Integrante de la primera gran generación de futbolistas uruguayos de la historia. Fue además la principal estrella de Nacional de Montevideo durante tres lustros, club en el que debutó en la élite y se retiró tras pasar también por CURCC y Boca Juniors. Nacido el 2 de agosto de 1893 en Montevideo, se desempeñaba como delantero aunque llegó a jugar también como defensa, medio y alguna vez de portero. Su posición preferida era la de interior izquierda, puesto en el que creaba jugadas de fantasía, regateaba con habilidad, pasaba con maestría, definía con enorme frialdad y desequilibraba con su gran velocidad. Su apodo futbolístico fue El Loco.
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La oportunidad en el primer equipo le llega en 1910 con 17 años recién cumplidos. Debuta frente a Central en casa y cuaja una soberbia actuación con tres dianas. Sin embargo su primera etapa en Nacional acaba poco después tras algunos problemas con dirigentes de la institución y se marcha a CURCC (entidad antepasada de Peñarol).
Allí juega entre 1911 y 1912 y estrena su palmarés con el Campeonato de Primera División que conquistan con enorme solvencia por delante de Montevideo Wanderers y también con la Copa de Honor y la Copa de Honor Cousenier. Al finalizar la campaña aceptó una suculenta oferta de Boca Juniors que acababa de ascender en lo que supone el primer traspaso internacional del continente.
En Boca tiene como compañero a otro uruguayo, Carlos Scarone y a jugadores internacionales argentinos como Abbatángelo, Pedro Calomino o Taggino. En el cuadro xeneize permanece campaña y media y disputa 25 partidos en los que anota 7 goles. Hace su estreno frente a Argentino (Rosario) en la Copa de Honor con un tanto en la segunda mitad y realiza su mejor partido en un choque liguero ante Estudiantil Porteño en octubre de 1913 donde firma un doblete.
Es en 1915 cuando retorna a Nacional para establecerse de forma definitiva. En la siguiente década él, junto a otros grandes baluartes del plantel como Pablo Dacal, Alfredo Foglino, Santos Urdinarán, los hermanos Scarone, Carlos y Héctor, Alfredo Zibechi, su amigo Pascual Somma, Andrés Mazali o Pedro Petrone consiguen una fantástica hegemonía en el fútbol charrúa que se transforma en numerosos trofeos. Logran ocho Campeonatos de Liga en los años 1915, 1916, 1917, 1919, 1920, 1922, 1923 y 1924 donde equipos como Peñarol, Universal, Montevideo Wanderers o Rampla Juniors apenas pueden hacerles frente. Además también alzan en varias ocasiones la Copa Competencia y la Copa de Honor.
La popularidad del club tricolor traspasó fronteras y en 1925 realizó una larga y exitosa gira por Europa. A Romano que ya portaba su inconfundible boina blanca debido a la pérdida de cabello, le acompañaron sus compatriotas Andrade, Héctor Castro, Héctor Scarone, Cea, Nasazzi o Petrone en una expedición por nueve países que dura 153 días. Disputan un total de 38 partidos con lo más granado del viejo continente entre los que se encuentran equipos como el F.C. Barcelona, el Genoa, el Sporting de Lisboa o el Sparta de Praga y los equipos nacionales de Bélgica, Francia, Austria o Suiza. La gira es un éxito y alcanzan un total de 26 triunfos con únicamente cinco derrotas (el Europa en dos ocasiones y una selección catalana en España, el Sparta de Praga y la selección belga), pese a que Romano no está muy acertado de cara a puerta y sólo suma un gol.
A su regreso a casa sin embargo en la competición doméstica las cosas no salen como esperaban y quedan lejos de los puestos de cabeza. Unos meses más tarde, entre marzo y julio de 1927, emprenden una nueva aventura aunque esta vez por Norteamérica. Pasan por Estados Unidos, México y Cuba y juegan 21 choques con 15 victorias, dos empates y cuatro derrotas ante Newark y dos selecciones de Boston y Chicago y la Juventud Austriana de Cuba.
El Loco continúa enfundándose la camiseta de Nacional hasta 1930 cuando toma la decisión de retirarse con 37 años. Para la historia deja un bagaje de 388 encuentros y 164 tantos que le convierten actualmente en uno de los mejores artilleros de la historia del club junto a Atilio Garcia, Héctor Scarone o Julio César Morales.
Uruguay 1917 |
Nacional 1927 |
Con la selección uruguaya fue internacional en 69 ocasiones (cifra vigente hasta 1985 cuando Rodolfo Rodríguez consiguió 70), todo un récord para una época sin tantos encuentros entre equipos nacionales. Marcó un total de 28 goles lo que le permitió ser el máximo artillero de 'La Celeste' durante año y medio hasta que Scarone le sobrepasó durante los Juegos Olímpicos de 1928. Hoy en día aún conserva la cuarta plaza de ese ránking en el que Suárez ocupa el primer lugar y Forlán el segundo.
En sus 16 años vistiendo la zamarra charrúa coleccionó innumerables títulos entre los que destacan seis Campeonatos Sudamericanos (es el jugador con más triunfos), el oro olímpico en los Juegos de 1924 o cinco Copas Lipton. Debutó precisamente en este torneo, en la edición del año 1911 ante Argentina a quien se impusieron en Buenos Aires por 0-2 con un gol suyo en la segunda mitad. Desde entonces hasta 1916 todos sus partidos con Uruguay fueron ante la albiceleste. En estos encuentros logró tres tantos más para su estadística pero si hay uno importante fue el logrado en agosto de 1912 en la victoria por 3-0 que les dio la Copa Premio Honor Uruguayo.
En 1916 se celebró por primera vez el Campeonato Sudamericano y Romano estuvo en la convocatoria de Alfredo Foglino. Titular en los dos primeros partidos ante Chile y Brasil que solventaron sin problemas, se perdió el choque que decidió el trofeo frente a Argentina. Un partido que tuvo que suspenderse a los cinco minutos y se continuó al día siguiente en el estadio de Racing. Tras los 90 minutos el marcador no se movió y Uruguay se hizo con el histórico titulo en un plantel donde además de El Loco se encontraban Gradín, Piendibene, Saporiti o Somma.
Un año más tarde el Campeonato Sudamericano se volvió a disputar, esta vez en casa. Unos meses antes Romano además fue clave en la consecución de la Copa Newton por parte de La Celeste al doblegar por la mínima a Argentina en el Parque Central. La racha le duró también en el gran torneo donde jugó todos los partidos y se proclamó máximo goleador. Uruguay aplastó a chilenos y brasileños por 4-0 con sendos dobletes de El Loco y en el Parque Pereira con 40.000 hinchas apasionados en las gradas venció a Argentina y retuvo el título.
La siguiente participación de Romano en un Campeonato Sudamericano fue en 1919. Sin embargo en esta ocasión los uruguayos no pudieron alzar el trofeo por tercera vez. En el partido clave los anfitriones Brasil y Uruguay empataron a dos en Laranjeiras y hubo que jugarse un desempate tres días más tarde. En este duelo Romano si salió en el once de Severino Castillo pero un gol del fantástico Friedenreich les hizo hincar la rodilla.
La revancha no tardó en consumarse y en 1920 volvió a verse la mejor cara de Romano. Por segunda y última vez se erigió como mejor goleador de la competición y ayudó a Uruguay a conquistar su cuarto Campeonato Sudamericano. Pese a tropezar con la albiceleste en la primera jornada, en la segunda apabullaron a Brasil con dos goles del delantero de Nacional. En el tercer partido en Viña del Mar Romano abrió el triunfo frente a los locales de una contienda que finalizó con resultado de 1-2.
En los dos años siguientes se abrió una pequeña sequía de títulos y La Celeste se conformó con la tercera posición en los torneos de 1921 y 1922. El Loco que completó una gran actuación frente a Brasil en 1921 con dos dianas no pudo anotar en 1922 pese a que estuvo en la alineación inicial en los cuatro encuentros. Uruguay recuperó la senda de los éxitos en 1923 con una victoria a lo grande en su territorio al lograr pleno de triunfos, pero Romano que integraba la lista del técnico De Lucca no contó con minutos a lo largo de la competición.
El año 1924 fue uno de los más importantes de la carrera de Romano y también de la selección uruguaya. En mayo viajaron a París para competir en los Juegos Olímpicos. En el plantel además de El Loco figuraban leyendas del país como Andrés Mazali, José Nasazzi, Leandro Andrade, Pedro Cea, Héctor Scarone o Pedro Petrone. Indiscutible para Figoli Romano fue un fijo y colaboró con tres dianas para colgarse la medalla de oro. En las dos primeras rondas los charrúas avasallaron a yugoslavos y estadounidenses para retarse en cuartos con los anfitriones. La Francia de Nicolas o Dubly no fue rival y tras ganar por 1-5 en Colombes pasaron a semis. Allí los Países Bajos les pusieron en aprietos pero con un tanto de Scarone alcanzaron la final. Suiza tampoco fue un duro adversario y con goles de Petrone, Cea y Romano conquistaron la presea dorada.
Apenas tres meses después la columna vertebral recibió en suelo charrúa a los mejores equipos de Sudamérica. Chile y Paraguay fueron los que primero sucumbieron, en dos partidos en los que Romano logró un tanto en cada uno, y en la última jornada el empate sin goles ante la albiceleste les permitió completar un magnifico doblete olímpico y sudamericano. El último gran servicio del futbolista bolso al equipo nacional se produjo en 1926, en un nuevo Campeonato Sudamericano que logró Uruguay. Suplente en los dos primeros triunfos frente a Chile y Argentina recuperó la titularidad para jugar ante Bolivia, donde ganaron por 6-0 con una diana que llevó su nombre y Paraguay, día en el que confirmaron su triunfo de la competición con un claro 6-1.
Su retirada internacional se produjo el 14 de julio de 1927 con derrota. La albiceleste les derrotó por 0-1 en el Parque Central de Montevideo y se hizo con la Copa Newton de ese año.
Falleció en la madrugada del 22 de agosto de 1972 en la capital charrúa a los 79 años de edad.
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