Si pronuncias el nombre
de Bela Guttmann a cualquier aficionado benfiquista te dirá que su maldición aún
continúa vigente. Nacido en Budapest en 1900 fue jugador y posteriormente
entrenador. Militó en el MTK húngaro, en el Hakoah austriaco y en varios
equipos estadounidenses, además de participar en los Juegos Olímpicos de Paris
en 1924 con Hungría llegando a ser internacional en 4 ocasiones.
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Guttmann como jugador |
Donde
realmente triunfó fue como entrenador. Auténtico trotamundos llegó a dirigir a
19 equipos con un paréntesis de 6 años (1939-1945) en los que se desconoce que
hizo, “Dios me ayudó”, decía Guttman. Arrancó en el
Hakoah Viena
austríaco
para pasar luego al
Enschede
holandés (actual
Twente),
club con el ganó su primera liga desde el banco. A continuación se marchó al
Ujpest de
Hungría, entidad con la que ganó el campeonato 1938/39 y la Copa Mitropa de ese
mismo año. Tras el parón en el que nada se sabe sobre su vida fichó por el
Honved,
donde un desencuentro con Puskas hizo que abandonara el equipo en 1947. Llevó
sus conocimientos a la Liga italiana donde dirigió a Padova o Triestina antes
de hacerlo con el Milán, al cual hizo campeón del scudetto en el año 1955 en
una escuadra con grandes jugadores como
Schiaffino y los suecos
Gren,
Nordahl y
Liedholm. En el año 57 le
llegó la propuesta de fichar por Sao Paulo y no lo dudó ni un instante, le hizo
campeón esa misma temporada. De nuevo decide cruzar el charco y esta vez
embarca hacia Portugal, su primer equipo allí fue el Oporto y también le hizo campeón
la temporada 58/59. En una decisión que trajo cola fichó por el eterno rival el
Benfica al finalizar la campaña, en el equipo lisboeta marcó una época tras
fichar a Eusebio (se lo recomendó un amigo). Ganó la Liga en su primer año y la
Copa de Europa el siguiente después de vencer al Barcelona 3-2 en la final en
Berna. Para demostrar que no fue una casualidad, revalidaron titulo venciendo
en la final al Real Madrid de Puskas, Di Stefano o Gento por 5-3 (con dos goles
de Eusebio). Parecía que el Benfica iba a marcar una época en el futbol europeo
cuando ocurrió algo que cambió la historia. Guttmann era un Dios para los
hinchas del Benfica y decidió pedir un aumento que la directiva consideró
excesivo, en ese momento Guttmann declaró que “sin él de entrenador el Benfica jamás
volvería a ganar un título europeo”. Desde entonces el equipo lusitano ha llegado
a 5 finales habiendo perdido todas. Su carrera de entrenador siguió pero sin
los éxitos anteriores, pasó por Peñarol, la Selección de Austria o
Panathinaikos entre otros.
Bela Guttmann falleció en Viena en 1981 y aun hoy en
día hinchas del Benfica visitan su tumba para que el entrenador levante la
maldición que lanzó sobre el equipo portugués.
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