domingo, 29 de marzo de 2015

Alfredo Di Stéfano "El futbolista total"


La figura de Alfredo di Stéfano quedará ligada para la eternidad al balompié como uno de los grandes del deporte rey. Sin su presencia el fútbol moderno y la historia del Real Madrid serían muy distintas a lo que conocemos actualmente. Nacido el 4 de Julio de 1926 en Barracas, un barrio de Buenos Aires (Argentina), fue un jugador completísimo. Delantero rápido, hábil, muy inteligente y con gran capacidad de trabajo, era un auténtico ‘killer’ como demuestran las cifras goleadoras que mantuvo durante toda su carrera. Podía robar un balón en su área y en la misma jugada llegar al marco contrario y conseguir un tanto. Se le conoció como la “Saeta Rubia”, apodo que le puso el periodista argentino Roberto Neuberger por la velocidad que tenía y por su cabello rubio.

Con la camiseta del Real Madrid
Sus primeros pasos con un balón en los pies los dio en dos equipos de barrio, el Once y Venceremos e Imán, hasta que con 18 años pasa una prueba con River Plate y se queda en el equipo bonaerense. Debuta con el primer equipo en 1945 en un choque ante Huracán y ese curso River se proclama campeón. Por aquel entonces la escuadra millonaria cuenta en el ataque con un quinteto que ha pasado a la historia como “La Máquina”, donde figuraban Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau.
Esa fue unas de las razones por la que Di Stéfano en el año 1946 sale cedido a Huracán, completando una gran campaña en la que consigue diez goles y es una de las revelaciones en el panorama nacional. En 1947 regresó a River para ser una pieza fundamental en la conquista del Campeonato confirmándose además como un artillero letal, al ser el máximo goleador del torneo con 27 dianas. Su estancia en el club de la banda roja se prolonga un par de temporadas, momento en el que se inicia una huelga de futbolistas en Argentina y la “Saeta Rubia” decide marcharse a Colombia. 
En el país cafetero ficha por Millonarios de Bogotá donde coincide con antiguos compañeros como Pedernera y Rossi y entra a formar parte de un conjunto legendario que recibe el apelativo del “Ballet Azul”. Conquistan la Liga en tres oportunidades con Alfredo proclamándose mejor artillero y además obtienen una Copa. El cuadro capitalino que también contaba con otras figuras como el defensor colombiano Zuluaga, el tico “Fello” Mezza o el arquero Cozzi se hace muy conocido en Sudamérica y en 1952 es invitado por el Real Madrid para participar en los festejos por sus Bodas de Oro. Ganan el torneo tras empatar con los suecos del Norrköping y superar con claridad a los merengues y el delantero de Barracas enamora al mandatario blanco Santiago Bernabéu. 
Unos meses después ambos equipos vuelven a encontrarse en la Pequeña Copa del Mundo celebrada en Caracas y ahí es donde se inician las negociaciones para un traspaso al club blanco. Sin embargo no solo el Real Madrid está interesado por el argentino puesto que el F.C. Barcelona también había puesto sus ojos en él llegando a pagar 4 millones de pesetas a River Plate. La FIFA en ese momento indicó al cuadro blaugrana que el pase del jugador pertenecía a Millonarios hasta 1954 y la guerra Real Madrid-F.C. Barcelona por su fichaje estalló. Bernabéu concretó un acuerdo con su homólogo en la presidencia de Millonarios el señor Senior y finalmente el organismo que rige el fútbol mundial tomó cartas en el asunto. Decide que Di Stéfano juegue dos campañas en el equipo blanco y otras dos en la entidad culé de forma alterna pero el presidente del conjunto catalán Enric Martí declina la propuesta. La “Saeta Rubia” entonces se traslada a Madrid en Septiembre de 1953 y un mes más tarde el F.C. Barcelona toma la decisión de renunciar al futbolista, que tiene vía libre para continuar su carrera en las filas merengues. 
El estreno de Di Stéfano con la camiseta blanca se produce en un amistoso ante el Nancy y el debut oficial es en la Liga frente al Racing de Santander. El club de Concha Espina llevaba casi dos décadas sin levantar el título de Liga pero con la llegada del argentino los triunfos y éxitos serán una constante. Y eso que sus primeras actuaciones dejaron la duda en los aficionados que pensaban que el fichaje había sido un error. Sin embargo en la jornada 7 ante el F.C. Barcelona hizo un doblete en el triunfo por 5-0 y a partir de ahí su rendimiento aumentó considerablemente. El club blanco ganó la Liga y el fabuloso equipo que dominaría Europa empezaba a formarse con las llegadas también de Gento o Mateos.
En la temporada 1954-1955 revalidaron el entorchado doméstico y además llevaron a las vitrinas de la entidad la Copa Latina, competición que reunía a los campeones nacionales de Italia, España, Francia y Portugal. El gran paso del club blanco llegó con la creación de la Copa de Europa a partir de una idea del diario L`Equipe. El torneo dio un impulso al Real Madrid para ser el mejor conjunto del planeta y también coronó a Di Stefano como uno de los jugadores más brillantes que han existido. Cinco trofeos seguidos, siendo la “Saeta Rubia” protagonista en todos ellos y marcando al menos un tanto en cada final, hito que aún nadie ha podido igualar. 
Aún así el recorrido hacia los títulos no fue un camino de rosas y en varias ocasiones sufrieron de lo lindo para seguir en la disputa por el torneo. Sucedió por ejemplo en los cuartos de final de 1956 contra el Partizan, donde la nieve dio un disgusto a los hombres de Villalonga, en la propia final ese año en la que solo pudieron derrotar en la prórroga al Stade de Reims, en la primera ronda en 1957 cuando Santiago Bernabéu hizo famosa la “Santiaguina” ante el Rapid de Viena o en la final de 1958 frente a un extraordinario Milán que solo cedió después de un gol de Gento en el tiempo extra. Di Stéfano estuvo rodeado de excelentes jugadores como Kopa, Gento, Rial, Puskas o Santamaría pero siempre sobresalió y asumió un rol por el bien del conjunto que hizo más grande su figura. Además de en Europa en España también continuaron cosechando triunfos con Alfredo comandando al equipo. La Liga en 1957 y 1958 llegaron también con el premio ‘Pichichi’ para la “Saeta”, que logró un total de cinco en su carrera. Mientras que la Copa fue un dolor de muelas para los blancos en aquella época. Athletic y Atlético de Madrid les apartaron del triunfo en tres ocasiones y Di Stéfano solo logró sacarse la espina en 1962 tras vencer al Sevilla. 
La década de los 60 trajo un declive en competiciones europeas al conocer la derrota ante el F.C. Barcelona y luego en dos finales ante Benfica e Inter de Milán. Pero en España la hegemonía se prolongó y encadenaron cuatro Ligas consecutivas, gracias también a la savia nueva que venía con fuerza desde atrás con los Amancio, Araquistain, Miera, Zoco o Félix Ruiz. El último entorchado tuvo lugar en el curso 1963-1964 y justo al comienzo de esa campaña el Real Madrid viajó a Caracas para participar en la Pequeña Copa del Mundo de Clubes. Allí Di Stéfano sufrió uno de los mayores sustos de su vida al ser secuestrado por miembros del FALN. El rapto duró tres días donde la “Saeta” fue bien tratado pero el temor a que le pasase algo grave siempre corrió por su cabeza. Le liberaron cerca de la Avenida Libertadores y tras acudir a la embajada española regresó al hotel con sus compañeros. Esa temporada Alfredo contaba ya con 37 años y las voces para un relevo comenzaron a escucharse. Su salida del club blanco no fue la que esperaba al irse enfadado con el presidente Bernabéu y el técnico y antiguo compañero Miguel Muñoz. Todo vino por el encuentro de la final de la Copa de Europa de 1964 contra el Inter. El hispano-argentino no entendió el planteamiento de Muñoz y le culpabilizó de la dura derrota. Fechas más tarde no le convocó para un duelo de Copa ante el Atletico de Madrid y los acontecimientos se precipitaron. Bernabéu se puso de lado de su entrenador y Di Stéfano entendió que era el momento de irse. 
Así finalizaron once años de estancia en Madrid en los que logró un bagaje de 307 goles en 396 partidos, liderando además a uno de los mejores equipos que se han visto sobre un terreno de juego. Muchos aficionados pensaban que era el final de su carrera pero la “Saeta” quiso continuar en activo un par de temporadas más. Tuvo una oferta del Celtic pero finalmente aceptó una del RCD Español donde estaba Kubala y su excompañero Justo Tejada. Su nivel no era el de tiempo atrás pero siguió marcando goles con los pericos para contabilizar un total de 14 en 60 choques. 
El final de su trayectoria se produjo el 3 de Abril de 1966 en un partido de Liga contra el Atlético de Madrid. La despedida definitiva fue en el homenaje que le brindó el Real Madrid en el Santiago Bernabéu el 7 de Junio de 1967. Salió de inicio y en el minuto 13 se quitó el brazalete de capitán para cederle el testigo a un prometedor Grosso.


River Plate 1947
Millonarios 1952
Argentina 1947

Real Madrid 1960
RCD Espanyol 1965
España 1961


Con la Selección Argentina fue internacional en seis ocasiones logrando el mismo número de tantos. Todos sus encuentros tuvieron lugar en el Campeonato Sudamericano de 1947 en Ecuador al que fue convocado por el técnico el técnico Guillermo Stábile. Ausente en el duelo de la primera jornada ante Paraguay, debutó en la segunda contra Bolivia. Salió en el minuto 30 sustituyendo a Pontoni y colaboró con un gol en la aplastante victoria de la albiceleste por 7-0. A partir de aquí ya no dejó la titularidad y con sus tantos ayudó a Argentina a conquistar el torneo por delante de paraguayos y charrúas. Tuvo un papel destacado en la victoria por 3-2 frente a Perú donde marcó el segundo de su equipo, ante los chilenos cuando logró la diana fundamental para cosechar un empate o contra Colombia a quien anotó un fabuloso triplete en el triunfo por 6-0. Sus seis dianas a lo largo de la competición le convirtieron además en el mejor artillero de la albiceleste y el segundo del torneo solo superado por el uruguayo Nicolás Falero. 

En 1956 adquirió la nacionalidad española y con el equipo nacional hispano hizo su estreno un año más tarde. Concretamente se produjo en un choque amistoso contra Países Bajos en el Santiago Bernabéu donde la “Saeta Rubia” se lució con un hat-trick. Unos meses después el cuadro español empezó la fase de clasificación para el Mundial de Suecia 1958 que se convertiría en un sonado fracaso. Pese a contar con futbolistas de gran nivel y un excepcional ataque en el que se encontraban Miguel, Kubala, Di Stéfano, Suárez y Gento los pupilos de Manuel Meana fallaron ante Suiza en Madrid y Escocia en Glasgow y no acudieron a tierras escandinavas. El siguiente objetivo tuvo como fecha 1960 y la Eurocopa de Naciones que iba a celebrarse por primera vez. El sorteo deparó como rival en la calificación a Polonia que no iba a dar excesivos problemas. Di Stéfano comandó la victoria por 2-4 en el estadio Slaski con un doblete que dejó las cosas más sencillas para la vuelta. Celebrada en el Santiago Bernabéu los españoles doblegaron a los polacos por 3-0 con otra diana del delantero de Barracas y accedieron a la siguiente ronda clasificatoria. Allí esperaba la URSS pero por motivos políticos España no quiso jugar la eliminatoria y se quedó sin disputar el torneo europeo. 
Los dos años posteriores el conjunto hispano solo participó en duelos amistosos, sobresaliendo Di Stéfano en varios de ellos. Claros ejemplos son el triunfo contra Austria por 6-3 con doblete del hispano-argentino, la victoria por 3-1 ante Italia en el Camp Nou con otro tanto de la “Saeta” o las dos goleadas logradas ante Chile (0-4 y 1-4) en una gira por Sudamérica en las que el artillero porteño consiguió un total de cuatro dianas. La última posibilidad de Di Stéfano para jugar una gran competición internacional y un Mundial llegó en la cita de 1962 en Chile. España primero se deshizo con bastantes dificultades de un correoso conjunto galés y a continuación hizo lo propio con Marruecos en un playoff internacional. Convocado para el torneo por el seleccionador Hernández Coronado y el técnico Helenio Herrera una lesión en un choque de preparación le dejó sin poder actuar un solo minuto en el Mundial. Viajó hasta Chile por si podía jugar a partir de la segunda fase pero España cayó en la liguilla al ocupar la tercera plaza y la “Saeta Rubia” no pudo nunca debutar en una Copa del Mundo. 
Su último partido vistiendo la camiseta roja del combinado español había tenido lugar a finales de 1961 en un encuentro frente a Francia en Paris que finalizó empate a uno. Para la historia dejó un bagaje con la Selección hispana de 31 partidos disputados y 23 goles conseguidos.

En el banquillo del Valencia
Su carrera como entrenador empezó a finales de la década de los 60 cuando dirigió al Elche en el curso 1967-1968. A continuación entrenó a Boca Juniors en el que logró sus primeros éxitos. El cuadro xeneize que por entonces tenía en su plantilla a jugadores como Antonio Roma, Silvio Marzolini, Norberto Madurga o el peruano Julio Meléndez, obtuvo en 1969 el Torneo Nacional por delante de San Lorenzo y River Plate y la Copa Argentina tras derrotar en la final a Club Atlético Atlanta. Los éxitos en su país de origen no pasaron desapercibidos y en 1970 firmó por el Valencia donde en cuatro temporadas aupó al equipo ché a la élite del fútbol español. Tras casi 25 años de sequía el Valencia volvió a conquistar el Campeonato Nacional de Liga en 1971 y una campaña después ocupó la segunda posición. Además en el torneo copero llegó a la final tanto en 1971 como 1972 aunque en ambas ocasiones perdió en el partido decisivo ante F.C. Barcelona y Atlético de Madrid respectivamente. 
Sus siguientes destinos fueron el Sporting de Portugal, Rayo Vallecano y Castellón hasta que regresó al Valencia en la temporada 1979-1980. El equipo valencianista era el vigente campeón de Copa y aquel curso disputó la Recopa que acabaría logrando ante el Arsenal en los penaltis. Kempes era la estrella de un Valencia en el que también formaban jugadores de enorme clase como el alemán Bonhof, Solsona o Saura. Un año más tarde se marchó a Argentina para coger las riendas de River Plate al que haría vencedor del Torneo Nacional en 1981 después de doblegar en la final a Ferro Carril Oeste y luego cumplió uno de sus sueños más anhelados, sentarse en el banquillo del Real Madrid. 
En la entidad merengue realizó una buena labor pero la suerte en los momentos decisivos no le acompañó. Los blancos disputaron en 1983 la final de la Copa, Copa de la Liga y Recopa, perdiendo en todas ellas y en la competición doméstica también ocuparon la segunda posición tras el Athletic Club. Di Stéfano se quedó una campaña más en el equipo madridista pero de nuevo el club bilbaíno les arrebató la Liga, esta vez gracias al goal-average. A mediados de los 80 retornó a Boca en una segunda etapa que duró unos pocos meses y entre 1986 y 1988 estuvo en el Valencia. 
Su tercer periodo en el club del Turia no empezó bien, llegando en una complicada situación sustituyendo a Óscar Valdez en mitad de Liga y no pudiendo evitar el descenso a Segunda División. Sin embargo la estancia en la categoría de plata solo duró un año y tras proclamarse campeón de Segunda en el curso 1986-1987 el Valencia volvió con los grandes del balompié español. En la temporada 1987-1988 lideró el proyecto de la institución ché en Primera División pero en la jornada 29 fue destituido por el presidente Arturo Tuzón tras una racha negativa de resultados. Su última experiencia en la faceta técnica fue otra vez en el Real Madrid, al que llegó a finales de Noviembre de 1990 e hizo ganador de la Supercopa de España pocas fechas después. 

Desde 2001 hasta el momento de su muerte ostentó el cargo de Presidente de Honor del Real Madrid. 

A lo largo de su vida recibió numerosas condecoraciones entre las que destacan la Medalla de Oro al Mérito Deportivo, la Medalla al Mérito de la FIFA, el Tambor de Oro de San Sebastián, un puesto en el Salón de la Fama de FIFA o la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo.

Falleció el 7 de Julio de 2014 en Madrid a los 88 años pero el legado que nos dejó es inmortal.

sábado, 21 de marzo de 2015

Bob Lenarduzzi "Mister Perfecto"

Canadá en el ámbito futbolístico jamás ha sido una potencia. Sin embargo a mediados de los 80 vivió su periodo de esplendor con la participación en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 y el Mundial de México 1986. Uno de los baluartes de aquel equipo por su liderazgo y entrega fue Bob Lenarduzzi. Nacido el 1 de Mayo de 1955 en Vancouver (Canadá), podía desempeñarse como lateral derecho, volante y medio centro. Futbolista muy versátil, tenía un gran sentido táctico, buen dominio del esférico y un magnífico desplazamiento en largo. Se ganó el apodo de Mister Perfecto por su enorme eficacia en cualquier posición en la que jugase. Su hermano Bob, cinco años mayor que él, también fue jugador profesional y llegó a vestir la camiseta del equipo nacional en 29 ocasiones.

Comenzó a jugar al fútbol desde muy pequeño con sus hermanos en Grandview y en 1969 firmó por su primer equipo semiprofesional, los Vancouver Spartans. Allí con apenas 15 años le vieron los ojeadores del Reading inglés que le reclutaron para sus categorías inferiores. En el club del condado de Berkshire creció, ganó experiencia y militó durante cuatro temporadas, casi la totalidad de ellas en la Cuarta División inglesa.
Sin embargo Lenarduzzi cada verano volvía a casa y en 1974 tomó la decisión de quedarse y firmar por los Vancouver Whitecaps. En el cuadro vancouverense coincidió con su hermano y pronto se convirtió en uno de los futbolistas franquicia. Tal era su polivalencia que llegó a tener minutos en todas las posiciones, incluida la de portero donde estuvo bajo palos durante 45 minutos en un partido.
En 1978 cuajó una gran temporada con su equipo y ello se vio recompensado con el premio de mejor jugador de la NASL, siendo el primer jugador canadiense en recibirlo. Consiguió 10 goles y 17 asistencias a lo largo del curso aunque no sirvieron para que los Whitecups levantasen el título. Esto si sucedió el año siguiente cuando ocuparon el primer puesto en la división oeste de la Conferencia Nacional y a continuación derrotaron al Dallas Tornado, Los Ángeles Aztecs de Johan Cruyff, New York Cosmos y Tampa Bay Rowdies en la final por 2-1. Junto a Lenarduzzi integraban el plantel del equipo canadiense el arquero Bruce Grobbelaar, Allan Ball, Ray Lewington, Bob McNab, Willie Johnston y Kevin Hector. 
El curso venidero de 1979-1980 disputó varios encuentros con Los Ángeles Aztecs y aunque volvió a Vancouver en 1980 su etapa en los Whitecaps finalizó en 1984, tras casi 300 encuentros, 31 tantos y tres convocatorias para el All-Star de la NASL en 1979, 1981, 1984. Para no perder la forma física de cara a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles fichó por el Tacoma Stars, un equipo que pertenecía a la Liga de fútbol indoor. Por entonces en la plantilla estaban compañeros suyos de selección como Gray, Tony Chursky y Dale Mitchell, los internacionales estadounidenses Jim McAlister, Mark Peterson y Preki, el inglés ex del Manchester United Gordon Hill o el irlandés Fran O`Brien. En el equipo del estado de Washington militó dos campañas hasta que en 1986 y después de 96 encuentros con la camiseta de los Stars regresó a su país natal.
La Liga canadiense acababa de echar andar y se enroló en las filas del Vancouver 86ers. En su primera y única campaña en 1987-1988, en la que también compatibilizó el cargo de entrenador, el club conquistó el campeonato doméstico después de imponerse a Hamilton en la final por 1-4. Al término de la temporada y tras haber sido elegido en el once ideal del torneo Mister Perfecto anunció su retirada de los terrenos de juego.


Reading 71-72
Vancouver Whitecaps 1983










Tacoma Stars 1984-1985


Canadá 1986

Con la Selección canadiense fue internacional en 47 partidos anotando cuatro dianas. Debutó el 1 de agosto de 1973 en un amistoso contra Polonia. El choque celebrado en Toronto terminó con victoria polaca por 1-3 en una gran tarde del extremo Gadocha. Unos días más tarde Canadá jugó y perdió frente a Estados Unidos y a continuación Lenarduzzi estuvo más de tres años sin ir convocado con el equipo nacional. 
Regresó de la mano del teutón Eckhard Krautzunen 1976, en las eliminatorias de clasificación para el Mundial de Argentina. En la fase norteamericana de la CONCACAF compitieron en su grupo frente a México y Estados Unidos. Realizaron un buen papel con una victoria frente a México en casa y un empate contra Estados Unidos en Vancouver y México en Toluca. Sin embargo acabaron igualados a puntos con los estadounidenses y fue necesario un desempate en Haití. En Puerto Príncipe pasaron por encima de su rival y con un 3-0, con un gol incluido de Lenarduzzi accedieron a la siguiente ronda. En ella solo se repartía una plaza para el Mundial y los contrincantes eran Surinam, Guatemala, El Salvador, Haití y México. Mister Perfecto actuó en tres partidos de la liguilla pero Canadá tras sumar cinco puntos se quedó pronto sin opciones de ir a Argentina.
Tres años después, en 1980, comenzó otra calificación para el Mundial de España. Canadá se preparó antes con dos amistosos frente a Nueva Zelanda que se llevaron con claridad y donde Lenarduzzi marcó un tanto en cada uno de ellos. Al igual que en la fase anterior lucharon contra mexicanos y estadounidenses por conseguir una de las dos plazas para la ronda final de la CONCACAF.  En esta ocasión mejoraron su actuación de años antes con un liderato de grupo y con cero derrotas en su casillero. Mientras que en la clasificación final la FIFA aumentó a dos las plazas para la Copa del Mundo pero Canadá se quedó a las puertas y fue superada por Honduras y El Salvador.
El primer gran evento al que asistió Lenarduzzi en su carrera profesional fueron los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. Disputó cuatro encuentros de la clasificación donde Canadá derrotó en un 'replay' a México y luego junto a Costa Rica ganaron el billete olímpico. El seleccionador Tony Waiters formó una columna vertebral que integraban Lettieri, Lenarduzzi, Wilson, Gray y Mitchell y sus resultados en Los Ángeles fueron muy positivos. Encuadrados en el grupo C con Camerún, Iraq y Yugoslavia lograron tres puntos tras vencer a los africanos, empatar ante los iraqies y caer contra el cuadro 'plavi', y de esta forma ocuparon el segundo puesto en la tabla. En cuartos se vieron las caras con un Brasil en el que jugaban Dunga, Gilmar, Mauro Galvao o Luís Carlos y cuando todo el mundo daba por hecho una goleada estuvo a punto de saltar la sorpresa. Con 1-1 finalizó el tiempo reglamentario y la prórroga y solo en los penaltis la verde-amarela pudo llevarse el triunfo.
En 1985 el Campeonato de la CONCACAF sirvió además como fase de clasificación para el siguiente Mundial, el de México 1986. En la fase preliminar Canadá quedó exenta al retirarse Jamaica. Luego en el grupo 2 compitió ante Guatemala y Haití que no dieron la talla y comandando el grupo con 7 puntos llegó a la ronda final. Los otros campeones de grupo fueron Costa Rica y Honduras y entre ellos y Canadá saldría el clasificado para tierras aztecas. Mister Perfecto fue uno de los baluartes del equipo canadiense que tenía una de las mejores generaciones de su historia. Además de Lenarduzzi integraban el plantel Lettieri, Wilson, Mitchell, Ian Bridge o Randy Samuel que demostraron ser superiores a hondureños y costarricenses. La gran noche del fútbol de Canadá tuvo lugar el 14 de septiembre de 1985. Recibían en el estadio Jorge V a Honduras y les bastaba un empate para obtener su primer pasaporte mundialista. Aún así se llevaron el triunfo por 2-1 y además de estrenarse en el palmarés del torneo de la CONCACAF, se convirtieron en una de las 24 selecciones clasificadas para México. 
Viajaron a la Copa del Mundo como uno de los equipos más humildes de la competición y pese a no sumar ningún punto no dieron ninguna mala imagen. El grupo que les tocó era muy potente con tres equipos europeos, la URSS, Francia y Hungría. Debutaron contra el conjunto de Platini y aguantaron hasta el minuto 79 cuando Papin marcó el gol del triunfo. En la segunda jornada Hungría les venció por 2-0 y en el último duelo ante los soviéticos dos tantos en la segunda mitad les hizo hincar la rodilla. Lenarduzzi titular en los tres partidos se despidió de la selección precisamente contra la URSS en el que fue su choque número 47.

Tras su retirada Lenarduzzi fue entrenador durante una década. Primero dirigió durante cinco campañas a los Vancouver 86ers de la liga canadiense, con los que logró cuatro títulos de Liga de manera consecutiva entre 1988 y 1991 y estableció un récord de 46 partidos imbatidos. Posteriormente la Federación Canadiense le contrató como seleccionador en 1993 en plena búsqueda de un billete para el Mundial de Estados Unidos. Primero en la Copa de Oro de aquel año no lograron pasar a semis mientras que en la calificación mundialista debieron de jugar un playoff contra Australia. En la ida vencieron por 2-1 pero en la vuelta el mismo resultado se mantuvo durante 120 minutos. Los penaltis tras fallo de Bunbury y Sweeney les impidieron llegar al otro playoff frente a Argentina. Lenarduzzi también fue el técnico en la Copa de Oro de 1996 donde de nuevo no pasaron de la liguilla y en 1997 renunció a su cargo en el combinado nacional.

En 2001 entró en el Salón de la Fama del fútbol de su país y en el 2003 lo hizo en el de Estados Unidos.

En la actualidad es presidente de los Vancouver Whitecaps (antiguo 86ers), donde también ha trabajado como director deportivo.

sábado, 14 de marzo de 2015

Josef Bican "Un goleador compulsivo"

Puntal del Wunderteam austriaco, aunque también jugó para Checoslovaquia y Bohemia y Moravia, está considerado uno de los más prolíficos artilleros de la historia del fútbol. Desarrolló su carrera principalmente en el Rapid de Viena y el Slavia de Praga, y obtuvo el premio de máximo goleador de la Liga austriaca en una oportunidad (1934) y de la checoslovaca en diez ocasiones (1938-1944, 1946, 1947 y 1950). Nacido el 25 de Septiembre de 1913 en Viena (Austria) fue un ariete completísimo. Extremadamente veloz (corría los 100m en 10.8 segundos), era un jugador ambidiestro, fuerte, con gran técnica, buen remate de cabeza y muy sagaz y eficiente dentro del área. Además fue un especialista desde los 11 metros, donde transformaba los penaltis con ambas piernas. Se le conoció con el apelativo de "Pepi".

Con la camiseta del Slavia de Praga
Comenzó a jugar al fútbol animado por su padre, un antiguo jugador del Hertha de Viena que sobrevivió a la I Guerra Mundial, pero que falleció tras un golpe en un riñón durante un partido. Entró a formar parte de las categorías inferiores del Hertha con 12 años y luego también jugó en los equipos de las empresas Farbenlutz  y Schustek en las que trabajó.
Con el inicio de la década de los 30 fichó por el Rapid de Viena en el que explotó como un ariete extraordinario. En su debut ya dejó los primeros destellos y aunque su equipo cayó por 3-5 él firmó todos los tantos del Rapid. Sin embargo en las dos primeras campañas no acabó de consolidarse y hasta 1933 no alcanzó la titularidad de manera habitual. Ese curso completó un gran año y en 25 partidos hizo 34 goles.
La temporada siguiente su número de dianas bajó considerablemente debido a una lesión pero levantó su primer título importante, la Liga de su país. El Rapid sumó 40 puntos no perdiendo ningún partido y los capitalinos conquistaron la competición doméstica por undécima ocasión. Su etapa en el Rapid no fue más allá y en verano el delantero que había tenido desencuentros con la delantera tomó la decisión de irse, firmando por el Admira Viena.
En el cuadro vienés coincidió con sus compañeros de selección Anton Schall, Peter Platzer, Johann Urbanek o Wilhelm Hahnemann y el plantel se hizo aún más potente. Fruto de su fichaje el club dominó los dos siguientes años el Campeonato austriaco, que ganaron tras imponerse al First Viena y el Austria Viena respectivamente. En esos dos cursos anotó 22 goles en total y en 1937 fichó por el Slavia de Praga de Checoslovaquia, país de sus antepasados.
Su adaptación al conjunto rojiblanco fue rapidísima y pronto empezó a hacer lo que mejor sabía, perforar las redes contrarias. 61 dianas en dos cursos le catapultaron como uno de los mejores arietes del continente, aunque esos tantos no fueran suficientes para que el Slavia se hiciese con la competición doméstica. Pero donde si consiguieron el éxito fue en la célebre Copa Mitropa de 1938, en la que derrotaron al Beogradski, Ambrosiana, Genoa y Ferencvaros en la final. Ante los húngaros Bican marcó en el partido de ida el que fue su gol número 10 del torneo, lo que le convirtió en el máximo artillero aquella edición.
A partir de 1940 el Slavia pudo también avasallar en su país. Obtuvieron cuatro Ligas de forma consecutiva entre 1940 y 1943 con "Pepi" en pleno apogeo. Logró 174 goles, con una media de 43 por temporada y el equipo de los Bican, Daucik, Karel Cerny, Kopecky, Vytlacil o Karel Finek vivió uno de los periodos más brillantes de su historia. Sin embargo la racha se cortó de raíz y aunque Bican continuó con un promedio sensacional el Slavia dejó de ganar.
Al delantero vienés le llegaron ofertas de clubes importantes de Europa al acabar la II Guerra Mundial pero por motivos políticos permaneció en el Slavia. Una de ellas y seguramente la más importante en cuanto a salario fue de la Juventus de Turín. Su estancia en el Slavia terminó en 1948 pero un año antes aún pudo añadir a su palmarés otra Liga, la conseguida en 1947 cuando el equipo rojiblanco se impuso al Sparta de Praga por un sólo punto.
La llegada al poder de los comunistas inquietó a Bican que no quiso unirse al Partido y optó por dejar el Slavia y enrolarse en las filas del FC Vitkovice de la Segunda División. Allí jugó hasta 1951, momento en que aceptó una oferta del Hradec Kralové, también de la categoría de plata del fútbol. Pero los problemas económicos del equipo votrocí en el que militó unos pocos meses le obligó a regresar de nuevo al Slavia (llamado Dynamo de Praga en esa época) para disfrutar de los últimos momentos de su carrera.
Marcó 15 goles en tres temporadas para un total de 534 con los praguenses en ambas estancias y en 1955 anunció su retirada, aunque no fue definitiva puesto que en el curso 1957-1958 vistió la camiseta del Spartak Brno en un par de partidos, cuando la entidad flinta se encontraba en la Tercera División.

Austria 1933
Checoslovaquia 1949
Slavia 1938

Con la Selección austriaca fue internacional en 22 ocasiones, logrando un total de 15 goles. Debutó en 1933 cuando el entrenador Hugo Meisl le convocó para un partido amistoso ante Escocia. El choque se celebró en Hampden Park y terminó empate a dos. Diez días más tarde si consiguió marcar con el equipo nacional en otro amistoso celebrado esta vez en Ámsterdam frente a los Países Bajos.
En 1934 participó en dos encuentros de la Copa Internacional de Europa Central en los que Austria se impuso primero a Italia y luego a Suiza con doblete de "Pepi". El siguiente objetivo de los austriacos tuvo lugar en abril de ese año cuando se inició la fase de clasificación para el Mundial transalpino. Austria compartió grupo con Hungría y Bulgaria y tras apabullar a los búlgaros por 6-1 obtuvieron el billete para el torneo mundialista junto a los magiares.
El conjunto austriaco dirigido por Meisl se presentó en tierras italianas con un bloque potentísimo, que les hizo ser uno de los favoritos antes del comienzo de la competición. A Bican se le unieron futbolistas como Sindelar, Sesta, Schall, Smistik o Wagner, todos ellos de un nivel muy alto. En la primera ronda Francia les puso en dificultades y fue Bican quien con un tanto en la prórroga dio el triunfo a los centroeuropeos por 3-2. En cuartos se vieron las caras con un cuadro magiar en el que figuraban Sárosi, Toldi o Antal Szabó.  A la hora de juego vencían por 2-0 pero los húngaros acortaron la ventaja y cerca estuvieron de forzar un tiempo extra. Únicamente un partido les separaba de la final pero el rival a batir fue la Italia de Pozzo. Los locales que habían derrotado a España en un 'replay' y con gran polémica arbitral de nuevo contaron con un trencilla maleable, el sueco Eklind. Se impusieron por la mínima a Austria y los pupilos de Meisl fueron a parar al duelo por el tercer lugar. En aquel choque el seleccionador hizo algunos cambios aunque Bican se mantuvo en el once. Sin embargo los teutones completaron un gran partido y se hicieron con la tercera posición del campeonato.
Tras la Copa del Mundo Austria siguió inmersa en la Copa Internacional de Europa Central donde era vigente campeona. "Pepi" fue de la partida en 1935 en la igualada a cero frente a Checoslovaquia y a cuatro contra Hungría (con un hat-trick suyo), choques que a la postre resultaron decisivos para que Italia se llevase el trofeo por dos puntos de diferencia respecto a austriacos y magiares. 
Un año después el fabuloso artillero cuajó una de sus mejores actuaciones con el equipo nacional. Viajaron a España para un amistoso en Madrid y Bican destrozó a los hispanos con un triplete logrado frente a Guillermo Eizaguirre. El partido lleno de alternativas y brillantez concluyó con victoria austriaca por 4-5. En mayo consiguieron otro gran triunfo en esta ocasión ante Inglaterra en el Prater y a finales de año Bican disputó su último choque con la selección ante Suiza en Zurich.

A partir de 1937 y después de irse a jugar al Slavia de Praga adquirió la nacionalidad checoslovaca. Se estrenó con el combinado nacional en 1938 en una trayectoria que duraría hasta 1949, tiempo en el que jugó 20 partidos y anotó 20 dianas. Un error burocrático le impidió estar en el Mundial de 1938 donde Checoslovaquia cayó en cuartos y su primer choque fue contra Suecia. En Rasunda el cuadro checoslovaco aplastó a los escandinavos por 2-6 y Bican tuvo un debut fantástico con tres tantos en su haber. Antes del estallido de la II Guerra Mundial amplió sus estadísticas al marcarle un gol a Yugoslavia y cuatro a Rumania en sendos amistosos, para no volver a vestir la elástica del equipo nacional hasta el fin de la guerra.
En 1946 Checoslovaquia disputó varios choques no oficiales en los que sumó un par de victorias contra Suiza y Austria y dos derrotas frente a Francia y Yugoslavia. Bican no se encontraba en su mejor momento y no se reencontró con el gol hasta 1947 ante los 'plavi'. En esa etapa compartió vestuario con Kubala, Senecky o Pazicky y disputó la Copa de los Balcanes, aunque la edición de 1948 no llegó a completarse. Con 36 años y en el ocaso de su carrera se despidió del equipo nacional checoslovaco en un duelo contra Bulgaria en Praga.

Además en pleno conflicto bélico mundial jugó para la Selección de Bohemia y Moravia en siete ocasiones. Se trataba de un protectorado de la Alemania nazi que incluía la mayor parte del territorio checoslovaco a excepción de los Sudetes. El equipo se enfrentó entre otros a Austria o Alemania y Bican se erigió en uno de los máximos goleadores con nueve tantos.

Al término de su carrera como futbolista ejerció durante muchos años como técnico en su país y Bélgica. A mediados de los 50 empezó sentándose en el banquillo del Slavia de Praga y luego también lo hizo en el del Slovan Liberec y el Spartak Brno. Ya en los 60 tomó las riendas del Pribram y el Hradec Králové para fichar a continuación por el SONP Kladno en 1964. En el conjunto blanquiazul encontró la estabilidad y permaneció un total de cuatro temporadas, una en la categoría reina y tres en la de plata. Posteriormente, en la primavera de 1968 firmó por el KSK Tongeren, donde realiza una fantástica labor y en apenas tres campañas asciende a la entidad de la Cuarta a la Segunda División. Su despedida de los banquillos se produjo un lustro más tarde cuando dirigió unos meses al SK Benesov checoslovaco.

En su vida posterior trabajó como obrero, conductor y en un zoo alimentando a los animales.

Falleció a los 88 años el 12 de Diciembre de 2001.

sábado, 7 de marzo de 2015

Alexei Khomich "El mentor de Yashin"

La gran nómina de porteros soviéticos entre los que se incluyen Yashin, Rudakov y Dassaev, la inició Alexei Khomich en la lejana década de los 40. Además fue un hombre importante en la carrera de la Araña Negra puesto que le guió en los comienzos de su carrera deportiva. Nacido el 14 de Marzo de 1920 en Moscú (Unión Soviética), fue un cancerbero de grandes reflejos, muy ágil, valiente en las salidas y magnífico en el uno contra uno.  Se le conoció con el sobrenombre de El Tigre.

Empezó a jugar al fútbol en las filas del Taganka en 1935. De ahí pasó a varios equipos del Matadero de Moscú entre 1936 y 1939 y posteriormente militó en el Pishevik. En plena II Guerra Mundial fue reclutado por el ejército en 1942 y un año más tarde viajó a Teherán para disputar allí algunos encuentros con el conjunto militar. A su vuelta firmó por el Dínamo de Moscú donde obtendría gran reconocimiento en su país y en el continente europeo.
Debutó con el cuadro blanquiazul en 1944 contra el Krylia Sovetov Samara y de forma oficial un 20 de mayo de 1945 frente al Spartak de Moscú. Esa misma temporada el Dínamo conquistó el Campeonato Soviético al sumar 40 puntos y superar tanto al CSKA de Moscú como al Torpedo de Moscú. Además alcanzaron la final de Copa aunque fueron derrotados por el equipo del Ejército por 2-1.
Poco después de finalizar el torneo de la regularidad el Dínamo de Moscú inició una gira por el Reino Unido que fue muy célebre. Primero se enfrentaron al Chelsea en Stamford Bridge. Los 'blues' que contaban en su plantel con Vic Woodley, los escoceses John Harris y Peter Buchanan o el gran delantero inglés Tommy Lawton empataron a tres con los moscovitas con un fenomenal papel de Khomich en la meta. A continuación los soviéticos apabullaron al Cardiff City por 1-10 y el siguiente choque fue ante el Arsenal. Los 'gunners' que ya disponían de Cliff Bastin, George Drury, Bernard Joy o Laurie Scott invitaron a formar parte del equipo a dos estrellas como Mortensen (Blackpool) y Stanley Matthews (Stoke City). Sin embargo estos refuerzos no fueron suficientes y el Dínamo doblegó a los londinenses por 4-3 en White Hart Lane. El último encuentro de la gira lo disputaron ante el Glasgow Rangers y concluyó con empate a dos goles, deteniendo un penalti clave Khomich, el segundo de la gira puesto que ya había parado uno contra los galeses del Cardiff.
Las tres temporadas siguientes Khomich se adueñó del marco del Dínamo de Moscú aunque no lograron levantar ningún título al acabar en segunda posición de la Liga. Eran años donde el conjunto capitalino contaba en sus filas con importantes futbolistas soviéticos como Konstantin Beskov, Vasili Trofimov, Vsevolod Bobrov, Vladimir Ilyin o Mikhail Semichastny. Además al acabar cada campaña siguieron con su plan de realizar giras por varios países europeos y entre otros visitaron Noruega, Suecia y Yugoslavia para enfrentarse al Partizan de Belgrado.
Fue en la campaña de 1949 cuando recuperaron la hegemonía en su país al alzar de nuevo la competición doméstica tras aventajar en seis puntos al CSKA. Al igual que en 1945 tuvieron a su alcance la posibilidad de conseguir un doblete pero de nuevo perdieron la final de Copa, en esta ocasión ante el Torpedo de Moscú en el estadio Dínamo. 
Con la llegada de los años 50 el Dínamo incorporó a un joven prometedor en su portería, su nombre Lev Yashin. A pesar de ello Khomich continuó siendo el titular hasta que en 1951 una grave lesión le alejó de los terrenos de juego varios meses. Tras su recuperación Yashin ya se había consolidado y decidió marcharse al Dínamo de Minsk para proseguir su trayectoria deportiva.


Dinamo Moscú 1951
Spartak Minsk 1954














 
En el club bielorruso permaneció tres temporadas en las que pudo dejar atrás su lesión y volver a jugar con regularidad. Tuvo como compañeros a Ivan Mozer, Vyacheslav Artemov o Vladimir Nuzhdin y disputó un total de 48 encuentros entre 1953 y 1955. Sin embargo no conquistaron ningún trofeo de importancia, siendo el tercer puesto en el Campeonato Soviético de 1954 el mejor resultado de la entidad. Con 35 años recién cumplidos y después de casi tres lustros de carrera Khomich colgó los guantes de manera definitiva.

Nunca fue internacional por la URSS. Coincidió en una época en la que el equipo soviético no disputó muchos encuentros de carácter oficial y en 1952 el técnico Boris Arkadyev no pudo contar con su presencia en los Juegos Olímpicos de Helsinki debido a una lesión.

Al término de su carrera sobre el terreno de juego se formó como entrenador y ejerció como instructor de educación física. Luego también trabajó como fotógrafo para el semanario "El Fútbol" durante una década (1969-1979).


Además fue miembro del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética).

Falleció a los 60 años el 30 de mayo de 1980 y fue enterrado en el cementerio de Khovanskoye de la capital Moscú.