lunes, 16 de noviembre de 2015

Antonín Puč: "El estandarte sešívaní"

Puntal del magnífico Slavia de Praga que dominó el fútbol checoslovaco en los 30 y que también levantó en una ocasión la Copa Mitropa. Con la selección fue el máximo goleador hasta el año 2005 y para la historia dejó una soberana actuación en el Mundial de Italia '34. Nacido el 16 de mayo de 1907 en el barrio de Jinonice de la capital Praga (Checoslovaquia), jugaba habitualmente por la banda izquierda. Futbolista muy veloz, ágil, con gran facilidad para el desborde y hábil en espacios reducidos, tenía un fantástico disparo y un enorme olfato de gol.

Con la zamarra del equipo nacional
Empezó a jugar desde muy temprana edad en las filas del Čechie Smíchov para posteriormente trasladarse al SK Smíchov con 13 años. Allí en el equipo capitalino fue pasando por las diferentes categorías del club hasta llegar a la primera plantilla en 1925 con 18 años.
Apenas había debutado cuando el Slavia de Praga se fijó en él y le incorporó de inmediato. El cuadro červenobílí (rojiblanco) se había proclamado poco antes campeón de la primera Liga del país con la aportación de varios internacionales como Emil Seifert, Jan Vaník, Rudolf Štapl, Josef Silný y Josef Kratochvil. Puč pronto se hizo con un hueco en el once y en 1927 (empatado con Josef Šíma) y 1929 se erigió en máximo artillero de la competición con 13 dianas en ambas campañas.
En una bonita pugna con el Sparta de Praga y el Viktoria Žižkov el conjunto sešívaní encadenó tres Ligas consecutivas (1929, 1930 y 1931) y llegó a la final de la Copa Mitropa en 1929 donde cayó frente al Újpest húngaro (Puč fue el segundo mejor artillero de la competición con cinco tantos).
En 1932 tuvieron que conformarse con el segundo puesto tras el Sparta pero a partir de 1933 y hasta 1935 alcanzaron otro triplete seguido en el torneo de la regularidad. Fueron años de un periodo hegemónico en su país con Puč jugando a veces de delantero centro y Junek, Kopecký, Plánička, Svoboda o Sobotka como principales figuras de un equipo dirigido por Josef Sloup-Štaplík en 1933 y el magiar Kalmán Konrád en 1934 y 1935.
La trayectoria del extremo en el club praguense se prolongó tres temporadas más en las que levantó otra Liga en 1937 para marcharse al verano siguiente después de 13 años, 146 partidos de Liga y 112 goles anotados. Firmó por el FK Viktoria Žižkov en el que jugó hasta 1940 y antes de su retirada regresó al club donde inició su carrera, el SK Smíchov, para colgar las botas con 34 años.


Slavia de Praga 1929
Checoslovaquia 1934















Con la selección checoslovaca disputó 60 encuentros en los que anotó 34 tantos (cifra rebasada por Jan Koller en 2005 cuando era el conjunto de la República Checa). Hizo su debut el 28 de junio de 1926 en un choque ante Yugoslavia en el que vencieron por 2-6 y él firmó el quinto de su equipo. Los siguientes encuentros en que vistió la elástica del equipo nacional fueron amistosos frente a rivales de gran entidad. Checoslovaquia concertó duelos ante Austria, Italia, Hungría o Bélgica en los que salió victorioso. Puč rodeado de buenos futbolistas como Zenisek, Svoboda, Kada, Silný o el arquero Plánička,  marcó frente a los transalpinos, magiares y belgas en Praga o los austriacos.
En 1927 dio comienzo la primera edición de la Copa Internacional de la Europa Central que tuvo como participantes a Italia, Austria, Hungría, Suiza y los checoslovacos. Puč jugó seis de los ocho duelos del torneo y sólo se perdió los enfrentamientos ante Italia. Dejó su impronta de gran eficacia de cara al marco rival y marcó tres goles que ayudaron en los triunfos contra los suizos en Lausana y Praga. Sin embargo la Italia de Pozzo se mostró superior al resto de combinados y se llevó el título con Checoslovaquia en tercer lugar.
Puč disputó varias ediciones más de este torneo pero Checoslovaquia nunca optó con fuerza al triunfo. El extremo tuvo buenas actuaciones ante Italia en 1932, Hungría en 1934 o Suiza en 1937 que le sirvieron para aumentar su registro goleador en la selección y consolidarse como uno de los mejores extremos del mundo futbolístico. El último escalón era confirmarlo en un Mundial y en el de Italia en 1934 rayó a gran altura. En la calificación dejaron en el camino a Polonia que se retiró tras claudicar en la ida en Varsovia por 1-2. En suelo transalpino Puč fue uno de los baluartes del conjunto centroeuropeo que también contaba con Plánička, Svoboda, Burgr, Nejedlý o Košťálek. En la primera ronda los rumanos les dieron guerra y sólo en la segunda mitad remontaron con tantos del extremo zurdo y el interior Nejedlý. A continuación fue la Suiza de Severino Minelli la que hincó la rodilla y en semis le tocó a Alemania en otra gran tarde del goleador Nejedlý y de Puč desequilibrando desde el costado izquierdo. En la final celebrada el 10 de junio se vieron las caras con los anfitriones y su astro Meazza. Al descanso se llegó sin goles y en la segunda parte Puč batió a Combi con un disparo angulado. Cuando Checoslovaquia acariciaba el título apareció Orsi que llevó el choque al tiempo extra donde Schiavio dio la victoria a la azzurra.
Cuatro años más tarde Puč fue incluido a última hora en la lista de Josef Meissner para el Mundial de Francia tras no haber jugado en los partidos de clasificación frente a Bulgaria. No fue de la partida en el estreno frente a los Países Bajos pero si en el duelo de cuartos contra Brasil. Los dos artilleros de cada equipo, Leônidas y Nejedlý cumplieron con su deber y la contienda acabó en tablas. Dos días después en Burdeos se jugó el desempate sin Puč en el once que vio como su país no podía igualar el gran resultado del Mundial anterior. El zurdo de Praga no volvió a jugar nunca más para Checoslovaquia y su carrera internacional acabó en el estadio de Parc Lesure el 12 de junio de 1938.

Además también jugó en una ocasión con la selección de Bohemia y Moravia (protectorado establecido por los nazis a principios de 1939). Fue ante Alemania en Breslau en noviembre de 1939 y consiguió un tanto en la igualada a cuatro goles.

En su vida posterior al césped fue entrenador de dos clubes modestos de su país durante un corto espacio de tiempo. Primero digirió una campaña al SK Nusle (1943-1944) y luego tomó las riendas entre 1945 y 1946 del Čechie Karlín, a los que no pudo salvar del descenso a la categoría de plata del balompié checoslovaco.

Falleció a los 80 años en la capital de su país el 18 de abril de 1988.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Ángel Romano "El rey del Campeonato Sudamericano"

Integrante de la primera gran generación de futbolistas uruguayos de la historia. Fue además la principal estrella de Nacional de Montevideo durante tres lustros, club en el que debutó en la élite y se retiró tras pasar también por CURCC y Boca Juniors. Nacido el 2 de agosto de 1893 en Montevideo, se desempeñaba como delantero aunque llegó a jugar también como defensa, medio y alguna vez de portero. Su posición preferida era la de interior izquierda, puesto en el que creaba jugadas de fantasía, regateaba con habilidad, pasaba con maestría, definía con enorme frialdad y desequilibraba con su gran velocidad. Su apodo futbolístico fue El Loco.

Portada de Estrellas Deportivas
Sus padres se mudaron cuando era pequeño del suburbio de La Mondiola a una casa cerca del estadio de Parque Central, donde jugaba habitualmente Nacional. Es en etapa juvenil cuando entra en el club bolso coincidiendo con su buen amigo de la infancia y posteriormente internacional uruguayo Pascual Somma.
La oportunidad en el primer equipo le llega en 1910 con 17 años recién cumplidos. Debuta frente a Central en casa y cuaja una soberbia actuación con tres dianas. Sin embargo su primera etapa en Nacional acaba poco después tras algunos problemas con dirigentes de la institución y se marcha a CURCC (entidad antepasada de Peñarol).
Allí juega entre 1911 y 1912 y estrena su palmarés con el Campeonato de Primera División que conquistan con enorme solvencia por delante de Montevideo Wanderers y también con la Copa de Honor y la Copa de Honor Cousenier. Al finalizar la campaña aceptó una suculenta oferta de Boca Juniors que acababa de ascender en lo que supone el primer traspaso internacional del continente.
En Boca tiene como compañero a otro uruguayo, Carlos Scarone y a jugadores internacionales argentinos como Abbatángelo, Pedro Calomino o Taggino. En el cuadro xeneize permanece campaña y media y disputa 25 partidos en los que anota 7 goles. Hace su estreno frente a Argentino (Rosario) en la Copa de Honor con un tanto en la segunda mitad y realiza su mejor partido en un choque liguero ante Estudiantil Porteño en octubre de 1913 donde firma un doblete.
Es en 1915 cuando retorna a Nacional para establecerse de forma definitiva. En la siguiente década él, junto a otros grandes baluartes del plantel como Pablo Dacal, Alfredo Foglino, Santos Urdinarán, los hermanos Scarone, Carlos y Héctor, Alfredo Zibechi, su amigo Pascual Somma, Andrés Mazali o Pedro Petrone consiguen una fantástica hegemonía en el fútbol charrúa que se transforma en numerosos trofeos. Logran ocho Campeonatos de Liga en los años 1915, 1916, 1917, 1919, 1920, 1922, 1923 y 1924 donde equipos como Peñarol, Universal, Montevideo Wanderers o Rampla Juniors apenas pueden hacerles frente. Además también alzan en varias ocasiones la Copa Competencia y la Copa de Honor. 
La popularidad del club tricolor traspasó fronteras y en 1925 realizó una larga y exitosa gira por Europa. A Romano que ya portaba su inconfundible boina blanca debido a la pérdida de cabello, le acompañaron sus compatriotas Andrade, Héctor Castro, Héctor Scarone, Cea, Nasazzi o Petrone en una expedición por nueve países que dura 153 días. Disputan un total de 38 partidos con lo más granado del viejo continente entre los que se encuentran equipos como el F.C. Barcelona, el Genoa, el Sporting de Lisboa o el Sparta de Praga y los equipos nacionales de Bélgica, Francia, Austria o Suiza. La gira es un éxito y alcanzan un total de 26 triunfos con únicamente cinco derrotas (el Europa en dos ocasiones y una selección catalana en España, el Sparta de Praga y la selección belga), pese a que Romano no está muy acertado de cara a puerta y sólo suma un gol.
A su regreso a casa sin embargo en la competición doméstica las cosas no salen como esperaban y quedan lejos de los puestos de cabeza. Unos meses más tarde, entre marzo y julio de 1927, emprenden una nueva aventura aunque esta vez por Norteamérica. Pasan por Estados Unidos, México y Cuba y juegan 21 choques con 15 victorias, dos empates y cuatro derrotas ante Newark y dos selecciones de Boston y Chicago y la Juventud Austriana de Cuba.
El Loco continúa enfundándose la camiseta de Nacional hasta 1930 cuando toma la decisión de retirarse con 37 años. Para la historia deja un bagaje de 388 encuentros y 164 tantos que le convierten actualmente en uno de los mejores artilleros de la historia del club junto a Atilio Garcia, Héctor Scarone o Julio César Morales.

Uruguay 1917

Nacional 1927


Con la selección uruguaya fue internacional en 69 ocasiones (cifra vigente hasta 1985 cuando Rodolfo Rodríguez consiguió 70), todo un récord para una época sin tantos encuentros entre equipos nacionales. Marcó un total de 28 goles lo que le permitió ser el máximo artillero de 'La Celeste' durante año y medio hasta que Scarone le sobrepasó durante los Juegos Olímpicos de 1928. Hoy en día aún conserva la cuarta plaza de ese ránking en el que Suárez ocupa el primer lugar y Forlán el segundo.
En sus 16 años vistiendo la zamarra charrúa coleccionó innumerables títulos entre los que destacan seis Campeonatos Sudamericanos (es el jugador con más triunfos), el oro olímpico en los Juegos de 1924 o cinco Copas Lipton. Debutó precisamente en este torneo, en la edición del año 1911 ante Argentina a quien se impusieron en Buenos Aires por 0-2 con un gol suyo en la segunda mitad. Desde entonces hasta 1916 todos sus partidos con Uruguay fueron ante la albiceleste. En estos encuentros logró tres tantos más para su estadística pero si hay uno importante fue el logrado en agosto de 1912 en la victoria por 3-0 que les dio la Copa Premio Honor Uruguayo.
En 1916 se celebró por primera vez el Campeonato Sudamericano y Romano estuvo en la convocatoria de Alfredo Foglino. Titular en los dos primeros partidos ante Chile y Brasil que solventaron sin problemas, se perdió el choque que decidió el trofeo frente a Argentina. Un partido que tuvo que suspenderse a los cinco minutos y se continuó al día siguiente en el estadio de Racing. Tras los 90 minutos el marcador no se movió y Uruguay se hizo con el histórico titulo en un plantel donde además de El Loco se encontraban Gradín, Piendibene, Saporiti o Somma.
Un año más tarde el Campeonato Sudamericano se volvió a disputar, esta vez en casa. Unos meses antes Romano además fue clave en la consecución de la Copa Newton por parte de La Celeste al doblegar por la mínima a Argentina en el Parque Central. La racha le duró también en el gran torneo donde jugó todos los partidos y se proclamó máximo goleador. Uruguay aplastó a chilenos y brasileños por 4-0 con sendos dobletes de El Loco y en el Parque Pereira con 40.000 hinchas apasionados en las gradas venció a Argentina y retuvo el título.
La siguiente participación de Romano en un Campeonato Sudamericano fue en 1919. Sin embargo en esta ocasión los uruguayos no pudieron alzar el trofeo por tercera vez. En el partido clave los anfitriones Brasil y Uruguay empataron a dos en Laranjeiras y hubo que jugarse un desempate tres días más tarde. En este duelo Romano si salió en el once de Severino Castillo pero un gol del fantástico Friedenreich les hizo hincar la rodilla.
La revancha no tardó en consumarse y en 1920 volvió a verse la mejor cara de Romano. Por segunda y última vez se erigió como mejor goleador de la competición y ayudó a Uruguay a conquistar su cuarto Campeonato Sudamericano. Pese a tropezar con la albiceleste en la primera jornada, en la segunda apabullaron a Brasil con dos goles del delantero de Nacional. En el tercer partido en Viña del Mar Romano abrió el triunfo frente a los locales de una contienda que finalizó con resultado de 1-2.
En los dos años siguientes se abrió una pequeña sequía de títulos y La Celeste se conformó con la tercera posición en los torneos de 1921 y 1922. El Loco que completó una gran actuación frente a Brasil en 1921 con dos dianas no pudo anotar en 1922 pese a que estuvo en la alineación inicial en los cuatro encuentros. Uruguay recuperó la senda de los éxitos en 1923 con una victoria a lo grande en su territorio al lograr pleno de triunfos, pero Romano que integraba la lista del técnico De Lucca no contó con minutos a lo largo de la competición.
El año 1924 fue uno de los más importantes de la carrera de Romano y también de la selección uruguaya. En mayo viajaron a París para competir en los Juegos Olímpicos. En el plantel además de El Loco figuraban leyendas del país como Andrés Mazali, José Nasazzi, Leandro Andrade, Pedro Cea, Héctor Scarone o Pedro Petrone. Indiscutible para Figoli Romano fue un fijo y colaboró con tres dianas para colgarse la medalla de oro. En las dos primeras rondas los charrúas avasallaron a yugoslavos y estadounidenses para retarse en cuartos con los anfitriones. La Francia de Nicolas o Dubly no fue rival y tras ganar por 1-5 en Colombes pasaron a semis. Allí los Países Bajos les pusieron en aprietos pero con un tanto de Scarone alcanzaron la final. Suiza tampoco fue un duro adversario y con goles de Petrone, Cea y Romano conquistaron la presea dorada. 
Apenas tres meses después la columna vertebral recibió en suelo charrúa a los mejores equipos de Sudamérica. Chile y Paraguay fueron los que primero sucumbieron, en dos partidos en los que Romano logró un tanto en cada uno, y en la última jornada el empate sin goles ante la albiceleste les permitió completar un magnifico doblete olímpico y sudamericano. El último gran servicio del futbolista bolso al equipo nacional se produjo en 1926, en un nuevo Campeonato Sudamericano que logró Uruguay. Suplente en los dos primeros triunfos frente a Chile y Argentina recuperó la titularidad para jugar ante Bolivia, donde ganaron por 6-0 con una diana que llevó su nombre y Paraguay, día en el que confirmaron su triunfo de la competición con un claro 6-1.
Su retirada internacional se produjo el 14 de julio de 1927 con derrota. La albiceleste les derrotó por 0-1 en el Parque Central de Montevideo y se hizo con la Copa Newton de ese año.

Falleció en la madrugada del 22 de agosto de 1972 en la capital charrúa a los 79 años de edad.



lunes, 2 de noviembre de 2015

Antonio Carbajal "La longevidad y la alegría en la meta mexicana"

Uno de los mejores arqueros de la historia de México y de toda Norteamérica. Posee además el récord de Mundiales disputados con cinco participaciones (1950, 1954, 1958, 1962 y 1966), plusmarca que comparte con el teutón Lothar Matthaus y el italiano Gianluigi Buffon. Nacido el 7 de junio de 1929 en Ciudad de México (México), fue un magnífico guardameta. Maestro de la colocación y de gran sobriedad y seguridad, era muy ágil y espectacular. Además era todo un líder bajo palos y organizaba y mandaba a su zaga con enorme carácter. Se le conoció con los apodos de El Eterno, Cinco Copas (por los Cinco Mundiales) y La Tota, mote puesto por Cantinflas Sánchez, su mejor amigo de la infancia y posteriormente jugador de América al no poder pronunciar Toño y decir Tota.

En plena acción
Su idilio con el fútbol empezó de pequeño cuando jugaba en la calle donde se encontraba la casa y utilizaba la puerta como portería, por si en el caso de que llegase su padre le diera tiempo a entrar en el hogar. A su progenitor no le gustaba la idea del balompié y con 13 años obligó a Carbajal a elegir entre el fútbol o los estudios. La Tota, un chico siempre muy alegre y jovial no se lo pensó y se marchó de casa.
Poco después firmó por el equipo del barrio, el Oviedo, en el que se encontró a un gran guardameta que le impedía jugar asiduamente. Sin embargo el arquero de nombre José Alfredo Jiménez se retiró del fútbol para dedicarse a la música y dejó el camino despejado a Carbajal. En el Oviedo con el que debutó en Primera permaneció seis años hasta que tras los Juegos Olímpicos se marchó al Real Club España que dio once balones por su traspaso.
Su trayectoria en el club hispanista no se prolongó mucho puesto que la entidad fundada por jóvenes emigrantes españoles desapareció por cuestiones políticas en 1950. Fue en ese instante cuando firmó por Club León donde pasaría a la historia como uno de los mejores futbolistas de la historia de la institución. 
Con los panzas verdes jugó un total de dieciséis temporadas y 364 partidos oficiales. Allí compartió vestuario con Alfonso Montemayor, Sergio Bravo, Alfredo Hernández, Antonio Battaglia, Luis Luna, los argentinos Marcos Aurelio y Martinolli o el magiar afincado en México Jorge Marik y añadió a su palmarés dos Campeonatos de Liga, dos Copas y una Supercopa. El primer título liguero llegó en 1952 cuando León superó a Chivas de Guadalajara, mientras que el segundo se produjo en 1956 tras derrotar a Oro de Jalisco por 4-2 en el partido por el trofeo (en la clasificación habían empatado a 37 puntos). Por su parte las dos Copas se consiguieron tiempo después, una en 1958 después de vencer León en la prórroga por 5-2 a Zacatepec y la segunda en 1967 en el último año de su carrera tras doblegar a Chivas. Al final ese curso colgó los guantes de manera definitiva con 37 años de edad.


México 1958
Club León 1955-1956

















Con la selección azteca fue internacional en 48 ocasiones desde 1950 a 1966. Anteriormente estuvo convocado para los Juegos Olímpicos de Londres en 1948 pero en el único choque del torneo frente a Corea del Sur el titular fue José Luis Quintero. Su debut oficial se produjo en el primer partido del Mundial de Brasil ante los anfitriones y en Maracaná. El seleccionador Octavio Vial confió en sus grandes virtudes pero su estreno no fue el deseado al encajar cuatro goles, dos de ellos de la estrella local Ademir. Continuó bajo palos en los otros dos partidos de la liguilla pero México cayó en ambos contra Yugoslavia y Suiza y tuvo que hacer las maletas.
Dos años más tarde fue convocado para los Juegos Panamericanos celebrados en Kingston donde el Tri realizó un papel muy pobre y a partir de 1953 buscó junto a otras figuras del país como Raúl Cárdenas, Lamadrid, Tomás Balcázar o Naranjo el billete para el Mundial de Suiza. México quedó encuadrado en el grupo 12 de la zona CONCACAF con Haití y Estados Unidos como rivales y logró la clasificación de forma nítida. Cuatro triunfos y un sólo tanto encajado por Carbajal les dieron el pase al gran torneo de selecciones. Allí de nuevo les tocó Brasil junto a Francia y Yugoslavia. En la primera jornada se vieron otra vez las caras con la verde-amarela aunque en esta oportunidad Carbajal fue suplente de Salvador Mota. Los aztecas perdieron por 5-0 y su clasificación se antojaba casi imposible. En el segundo partido Carbajal volvió al once pero no pudo evitar la eliminación de su equipo en Ginebra frente a la Francia de Kopa.
Los siguientes envites de La Tota con el combinado nacional tuvieron lugar tres años más tarde, cuando dio inicio la calificación para el Mundial de Suecia. México que había incorporado entre otros a Chava Reyes, Villegas, Alfredo Hernández o Jesús del Muro volvió a obtener un pasaporte mundialista tras deshacerse muy fácil de estadounidenses y canadienses y vencer en el playoff a Costa Rica. En territorio escandinavo Carbajal fue un fijo para Antonio López Herranza en la fase de grupos. Sin embargo el rendimiento azteca dejó mucho que desear y fueron apeados a las primeras de cambio. Carbajal recibió tres goles de los suecos y cuatro de los húngaros acumulando dos derrotas y únicamente no perdieron frente a Gales con quien firmaron tablas a un tanto.
En 1959 La Tota completó una de sus mejores actuaciones con la zamarra mexicana en un amistoso contra Inglaterra en Ciudad de México. Los 'pross' con Haynes, Greaves, Charlton o Armfield en la alineación sucumbieron por 2-1 con una selección azteca muy competitiva y un Carbajal que repelió con acierto la mayoría de ataques ingleses. Con la llegada de los años 60 y Trelles como entrenador, México empezó una larga fase de clasificación para el Mundial de Chile. El arquero capitalino era un baluarte insustituible en el marco y disputó todos los partidos de calificación. En la primera fase eliminaron a Estados Unidos después de golearles en casa por 3-0. A continuación en la ronda final de su zona comenzaron con derrota en San José frente a Costa Rica pero acabaron liderando el grupo con cinco puntos y sólo dos goles encajados. Con ese liderato accedieron a un playoff en el que su contrincante fue la Paraguay de Aurelio González, legendario futbolista de los años 30. Un gol de Reyes les dio el triunfo en la capital del país y una semana más tarde aguantaron el 0-0 en Asunción para poder ir a Chile.
La suerte en el sorteo les fue esquiva y entraron dentro del grupo de la muerte. Brasil, España y Checoslovaquia fueron sus adversarios en un grupo durísimo. Frente a Brasil en el estreno resistieron hasta la segunda mitad cuando surgieron Zagallo y Pelé. Ante España mantuvieron un buen nivel y sólo una cabalgada de Gento culminada por Peiró les hizo besar la lona. En la última jornada y pese a estar ya eliminados demostraron gran calidad y coraje para imponerse a los centroeuropeos, futuros finalistas, por 3-1 en Viña del Mar.
Los últimos servicios de Carbajal al Tri transcurrieron entre 1965 y 1966. En la primera ronda de clasificación fue titular en los encuentros ante Honduras y Estados Unidos que le dieron el pase a la fase final. Sin embargo ante Costa Rica y Jamaica Calderón ocupó la puerta de la selección y Carbajal no dispuso de oportunidades. México sumó tres victorias y un empate y por quinta vez consecutiva alcanzaba el Mundial. La Tota aterrizó en Inglaterra con 37 años y siendo el suplente del Cuate Calderón. México logró un esperanzador empate ante Francia en la primera jornada pero perdió ante los anfitriones ingleses por 2-0. En la última jornada necesitaban un milagro para conseguir pasar de fase y ante Uruguay el técnico Ignacio Trelles le dio a Carbajal la ocasión de despedirse de los Mundiales. En Wembley aztecas y charrúas empataron a cero y el mítico portero mexicano dijo adiós al equipo nacional tras una trayectoria extraordinaria.
Después de su carrera deportiva ejerció como entrenador en la década de los 70, 80 y los 90, llegando a dirigir entre otros a Club León con el que alzó dos Copas en 1971 y 1972, Unión de Curtidores, Morelia o Atletas Campesinos al que ascendió a Primera. Con Morelia además instauró el récord de más partidos dirigidos en la máxima categoría del fútbol azteca.

En el año 2001 la IFFHS le eligió como mejor guardameta de la CONCACAF en el pasado siglo XX.

En los últimos años ha regentado su negocio de vidriería en León, ciudad en la que reside.

lunes, 26 de octubre de 2015

Las “santiaguinas” de Bernabéu


El Real Madrid tiene 113 años de existencia, de los cuales más de 35 estuvo presidido por Santiago Bernabéu, hombre clave en la trayectoria del club en todos los sentidos. Para la historia el mandatario también dejó las “santiaguinas”, una serie de fuertes reprimendas o charlas motivadoras dirigidas a los inquilinos del vestuario blanco.

Todo comenzó un 14 de noviembre de 1956 a las 20:15 horas de la tarde. En el Prater de Viena se estaba disputando la primera ronda de la imberbe Copa de Europa. En la ida los merengues dirigidos por José Villalonga habían doblegado a los austriacos del Rapid por 4-2, con sendos dobletes de Marsal y Di Stéfano.

Juanito Alonso despeja un balón frente al Rapid

En el descanso de la vuelta los centroeuropeos estaban pasando por encima de los vigentes campeones. Vencían por 3-0 y el equipo blanco no podía contener la avalancha de juego local. Los pupilos de Max Merkel entre los que figuraban Ernst Happel, un zaguero muy inteligente y de enorme calidad con el balón, los hermanos Körner, Robert y Alfred, el avispado y eficaz delantero Robert Dienst o el mítico capitán y versátil Gerhard Hanappi, se encontraban a 45 minutos de lograr una gesta impresionante.

El Real Madrid necesitaba una reacción inmediata y el presidente Bernabéu tomó cartas en el asunto. La situación era muy delicada puesto que Oliva había sido trasladado al hospital debido a una herida abierta en su tibia y el arquero Juanito Alonso tenía la mano derecha rota. Por tanto los blancos jugarían con 10 hombres y el portero en un estado precario. El mandatario bajó a la caseta desde el palco y abrió la puerta de forma enérgica.
  
Al mismo tiempo que se quitaba el sombrero comenzó a elevar la voz ante la resignación de los jugadores. Les espetó que sentía vergüenza por lo que estaba viendo sobre el césped y que pensasen en toda esa afición blanca que se había trasladado a Viena para ver a su equipo y a sus ídolos. En un momento dado el capitán Zárraga le interrumpió para aclararle que hacían todo lo que podían pero rápidamente Bernabéu le mandó callar. A continuación les exigió hombría y se marchó dando un portazo que retumbó en toda la zona de vestuarios.

Portada de MARCA tras el partido en Viena

Los siguientes minutos futbolistas y técnico hablan y cambian la forma de jugar y la colocación de algunos jugadores. Di Stéfano se echa el equipo a la espalda y recorta distancias con una excepcional chilena en el minuto 60. El Rapid ya no es el vendaval del primer acto y aunque está cerca de lograr el cuarto en varias ocasiones el choque concluye 3-1. En esa época no existía aún el valor doble de los goles en campo contrario y se ha de celebrar un desempate.

Finalizado el partido Santiago Bernabéu vuelve a bajar al vestuario y se muestra orgulloso de sus hombres, a los que comenta que retira lo dicho en el intermedio. Un mes más tarde se vuelven a ver las caras en Madrid y los merengues pasan de ronda tras ganar por 2-0. En  las siguientes eliminatorias se deshacen del Niza y el Manchester United de los ‘Busby Babes’ (con otra visita de Bernabéu en el descanso de Old Trafford donde elogia la testiculina de Lesmes II), y en la final frente a la Fiorentina revalidan el título continental.

Alfredo Di Stéfano comentó años atrás que la única “santiaguina” que vivió en su etapa merengue fue aquella en la capital austriaca, aunque la leyenda cuenta que hubo alguna más de tronío en ese periodo esplendoroso del Real Madrid en la década de los 50 y los 60.

Posteriormente salieron a la luz otras “santiaguinas” de carácter motivador y alentador  en choques importantes de la temporada. Una de ellas tuvo lugar en la Recopa y la otra en la Copa de Europa, cuando el presidente blanco entró a la caseta antes del encuentro para arengar a sus muchachos. La primera fue en 1971 en Eindhoven, donde el Real Madrid logró un empate clave ante el PSV en la ida de semifinales y la segunda se produjo en 1976, en la vuelta de las semis de la Copa de Europa contra el Borussia Mönchengladbach al que apearon tras igualar a uno en el coliseo madridista.


miércoles, 7 de octubre de 2015

Gaspar Rubio "El Rey del Astrágalo"

Uno de los primeros genios del balompié español. Cuentan los que le vieron jugar que si tenía el día era imparable para los rivales. En cambio si su actitud era perezosa o no estaba fino llegaba a desesperar a los aficionados que siempre esperaban mucho de él. Nacido el 14 de diciembre de 1907 en Serra (Valencia) se ganó el apodo de El Mago por su calidad y el del Rey del Astrágalo por sus problemas con ese pequeño hueso del pie. Delantero de gran clase, destacaba por su dominio del esférico, su habilidad, su inteligencia y por una destreza para el regate superlativa.

En su etapa madridista
Comenzó a jugar al fútbol en varios clubes modestos hasta que firmó por el Levante. A finales de los años 20 Pablo Hernández Coronado, secretario técnico merengue le vio jugar y quedó prendado de sus condiciones. El club madridista pagó por su traspaso 4.000 pesetas y formó parte del equipo que debutó en la recién creada Liga española.
De carácter peculiar cuando pisó la capital se definió a si mismo como un “Samitier, pero mejor”. Tenía todas las condiciones para triunfar pero su temperamento siempre fue un obstáculo. Veía el fútbol como un espectáculo y también fue de los primeros futbolistas en exigir primas en caso de hacer goles o tener buen rendimiento durante los partidos.
En sus dos campañas y media con la zamarra blanca tuvo un rendimiento fantástico. En el curso 28-29 hizo 11 dianas y fue el mejor artillero del equipo junto a Lazcano. Mientras que la temporada siguiente fue de los pocos que se salvó en un cuadro merengue que ocupó puestos de mitad de la tabla. Logró 19 tantos, que le convirtieron en el segundo máximo goleador en Liga, y tres de ellos los marcó en un derbi ante el Athletic de Madrid en el que fue una pesadilla para la zaga rojiblanca.
Sin embargo a nivel de títulos se tuvo que conformar con tres Campeonatos Regionales. El plantel dirigido por José Quirante alcanzó la final de Copa en los años 1929 y 1930 pero en ambas cayó derrotado. Primero se cruzó con el RCD Español de Zamora y Bosch en la famosa ‘Final del agua’ y a continuación sucumbieron frente al Athletic de Bilbao de Pentland tras una prórroga. De este modo los vascos vengaron su eliminación el año anterior en el ‘Partido de las ranas’ donde los madrileños apabullaron a su adversario en San Mamés por 1-4.
En el periodo estival de 1930 y tras varios meses quejándose de dolores en un pie (las malas lenguas decían que eran inventados) fue intervenido en el astrágalo. Le extrajeron cuatro esquirlas y estuvo varias semanas de baja. Sin embargo para sorpresa del club y los aficionados su carrera tomó otro camino en noviembre. Decidió hacer las maletas y junto a dos amigos embarcó en Vigo en el ‘Cristobal Colón’ con destino Cuba. No avisó a nadie y su despedida fue fría y premeditada, al considerar injusto que Zamora fuese el jugador mejor pagado de la plantilla.
En la isla jugó en el Juventud Asturiana y poco después también en el Real Club España de México. En 1932 retornó a Madrid con la intención de retomar su trayectoria como madridista pero ya nada fue lo mismo. Sus compañeros no le recibieron con los brazos abiertos y tuvo desencuentros con varios de ellos. Después de disputar un amistoso ante el Athletic de Madrid criticó a Hilario Marrero y Luis Regueiro y la directiva le traspasó precisamente a los colchoneros.
Militó un par de años en el eterno rival blanco compartiendo vestuario con Luis Marín, Alfonso Olaso o el arquero Pacheco y también en el Valencia o el Levante donde alzó la Copa de la España Libre en 1937 tras derrotar en la final a los che por la miníma. Después de la guerra disfrutó de una tercera etapa en el Madrid con el que disputó el Campeonato Mancomunado Centro de 1939 pero tras el torneo no se quedó en el club. 
Concluyó su carrera en 1943 tras jugar una temporada con el Murcia y otra con el Recreativo Granada en Primera División.

España 1930
Real Madrid 1929














Atlético de Madrid 1933
Levante 1937
















Internacional español en únicamente cuatro ocasiones tiene el segundo mejor promedio de tantos en la historia de la selección. En sus dos primeros partidos frente a Portugal y Francia logró tres y cuatro goles respectivamente aunque su mejor actuación aún estaba por llegar. Inglaterra visitaba el Metropolitano el 15 de mayo de 1929 y en Madrid perdió por primera vez ante un equipo del continente. Rubio aquella tarde brilló con luz propia y además de batir en dos ocasiones a Hufton cuajó un choque para el recuerdo según las crónicas de la época. Un año más tarde se despidió del combinado nacional contra Checoslovaquia en un encuentro celebrado en Montjuic.

En su vida posterior al balompié se dedicó a entrenar. Dirigió al Levante, el Hércules o la UD Lleida y también cruzó el charco para sentarse en el banquillo de varios conjuntos mexicanos. Allí instaló su residencia hasta que falleció a los 75 años víctima de una pulmonía en la capital azteca.

sábado, 3 de octubre de 2015

Dominique Rocheteau "El Ángel Verde de Saintes"

Jugador mítico del fútbol galo y uno de los estandartes del gran AS Saint-Étienne de los años 70 y el Paris Saint-Germain de la década de los 80. Además en la selección francesa vivió una esplendorosa etapa junto a los Platini, Giresse o Tigana con los que conquistó la Eurocopa de Naciones en 1984. Nacido el 14 de enero de 1955 en Saintes (Francia), su puesto era el de extremo. Futbolista diestro, muy rápido, técnico y con un regate fantástico, podía jugar también a banda cambiada para trazar diagonales y explotar su preciso disparo. Durante su estancia en el Saint-Étienne se ganó el apodo de El Ángel Verde.

Jugando en el AS Saint-Étienne
Desde pequeño se interesó por el fútbol aunque entre sus otras aficiones estaban la literatura, la filosofía y una defensa enérgica de la paz. Sus primeras patadas a un esférico las dio en los conjuntos del Etaules y La Rochelle hasta que con 16 años el Saint-Étienne se lo llevó a su cantera. Allí jugó un par de años y en 1973 le llegó la oportunidad en el primer equipo en un choque frente al Nancy. No desaprovechó la circunstancia y lo que vino a continuación fue una excelente trayectoria deportiva en la que pudo alzar numerosos títulos.
Los primeros llegaron en 1974 y 1975, temporadas en las que el cuadro verde conquistó la Liga y confirmó su superioridad en el balompié galo sobre Nantes u Olympique de Marsella. Sin embargo la participación de Rocheteau en estos entorchados no fue muy alta. La primera gran lesión de su carrera se la produjo el defensor del Lyon Bernard Lhomme en 1974 y apenas pudo jugar 4 partidos en cada curso. 
Fue a partir de la temporada 1975-1976 cuando se recuperó y comenzó a ser una pieza básica del conjunto dirigido por su compañero Robert Herbin. Nombrado jugador revelación del campeonato francés realizó una brillante campaña en la que el Saint-Étienne volvió a revalidar el título de Liga y se proclamó subcampeón de Europa. En un plantel donde además del extremo sobresalían hombres como Beretta, Ćurković, Piazza, los hermanos Revelli, Hervé y Patrick, Larios o Janvion se eliminó primero al KB danés y luego al Glasgow Rangers con un tanto de Rocheteau en la vuelta. En cuartos les esperó un duro rival, el Dinamo de Kiev de Blokhin. La ida fue un palo para los intereses verdes y cayeron por 2-0. Sin embargo en el choque de vuelta con una atmósfera fantástica en Geoffroy-Guichard igualaron el resultado durante los 90 minutos y Rocheteau culminó la remontada en la prórroga tras marcar a pase de Herbin. A continuación superaron al PSV en unas semis apasionantes pero en la final el Bayern de Beckenbauer les derrotó por la mínima. El Ángel Verde no estuvo en condiciones óptimas de disputar el choque tras lesionarse frente a los neerlandeses y aunque salió en el minuto 83 y puso en jaque a la defensa bávara el resultado permaneció inalterable.
El ciclo glorioso verde concluyó un año más tarde cuando obtuvieron la Copa de Francia. En la competición doméstica esta vez se quedaron muy lejos del Nantes y ocuparon la quinta posición. Pero en el torneo copero Auxerre, Rouen, Sochaux y Nantes fueron sus víctimas antes de doblegar en la gran final al Stade de Reims por 1-2.
Rocheteau continuó dos temporadas más siendo uno de los bastiones del equipo (en la 1978-1979 anotó 24 dianas, su cifra más alta de goles) pero con la llegada de los años 80 decidió tomar un cambio de rumbo y fichó por el PSG. Una de las razones para su marcha fue su cada vez más deteriorada relación con la directiva verde, pese a que el técnico Herbin confiaba en él y siempre se opuso a su traspaso. Ya en París aterrizó como una de las estrellas de la escuadra capitalina y pasó a jugar en muchas ocasiones como delantero centro.
Su trayectoria siguió siendo exitosa y en el PSG se convirtió en un punta con magníficos números de cara a puerta. En la campaña de su debut llegó hasta los 18 goles y esos guarismos los mantuvo las dos temporadas siguientes en que amplió su palmarés con dos Copas. El PSG en el que tuvo como compañeros a Baratelli, Luis Fernández, Bathenay, Sušić o el argelino Dahleb logró dos torneos del KO muy meritorios después de vencer en la final a dos grandes escuadras como el Saint-Étienne y el Nantes. Ante los verdes en 1982 Rocheteau forzó los penaltis con una diana en el minuto 120 y frente a los canarios en 1983 el PSG se hizo con el triunfo por 3-2 en un precioso choque.
Su única espina por entonces era conseguir ser campeón de Liga con los capitalinos y aunque costó lo consiguió en el año 1986. En un curso en el que tuvo mucha continuidad y apenas lesiones marcó 19 goles en Liga y fue uno de los jugadores claves para levantar el trofeo. El PSG mantuvo una bonita pugna con el Nantes que se decidió en las últimas jornadas y con tres puntos de diferencia se hizo con un título que no había logrado hasta entonces.
El año siguiente participaron con mucha ilusión en la Copa de Europa pero el batacazo fue tremendo. En la primera ronda los checoslovacos del Vitkovice les eliminaron y no volvieron a levantar cabeza en todo el curso. Rocheteau tuvo una campaña discretísima y en el verano de 1987 abandonó la entidad parisina con destino el Toulouse.
El equipo del Alto Garona que militaba en la D1 disfrutó un par de temporadas de los regates y los goles de El Ángel Verde hasta que en 1989 y con 34 años puso fin a su carrera deportiva después de un partido en el Racing Club.

AS Saint-Étienne1975-1976
Francia 1982














PSG 1982-1983
Toulouse 1987


















Con la selección francesa fue internacional durante una década, llegando a disputar 49 partidos y marcar 15 dianas. Su primera oportunidad con los 'bleus' le llegó con apenas 20 años. Francia estaba inmersa en la clasificación para la Eurocopa de 1976 y Stefan Kovacs le convocó para un choque ante Islandia en Nantes. Los locales se impusieron por 3-0 y Rocheteau jugó el partido completo. A continuación también participó en los partidos ante la RDA y Bélgica pero el cuadro galo concluyó en tercera posición de su grupo y no logró el billete para el torneo continental.
A partir de 1976 se hizo cargo del puesto de seleccionador el mítico Michel Hidalgo que también incluyó a Rocheteau entre sus habituales. Francia tuvo como rivales en la búsqueda de un billete para Argentina 1978 a Eire, Bulgaria y Albania (finalmente se retiró). El extremo disputó los dos partidos ante los irlandeses y uno ante los búlgaros y ayudó con un tanto a que Francia certificase su presencia en suelo argentino. Sin embargo la diana contra 'Los Leones' no fue la primera en el equipo nacional puesto que a principios de 1977 había anotado en un amistoso frente a Suiza en Ginebra.
En el verano de 1978 Hidalgo le metió en la lista mundialista junto a otras grandes figuras del fútbol francés como Henri Michel, Platini, Tresor o Six. En el estreno ante los italianos no gozó de ningún minuto en la derrota por 2-1. Este marcador provocó algunos cambios en el once en la segunda jornada y Rocheteau fue uno de los nuevos. Sin embargo los revulsivos no dieron el resultado esperado y se cayó otra vez, en esta ocasión ante los anfitriones. En la última jornada con la honra en juego Rocheteau volvió a salir de inicio y Francia se marchó del Mundial con un triunfo por 3-1 frente a Hungría, logrando él un gol en el minuto 42 de la primera mitad con la pierna zurda.
El siguiente objetivo del combinado galo fue asegurar su presencia en la Eurocopa de 1980 celebrada en Italia. El papel de El Ángel Verde continuó siendo importante disputando tres de los seis partidos pero Francia volvió a quedarse sin una plaza, siendo superada por Checoslovaquia por un punto. Sin apenas tiempo para lamentarse llegó la calificación para el Mundial de España. Al equipo se incorporó gente como Amoros, Bellone, Genghini o Tigana que dio un salto de calidad a la selección. Rocheteau completó una magnífica fase de clasificación, coronada con un gol ante Chipre y tras ser segunda del grupo 2 por detrás de los belgas Francia confirmó su presencia en España.
Los 'bleus' iban con mucha moral pero se empezó con un tropiezo ante los ingleses en Bilbao. Rocheteau jugó 71 minutos y salió del campo tocado de un pie, lo que le dejó fuera de los dos siguientes partidos del grupo. En esos choques se impusieron a Kuwait con claridad y empataron con Checoslovaquia, logrando así el pase con apuros para la segunda fase. Ahí reapareció Rocheteau y su aportación fue excelente. Vencieron a Austria por la mínima y ante los norirlandeses ganaron por 4-1 con un doblete del extremo del PSG. Días más tarde y en uno de los mejores partidos de la historia de la Copa del Mundo los alemanes dirigidos por Jupp Derwall les derrotaron por penaltis en las semifinales disputadas en el Sánchez Pizjuán de Sevilla. Francia acabó siendo cuarta al perder ante Polonia en el choque por la tercera plaza, duelo que Rocheteau vivió desde el banquillo.
Dos años después la Eurocopa tuvo como sede Francia y los hombres de Hidalgo no tuvieron que sufrir por buscar una plaza que no alcanzaron en las cinco citas anteriores. Los meses previos los prepararon bien con duelos ante poderosos combinados como el español, el yugoslavo, el inglés, el austriaco o el de Alemania Occidental. Rocheteau vivía una magnífica época en su equipo y lo trasladó a la selección en la que sumó dos goles más ante España y Austria para sus estadísticas personales.
En su grupo del torneo continental compitió con Dinamarca, Bélgica y Yugoslavia por dos puestos en semis. Rocheteau observó desde la suplencia la victoria ante los daneses pero si ayudó en la gran victoria por 5-0 contra los belgas y en el 3-2 con un hat-trick de Platini frente al cuadro plavi. Sin embargo este sería su último partido de la competición, la mala suerte volvió a cebarse con él y una lesión le apartó de la Eurocopa. En semis y en un choque agónico se derrotó a Portugal y en París con el Parque de los Principes a rebosar Francia se coronó campeona de Europa de Naciones tras ganar a España.
Los últimos coletazos de la carrera internacional de El Ángel Verde llegaron entre 1985 y 1986. Castigado por las lesiones anteriores aún rindió a un buen nivel y tras jugar tres partidos de clasificación con triplete incluido ante Luxemburgo fue convocado para México 1986. Formó parte del once de Henri Michel contra Canadá y descansó en las tablas ante la URSS de la segunda jornada. Por entonces Francia sumaba tres puntos pero se jugaba el liderato del grupo ante Hungría. Rocheteau logró el tercer tanto bleu tras batir a Disztl y dio una asistencia pero el 3-0 fue insuficiente para superar en la tabla a los soviéticos. En octavos siguió formando parte de la alineación en un duelo en el que doblegaron a Italia por 0-2 en la capital azteca con otros dos pases de gol suyos a Platini y Stopyra. Su siguiente adversario fue el Brasil de Telê Santana que tampoco pudo detenerles y sucumbió en una angustiosa tanda de penaltis. Rocheteau duró hasta el minuto 99 en que su cuerpo dijo basta y tuvo que abandonar el campo cojeando. Sería su despedida de la selección ya que no participaría ni en la derrota en semis de nuevo ante los germanos ni en la contienda por el tercer lugar que se llevaron al ganar a Bélgica.

En su vida posterior al balompié empezó trabajando como agente de jugadores pero lo dejó tras un problema con David Ginola. Luego presidió la Comisión de ética de la Federación Francesa en la que su principal labor era luchar por el correcto comportamiento de futbolistas, colegiados y aficiones y en 2010 regresó al Saint-Étienne. El presidente Roland Romeyer le nombró vicepresidente del Consejo de Supervisión y tiempo después pasó a ser coordinador deportivo de la entidad, realizando tareas en el centro de formación y de relación con los hinchas verdes.

Además ha participado en varias películas como Le Garçu con Gérard Depardieu o Casablanca Driver, publicó un libro en 2005 titulado Me llamo ángel verde y abrió en Vietnam una academia de fútbol para jóvenes.