slovan de Bratislava con Domazos marcando en la ida en Atenas. En cuartos la cosa se complicó con el Everton de Alan Ball al que se impusieron por un parcial de 1-1 gracias al valor doble de los goles en campo contrario. En semis les esperó el Estrella Roja que en Belgrado les apabulló  por un claro 4-1. Pero en la vuelta con un Apostolos Nikolaidis lleno el Panathinaikos remontó por 3-0 de la mano de Domazos, Antoniadis, Kamaras y un inspirado guardameta Konstantinou. En la final el rival fue el Ajax de Cruyff y Neeskens que les venció con suficiencia por 2-0 en Wembley. Los neerlandeses meses después declinaron participar en la Copa Intercontinental y el cuadro verde se enfrentó con Nacional aunque finalmente cayeron a doble partido por 2-3.
En 1972 el legendario mediapunta amplió su palmarés con su octava Liga a título individual tras una dura pugna con el Olympiakos aunque después de este triunfo el cuadro verde inició una 'operación renove' en la plantilla. Se marcharon jugadores importantes como Filakouris, Kamaras, Mitropoulos, Sourpis, Tomaras o Ikonomopoulos y llegó savia nueva como Juan Verón, Livathinos, Óscar Álvarez, Borivoje Đorđević y Kizas, además del excelente mister polaco Kazimierz Górski. El Panathinaikos estuvo casi un lustro sin ganar nada hasta que conquistaron otro doblete de Liga y Copa en la temporada 76-77 y la Copa de los Alpes al año siguiente. En la Liga aventajaron en dos puntos al eterno rival, mientras que en la Copa doblegaron en la final al PAOK por 2-1 y en la Copa de los Alpes se deshicieron del Budocnost, el Vllaznia Shkodër y el Slavia de Sofia.
Con 36 años en 1978 Domazos dejó la entidad por problemas con el técnico Górski y firmó por el AEK de Atenas. En el conjunto amarillo y negro con Andreas Stamatiadis en el parcela técnica y con Thomas Mavros, Christos Ardizoglou, Nikos Christidis o el yugoslavo Dušan Bajević como socios también saboreó las mieles del éxito con una nueva Liga en 1979, la última y la décima de su excelente curriculum. Sin embargo su corazón le impidió retirarse en un equipo que no fuese el Panathinaikos y con el inicio de los años 80 regresó a casa. Apenas disputó 12 partidos y al término de la campaña colgó definitivamente las botas. Para la historia del club del trébol dejó unas formidables estadísticas de 510 encuentros y 134 tantos entre los dos periodos en los que estuvo en la institución.


Grecia 1969
Panathinaikos 1971


















Con la selección helena fue internacional en 50 ocasiones con un total de cuatro dianas en su haber. Hizo su debut en un amistoso frente a Dinamarca el 2 de diciembre de 1959, donde el conjunto griego dirigido por el francés Paul Barron cayó frente a los daneses por 1-3. Su estreno en un duelo oficial tuvo que esperar un par de años cuando Grecia participó en la fase de clasificación para la Eurocopa de 1964. Domazos jugó ante Irlanda del Norte en Belfast y Alemania Occidental en Augsburgo pero sendas derrotas alejaron al equipo nacional de lograr un billete para el torneo.
Su primer gol en la selección tuvo lugar en 1963 en un amistoso contra Chipre que sirvió como preparación para la calificación del Mundial de Inglaterra que estaba a punto de comenzar. Sin embargo aquella diana lograda de penalti no sirvió para ganar el encuentro puesto que los chipriotas vencieron en casa por 3-1. En su camino para la Copa del Mundo Grecia compartió el grupo 7 de clasificación con la URSS, Gales y Dinamarca. Domazos ya era un fijo para los técnicos Petropoulos y Magiras y disputó cinco de los seis partidos. El equipo empezó muy bien con dos victorias en Atenas ante Dinamarca y Gales que les permitió liderar la tabla. Pero a continuación tres derrotas consecutivas frente a Gales y en los dos choques contra la URSS (en Moscú Domazos no actuó) les alejaron definitivamente del Mundial. Restaba una única visita a Copenhague en la que sacaron un empate para finalizar en tercera posición del grupo a un punto de Gales y a cinco de los soviéticos que acudieron a Inglaterra.
A finales de los 60 la columna vertebral del Panathinaikos también lo fue del combinado heleno. Domazos compartió vestuario en la selección con Ikonomopoulos, Loukanidis, Bellis, Kamaras o Eleftherakis pero Grecia no obtuvo premio ni para la Eurocopa de 1968 ni para el Mundial de México 1970. En la calificación para la competición europea de nuevo se toparon con una potente URSS que únicamente cedió dos puntos. Grecia a su nivel compitió muy bien y sumó dos victorias frente a Finlandia y Austria y un empate contra los finlandeses en Helsinki. Por su parte en la clasificación para el torneo azteca se quedaron a un sólo punto de hacer historia. Tuvieron rivales de peso como Rumania, Suiza y Portugal pero alcanzaron los siete puntos y fueron el equipo más goleador. Domazos se perdió por lesión los choques en su país ante Portugal y Rumania pero estuvo presente en el empate contra los lusos en Oporto con Eusebio como capitán, en el apabullante triunfo contra Suiza por 4-1 o en la igualada frente a Rumania en Bucarest donde anotó el gol heleno.
En la década de los 70 el papel de Grecia bajó muchos enteros y aunque Domazos acudió con frecuencia a la selección casi todo fueron sinsabores. Desde 1970 a 1977 vistió la camiseta del combinado nacional en 25 ocasiones y la mayoría de veces se marchó a casa sin conocer la victoria, tanto en partidos amistosos como oficiales. Muy pronto quedaron descolgados para optar al pase en los Mundiales de 1974 y 1978 y la Eurocopa de 1972 y sólo en la fase de clasificación para la Euro de 1976 tuvo una buena actuación al quedar a dos puntos de Alemania Occidental. En aquel periodo si hubo un par de alegrías en dos amistosos del año 1972 y 1974. En el primero Grecia consiguió doblegar por primera vez a Italia, al ganarles por 2-1 en El Pireo con un gran partido de Domazos, Antoniadis y Pomonis. En el segundo los helenos viajaron a Brasil para enfrentarse a la verde-amarela en Maracaná. Los brasileños que alinearon a Leao, Rivelino, Jairzinho, Luiz Pereira o Clodoaldo no pudieron imponerse a una selección griega donde además de Domazos destacaban Antoniadis, Sarafis, Synetopoulos o Eleftherakis.
El mítico mediapunta se despidió del equipo nacional en 1980 en un homenaje que le tributaron con Australia como adversario. El encuentro disputado en la capital Atenas concluyó empate a tres y uno de los tantos llevó la rúbrica de Domazos.

En su vida posterior al fútbol ha sido un hombre de negocios y en ocasiones ha escrito artículos de opinión en varios medios deportivos griegos.

En 2004 fue uno de los encargados de transportar la antorcha olímpica en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Atenas.