sábado, 26 de septiembre de 2015

Herbert Prohaska "El metrónomo del pelo rizado"

Austria con grandes generaciones de futbolistas en los años 30 y a finales de los 50, vio como reverdecía el balompié de su país con la llegada de Krankl, Jara, Sara o el propio Prohaska en los 70. Su trayectoria discurrió principalmente en Austria aunque tuvo un par de experiencias en el calcio italiano, concretamente en Inter y Roma. Nacido el 8 de agosto de 1955 en Viena (Austria), se desempeñaba como centrocampista. Armador de juego de gran técnica, clase y visión, era un futbolista frío pero de enorme precisión en el pase y firmeza en la zona central del campo. Se le conoció como Schneckerl, cuyo significado en vienés es ‘rizado’ (por su pelo).

En el selección austriaca
Aficionado en su infancia del Rapid de Viena tuvo como ídolos de pequeño a Hasil y Starek. Empezó a jugar al fútbol primero en el Vorwarts y a continuación en el Ostbahn hasta edad juvenil. Fue entonces cuando recaló en el Austria Viena con el que se convertiría en uno de los mejores futbolistas del país. Debutó con gol en un amistoso en verano de 1972 frente al Wiener AC y en su primera temporada ya fue imprescindible para Béla Guttmann.
Su influencia en el equipo fue 'in crescendo' y pronto estrenó su palmarés con la Copa lograda por el Austria Viena en 1974. La enorme rivalidad con el Rapid se mantuvo los años siguientes, tiempo en el que el Austria liderado por Prohaska, Obermayer, los hermanos Sara, Josef y Robert, Baumgartner, Daxbacher o Pirkner dominó en su país con cuatro Campeonatos ligueros en cinco años (1975-1976, 1977-1978, 1978-1979, 1979-1980). Además en ese tiempo Schneckerl también levantó dos Copas más en 1977 y 1980 frente al Wiener SC y el Austria Salzburgo respectivamente y disputó la final de la Recopa en 1978. En el torneo europeo se deshicieron del Hajduk Split o el Dinamo de Moscú pero en la final en el Parque de los Príncipes sucumbieron por 4-0 ante el Anderlecht de Rensenbrink y Haan.
El Mundial de Argentina le dio a conocer internacionalmente y empezaron a lloverle ofertas de clubes europeos. En 1980 concluyó su ciclo en el Austria Viena y se fue a jugar al calcio, firmando por el Inter de Milán de Eugenio Bersellini. Con los 'nerazzurri' se hizo un hueco en el once inicial junto a Giuseppe Baresi, Bergomi, Oriali o Altobelli y disputó más de 30 encuentros en las dos campañas que permaneció en suelo milanés. No alcanzó ningún trofeo en su primer curso en Italia pero en el segundo si pudo saborear la gloria con la Coppa. El rival interista fue el Torino que acabó cayendo en la final a doble partido por un global de 2-1.
Contra pronóstico su idilio con el Inter terminó después del Mundial de España y al no estar contento con el trato recibido por parte de la directiva 'nerazzurri' se marchó a jugar a la Roma. Los inicios en la escuadra Giallorossi no fueron sencillos y le costó adaptarse. Sin embargo con el paso de los meses se asentó y fue fundamental en la consecución del Scudetto. Aquella campaña de 1982-1983 la Roma que entrenaba Liedholm y tenía un centro del campo compuesto por Falcao, Prohaska y Ancelotti superó en la tabla a la Juve y levantó un título que no conseguía desde la temporada 1941-1942.
Una semanas después, en la época estival de 1983 decidió regresar al equipo de su vida, el Austria Viena, para jugar allí seis años más y retirarse de la práctica activa del balompié. En esta segunda etapa volvió a compartir vestuario con Obermayer, Baumeister, Sara o Dihanich además de con otros futbolistas que llegaron al conjunto vienés como Koncilia, Ogris, Degeorgi, el magiar Nyilasi o Polster, criado en las categorías inferiores del club. En cuanto a títulos vivió un trienio fantástico entre 1984 y 1986, en los que el Austria Viena logró tres títulos consecutivos de Liga por delante del Rapid o el LASK Linz, y también obtuvo el doblete en 1986 al ganar en la final de Copa al Rapid por 6-4. Mientras que en Europa su mejor participación en la máxima competición continental tuvo lugar en 1985, donde eliminaron al Valleta F.C. en la primera ronda y Dinamo de Berlín en octavos antes de caer contra el Liverpool en cuartos.
En el plano individual coleccionó numerosos galardones como el de mejor futbolista de la Liga de su país en 1984, 1985 y 1988 o el de jugador austriaco más destacado del año otra vez en 1985, tras el alcanzado justo diez años antes. Su retirada se produjo a la finalización de la campaña 1988-1989 cuando contaba con 33 años, dejando unas estadísticas en la entidad capitalina de 453 partidos y 97 goles sumando los dos periodos.

Austria Viena 1976-1977
Austria 1978















Inter de Milán 1980-1981
Roma 1983














Con la selección de Austria fue internacional en 83 oportunidades, logrando un total de 10 goles. El técnico checoslovaco Leopold Šťastný le dio la alternativa en 1974 y desde entonces se mantuvo como un baluarte del equipo nacional durante tres lustros. Debutó en Estambul en un amistoso ante Turquía a la que vencieron por la mínima y sus primeros choques oficiales tuvieron lugar en la fase de clasificación para la Eurocopa de 1976. El 'Das Team' buscó una plaza con galeses, húngaros y luxemburgueses pero finalmente quedó en tercer lugar con siete puntos. Prohaska jugó cinco de los seis duelos de la liguilla y consiguió estrenarse como goleador en la goleada contra Luxemburgo en Viena por 6-2.
A finales de 1976 ya con Helmut Senekowitsch como seleccionador iniciaron el periplo para regresar a un Mundial, torneo al que Austria no acudía desde 1958. Con Prohaska acompañado de Krankl, Sara o Koncilia empezaron muy bien con tres victorias en las tres primeras jornadas. A continuación se enfrentaron al gran rival de su grupo, la RDA. En el Prater el medio vienés únicamente disputó 12 minutos en el empate a uno final, mientras que en Leipzig fue de la partida con idéntico resultado. Ello hizo que liderasen el grupo a falta de una jornada, cuando tenían que verse las caras con Turquía. En Ankara el resultado no se movió hasta bien entrada la segunda mitad, momento en el que Prohaska batió por bajo a Özaltındere y dio la victoria y el pasaporte mundialista a su país.
En suelo argentino el sorteo no fue muy benévolo y les emparejó con España, Brasil y Suecia. Sin embargo los austriacos con un buen juego y una fantástica colección de jugadores lograron pasar a la siguiente fase. En el debut derrotaron por 2-1 a España y luego hicieron lo propio con la Suecia de Hellstrom por 1-0. Restaba el último partido contra la verde-amarela para dilucidar el liderato del grupo, que fue a parar a manos de Brasil al llevarse el triunfo por la mínima. En la segunda fase la dificultad aumentó y los centroeuropeos acabaron en último lugar en su grupo. Primero los Países Bajos les apabullaron y días después también Italia les ganó por 0-1. La alegría tuvo lugar en la última jornada al marcharse con victoria después de vencer por 3-2 a Alemania Occidental con una buena actuación de Prohaska, titular en todo el Campeonato.
Tras el Mundial intentaron de nuevo sin éxito acudir al torneo continental pero en esta ocasión fue Bélgica quien les dejó fuera por un sólo punto. Con la llegada de los años 80 hubo algunos cambios en el equipo nacional y mientras que hombres como Sara, Hickersberger o Krieger dejaron la selección, aparecieron otros jóvenes valores  como Bernd Krauss o Lindenberger. Por su parte Prohaska continuaba demostrando grandes galones junto a Jara o Pezzey. En septiembre de 1980 se dio el pistoletazo de salida de la calificación para la Copa del Mundo de España aunque esta vez se otorgaban dos plazas por grupo en la fase UEFA. Austria tuvo como rivales a Alemania Occidental, Bulgaria, Finlandia y Albania y con relativa facilidad obtuvo el pase. Prohaska anotó un doblete en casa contra los finlandeses y a pesar de caer en los dos partidos contra los teutones se alcanzó el Mundial después de empatar a cero en Sofía.
A España acudieron como una selección potente capaz de dar la sorpresa ante cualquier combinado. En Oviedo derrotaron primero a Chile y a continuación a Argelia que venía de dar la sorpresa frente a Alemania Occidental. En la última jornada austriacos y germanos se vieron en Gijón en uno de los mayores bochornos de la historia de la Copa del Mundo. En un duelo sin competitividad Alemania se impuso por 1-0 y ambas escuadras accedieron a la segunda fase, dejando a Argelia fuera. Ya en Madrid los centroeuropeos no pudieron con Francia y se despidieron del Mundial tras empatar a dos con Irlanda del Norte. Sería el último partido de Prohaska en una gran competición internacional.
El centrocampista continuó casi siete años más vistiendo la zamarra blanca pero Austria dejó de acudir a los torneos importantes. Titularísimo aún en la calificación para la Eurocopa de 1984 donde marcó de penalti ante Turquía, o en la fase de clasificación para México 1986 donde anotó un gol clave en Chipre, los austriacos contemplaron como Alemania Occidental y Hungría les arrebataron el pase.
Tras tres años sin ir convocado Prohaska regresó en 1988 para disputar varios encuentros clasificatorios para Italia 1990. Compartiendo equipo con una nueva hornada liderada por Polster, Herzog o Artner se ganó a Turquía y se igualó con la RDA e Islandia, lo que dio la clasificación para el Mundial por detrás de la URSS. Sin embargo colgó las botas antes del gran evento y su último partido internacional fue contra los islandeses en Reikiavik el 14 de junio de 1989.

En su vida posterior sobre el césped Prohaska ejerció durante más de una década como entrenador. En 1990 tomó las riendas del Austria Viena con el que tuvo enormes éxitos durante dos años. En ese tiempo conquistó dos Ligas, dos Copas y dos Supercopas y ello le aupó a ser nombrado seleccionador sub21 primero y de la absoluta meses después. Sus dos primeros objetivos sin embargo no los logró cumplir, puesto que Austria no participó ni en el Mundial de Estados Unidos 1994 ni en la Eurocopa de Inglaterra 1996. Tuvo que esperar hasta 1997 cuando comandaron el grupo 4 de clasificación para el Mundial de Francia por delante de Escocia. Allí confió en los veteranos Polster o Herzog y en unos noveles Haas, Schopp o Cerny que demostraron no rendirse en ningún momento. Todos sus goles en el torneo llegaron en los minutos finales, lo que les valió empatar con Camerún y Chile y tener posibilidades de avanzar de ronda si ganaban a Italia. Pero la 'azzurra' con Vieri y Roberto Baggio inspirados les venció por 2-1 y tuvieron que hacer las maletas. Su trayectoria en el 'Das Team' concluyó un año después cuando dimitió tras ser goleado por España por 9-0 en Valencia. Firmó por el Austria Viena en el que se mantuvo una campaña y con el inicio del nuevo siglo dejó los banquillos.

En 2003 la Federación de su país le eligió como el mejor jugador austriaco de los últimos 50 años y en 2004 recibió la medalla de oro de Orden al Mérito de la República de Austria.

En la actualidad trabaja como comentarista deportivo en la cadena ORF y es colaborador del diario Kronen Zeitung.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Roberto López Ufarte "El pequeño diablo zurdo"

Uno de los mejores jugadores siniestros que ha tenido el fútbol español en los últimos 30 años. Habitualmente con el dorsal 11 en la espalda, desarrolló su carrera entre Real Unión, Real Sociedad, Atlético de Madrid y Real Betis. Nacido el 19 de abril de 1958 en Fez (Marruecos), se desempeñaba como extremo zurdo. Futbolista menudo pero muy técnico, rápido y habilidoso, tenía un gran desparpajo y elegancia en su juego. Se le conoció con el apodo de El pequeño diablo, sobrenombre que le puso el Príncipe Rainiero tras verle en un torneo de juveniles en Mónaco (Le petit diable).

Con la selección española
Por circunstancias familiares creció en Marruecos, donde sus padres trabajaban pero a los 8 años se instalaron en Irún y López Ufarte empezó a jugar al fútbol en el equipo Las Vegas. El gran club de la ciudad el Real Unión le incorporó a su cantera y con 15 años llegó al primer equipo, que por entonces estaba en Tercera División. Fue en ese momento cuando la Real Sociedad le contrató aunque le dejó en el cuadro irundarra un año más como cedido.
Su desembarco en el club txuri-urdin se produjo en 1975 y el estreno oficial no pudo tener un mejor rival, el Athletic Club en un derbi vasco de la jornada 11 de Liga. Aquel curso de 1975-1976 apenas dispuso de oportunidades pero a partir de la siguiente temporada se hizo un fijo de la banda izquierda en Atocha. Irulegui le dio la alternativa junto a otros lozanos futbolistas como Arconada, Zamora, Idígoras o Satrústegui y la Real finalizó en mitad de la tabla y por delante del Real Madrid. Además El pequeño diablo consiguió siete tantos, siendo el primero de su carrera en la máxima categoría el logrado frente al Atlético de Madrid en la jornada 4. 
La progresión del zurdo fue magnífica y la Real con sus jóvenes valores fue subiendo de nivel cada campaña que pasaba. En la temporada 1978-1979 ya con Alberto Ormaechea en el banco López Ufarte se fue a los 12 tantos en Liga, incluido un gran doblete ante el Barça y la Real alcanzó el cuarto puesto y la clasificación para la Copa de la UEFA. Mientras que el curso posterior luchó con el Real Madrid con el título aunque finalmente obtuvieron el subcampeonato por un punto de diferencia.
La llegada de la década de los 80 supuso para los donostiarras vivir la gran época dorada de la institución. Lo alcanzado años antes fue un signo de lo que estaba por venir al conquistar dos Campeonatos de Liga consecutivos y dominar el fútbol español por delante de los grandes. López Ufarte fue uno de los grandes artífices con dos campañas a un altísimo nivel y un gol para la historia. El primer entorchado tuvo lugar en 1981 tras empatar a puntos con el Real Madrid gracias al célebre tanto de Zamora en Gijón en la última jornada. Por su parte en 1982 revalidaron el título aunque en esta ocasión el gran rival fue el F.C. Barcelona. A la jornada 34 los donostiarras llegaron un punto por encima y recibían al Athletic Club. Zamora abrió el marcador en la segunda parte y López Ufarte batió a Zubizarreta poco después, impidiendo así que el tanto de Sarabia para los leones en el minuto 87 fuese decisivo. La Real ganó el partido y pudo cantar el alirón en Atocha junto a sus fieles aficionados.
En la temporada 1982-1983 se buscó el tercer trofeo pero la campaña no cumplió las expectativas y a pesar de lograr la Supercopa tras derrotar al Real Madrid se concluyó la Liga en sexto lugar. López Ufarte continuó deleitando con su fútbol y su zurda en San Sebastián durante cuatro años más y en su último curso se marchó con un título bajo el brazo, la Copa del Rey. Los pupilos de Toshack realizaron un gran torneo eliminando a Eibar, Mallorca Atlético y Athletic para imponerse en la final al Atlético de Madrid con el extremo izquierda nacido en Fez en el once titular y anotando un tanto. 
Curiosamente su futuro equipo fue precisamente el colchonero, por el que fichó al ser su entrenador el argentino César Menotti. El galés Toshack decidió que su periplo en San Sebastían había terminado y debía hacer hueco a los Bakero o Begiristain. En el cuadro rojiblanco tuvo la oportunidad también de compartir vestuario con Futre, Alemao o Julio Salinas pero después de ser destituido el técnico argentino dejó prácticamente de jugar. Por entonces había disputado 25 partidos y marcado siete dianas, con un fantástico doblete en el Bernabéu, pero la temporada en el club fue convulsa por las decisiones de su nuevo presidente Jesús Gil. Al final de la campaña su antiguo entrenador Toshack le llamó para que volviese a casa pero el zurdo tomó el sur como destino. 
Hizo las maletas y firmó con el Real Betis que dirigía Eusebio Ríos. La campaña en general fue muy mala y dio con los verdiblancos en la Segunda División después de perder la promoción frente al Tenerife. Pese a los cambios en el banquillo López Ufarte tuvo la confianza de Rios, Buenaventura y Ré y terminó participando en más de 30 encuentros a lo largo del curso. Unos meses después, en noviembre de 1989, rescindió su contrato con la entidad de Heliópolis y colgó las botas con 31 años y varios problemas de rodilla.

Real Sociedad 1981-1982
España 1982













Betis 1989
Atlético de Madrid 1987-1988

















Con la selección española fue internacional en 15 ocasiones logrando cinco tantos. Primero destacó en las categorías inferiores y con la sub18 alcanzó el tercer puesto en el Europeo de 1976 celebrado en Hungría, consiguiendo además tres dianas. Posteriormente jugó con la sub21 y en 1977 le llegó la oportunidad con los mayores. Kubala le dio la alternativa en un amistoso ante Suiza y el de Fez se estrenó con el gol de la victoria.
Un año más tarde participó también en el triunfo frente a Italia en el Bernabéu pero el técnico magiar no le incluyó en la lista para el Mundial de Argentina. Fue a partir de 1979 cuando se hizo un asiduo en el equipo nacional español. Al organizar el siguiente Mundial en 1982, los hispanos prepararon la cita con numerosos amistosos los meses anteriores. En uno de esos choques López Ufarte realizó una de sus mejores actuaciones en el triunfo por 3-0 contra Luxemburgo. El jugador de la Real logró un doblete y salió aclamado del Luis Casanova en Valencia.
Fijo en la lista de Santamaría para la Copa del Mundo donde fueron anfitriones López Ufarte fue inamovible en el once inicial. España debutaba ante Honduras, una perita en dulce, pero 90 minutos después la historia dijo lo contrario. Los locales no hicieron un buen partido y acabaron firmando tablas, gracias a un tanto de El pequeño diablo desde los once metros. A continuación se impusieron a Yugoslavia (López Ufarte marró una pena máxima y Juanito la convirtió tras mandar el colegiado repetir el lanzamiento) pero en la tercera jornada volvieron a defraudar a los suyos tras caer con Irlanda del Norte. Accedieron a la siguiente ronda encuadrados en un grupo potentísimo con Inglaterra y Alemania Occidental. Ante los teutones perdieron por 1-2 en Madrid y en la despedida de la competición ya sin López Ufarte en la alineación se igualó a cero con los 'pross'.
El panorama tras el Mundial cambió mucho en la selección española y Miguel Muñoz se hizo cargo del equipo. El madrileño no contó nunca más con López Ufarte y la trayectoria internacional del zurdo concluyó en el duelo contra los germanos.

También ha vestido en varias ocasiones la zamarra de la selección vasca, concretamente en los partidos que suelen organizarse en época navideña con el parón de la competición doméstica.

Tras su retirada estuvo vinculado durante más de una década a la Real Sociedad, siendo el segundo entrenador de números técnicos que pasaron por la casa txuri-urdin. Luego fue Director Técnico del Real Unión entre 2009 y 2012 y en 2013 trabajó en Vanuatu para desarrollar el balompié de aquel país.

En la actualidad trabaja junto a John Toshack en el WAC Casablanca, con el que han conquistado la Liga de Marruecos en la campaña 2014-2015.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Juan Vicente Lezcano "El Mariscal asunceno"

Uno de los mejores baluartes defensivos de la historia de Paraguay, tuvo una extensa y brillante carrera primero en su país en las filas de Olimpia de Asunción y a continuación en el Peñarol de Montevideo. Nacido en Asunción (Paraguay) el 5 de abril de 1937, se desempeñaba como líbero o central. Defensa rápido y muy seguro y sólido en el marcaje, destacaba también por su gran personalidad con la que mandaba y ordenaba a la perfección a la zaga. En el panorama futbolístico tuvo el apodo de El Mariscal y El Paragua.

Perteneciente a una familia futbolera, su padre Juan Félix fue internacional guaraní en la década de los 30 y su hermano Juan Carlos futbolista de Universidad Católica o Elche, inició su carrera en las filas del Olimpia. Debuto en el primer equipo y con celeridad se convirtió en uno de los puntales del equipo blanquinegro. Su aterrizaje coincidió además con uno de los periodos más esplendorosos de la entidad.
El cuadro capitalino que contaba por entonces con futbolistas del nivel de Juan Bautista Aguero, Echagüe, Achucarro, Oscar Aguilera o Arévalo dominó el fútbol del país durante un lustro. Desde el año 1956 hasta 1960 conquistaron el Campeonato nacional en cinco ocasiones, sin que clubes como Club Libertad, Cerro Porteño o Sportivo Luqueño pudiesen hacer nada para evitarlo. Poco a poco Lezcano fue explotando todas sus virtudes hasta ser considerado uno de los mejores defensas sudamericanos de la época. Tras el Mundial de Suecia estuvo cerca de ser contratado por el Atlético de Madrid pero finalmente los colchoneros desestimaron su fichaje.
Además y gracias a los triunfos en Paraguay el Olimpia participó en la primera edición de la Copa Libertadores en el año 1960. Dejaron en el camino a Millonarios en semifinales por un global de 5-1 y alcanzaron la final frente a Peñarol. Sin embargo en la ida Lezcano fue expulsado tras un lance con Spencer y perdieron por la mínima. En la vuelta con El Mariscal sancionado empataron a uno y el título se esfumó. 
Lezcano a pesar de no participar apenas en la final llamó la atención de la institución aurinegra y en febrero de 1961 firmó por Peñarol. La directiva buscaba un sustituto para William Martínez, mítico defensa charrúa de la década de los 50 y eligió al de Asunción. Allí se juntó con otras rutilantes estrellas de la talla de Luis Maidana, Néstor Gonçalves, Luis Cubilla, Spencer o Juan Joya y coleccionó innumerables títulos. En su primera campaña aún con Martínez activo fue un habitual suplente en un curso donde Peñarol revalidó la Libertadores del año anterior ante Palmeiras y se hizo con el trofeo liguero.
A partir de 1962 el capitán Martínez se marchó a Rampla Juniors y Lezcano entró en escena. El Peñarol continuó consagrándose en Uruguay y el continente logrando tres torneos nacionales en 1962, 1964 y 1965 y un subcampeonato de la Libertadores en 1962. En 1965 volvieron a llegar la final de la competición internacional pero de nuevo se quedaron con la miel en los labios al perder con Independiente de Avellaneda. Tuvo que ser la temporada venidera cuando reconquistaran la Libertadores. Lezcano disputó toda la fase de grupos en la que lideraron la liguilla junto a Nacional y también apareció en la siguiente fase con Universidad Católica y otra vez Nacional como adversarios. Peñarol sumó seis puntos y se clasificó para la final contra River Plate. El técnico Máspoli alineó a Lezcano en la zaga junto a Díaz, Pablo Forlán y Gonçalves aunque se hizo necesario un choque de desempate tras ganar Peñarol en Montevideo y River en el Monumental. El duelo se celebró en Santiago y los carboneros se hicieron con el triunfo por 4-2 en la prórroga. La guinda llegó unos meses más tarde cuando se vengaron del Real Madrid en la Copa Intercontinental. Muy superiores a los blancos el plantel de los Spencer, Mazurkiewicz, Abbadie, Pedro Rocha y Lezcano consiguió el triunfo por idéntico resultado en el Centenario y el Bernabéu, un 2-0. 
La carrera del defensa paraguayo en la capital charrúa prosiguió dos temporadas más en las que amplió el palmarés con otros dos trofeos ligueros tras superar Peñarol a su eterno adversario Nacional. En 1968 y tras siete años muy exitosos Lezcano hizo las maletas y se fue a jugar a Argentina, concretamente a Colón. Allí disputó 70 encuentros y año y medio después regresó al club de sus inicios Olimpia de Asunción. Parecía que pondría fin a su trayectoria en el conjunto franjeado pero en 1971 con 34 años firmó por River Plate de Asunción, donde a finales de año colgaría las botas de manera definitiva.

Peñarol 1966
Paraguay 1957
Olimpia 1960
Con la selección paraguaya fue internacional en 27 ocasiones desde 1957 a 1960. Debutó en la Copa Paz del Chaco ante Bolivia un 9 de junio, choque que se llevó el cuadro guaraní por 5-2. A partir de ese momento se convierte en un fijo para Aurelio González y juega la clasificación para el Mundial de Suecia del siguiente año. Encuadrada en el grupo 3 los paraguayos buscan un billete con Uruguay y Colombia como rivales. El debut se produce en El Campín donde salen victoriosos por 2-3. A continuación Colombia les devuelve la visita y de nuevo se imponen con claridad, alcanzando el liderato del grupo. Restaba enfrentarse al combinado charrúa liderado por Miguez, Nestor Gonçalves, William Martínez o Borges. En Puerta Sajonia recibieron al equipo dirigido por Juan López al que endosan una goleada histórica. Paraguay desarboló aquel día a La Celeste y venció el encuentro por 5-0, con un hat-trick de Florencio Amarilla. Días más tarde en Montevideo los uruguayos les derrotaron por 2-0 pero eso no hizo más que certificar la presencia de Paraguay en la Copa del Mundo.
En los meses precedentes los guaraníes prepararon el Mundial con varios duelos de relevancia. Lezcano inamovible en la zaga participó en la victoria por la mínima ante Argentina en Asunción el 20 de abril de 1958 o en los dos encuentros ante Brasil de la Copa Oswaldo Cruz, saldándose uno con derrota por 5-1 en Maracaná y el otro con una igualada sin goles en Pacaembú. El Paragua entró en la lista de convocados para Suecia y fue titular en los tres choques de la fase de grupos. La fortuna les deparó como rivales a Francia, Escocia y Yugoslavia y pese a la dificultad de los adversarios realizaron un gran papel. En el estreno cayeron ante la Francia de Fontaine por 7-3 pero en la segunda jornada se rehicieron con un fabuloso triunfo contra la 'Tartan Army' por 3-2. En su mano estaba acceder a la siguiente ronda en el choque contra Yugoslavia. El cuadro plavi con figuras de la talla de Sekularac, Beara o Zebec fue inabordable pero aún asi consiguieron sacar un empate a tres con un tanto final de Romero. Tuvieron que hacer las maletas pero las sensaciones que dejaron en tierras escandinavas fueron magníficas.
La siguiente competición internacional a la que acudió Lezcano tuvo lugar en 1959 con el Campeonato Sudamericano con sede en Argentina. El buen rendimiento del Mundial les hizo viajar con esperanzas a un torneo en el que de nuevo cumplieron con nota. Aurelio González confió en los Cayetano Re, Villalba o Echague y en los dos primeros encuentros firmaron dos victorias contra Chile y Bolivia. Posteriormente hubo que enfrentarse a las poderosas Uruguay, Argentina y Brasil y ahí fue donde Paraguay dijo adiós al título. Perdieron los tres encuentros con rotundidad y sólo les quedó la opción de finalizar como terceros. Para ello debían ganar a Perú en la última jornada y así lo hicieron. Un 2-1 en el Monumental certificó el tercer lugar para Paraguay, su mejor posición desde el triunfo en 1953.
Unos meses después y aún en el año 1959 se disputó otro Campeonato Sudamericano extra en Ecuador. Lezcano volvió a disputar todos los partidos aunque en esta ocasión Paraguay apenas sumó un punto. Ante Brasil y Argentina sufrieron a Paulo y Sanfilippo con tres goles cada uno y también perdieron frente a los anfitriones. El único duelo del que no salieron derrotados se produjo contra Uruguay en Guayaquil donde ambas selecciones empataron a uno.
El zaguero capitalino jugó varios encuentros más con el equipo nacional en 1960 aunque en ninguno de ellos Paraguay se hizo con la victoria. En la Copa Atlántico de 1960 con Lezcano en el campo perdieron ante Brasil, Argentina y Uruguay y en dos amistosos contra Chile se repitió la historia. Se despidió de la selección precisamente contra La Roja en un partido disputado el 21 de diciembre de 1960 en Santiago.

Varios años después de su retirada se instaló en España donde montó un restaurante junto a su hermano Juan Carlos, jugador el Elche entre 1962 y 1972.

Falleció el 6 de febrero de 2012 a la edad de 74 años.



jueves, 10 de septiembre de 2015

Jock Stein perece en el banquillo de Ninian Park

Con la llegada del mes de septiembre, siempre amenazando con el fin del verano, llega la efeméride del fallecimiento del técnico escocés Jock Stein. El día 10 del año 1985 la Tartan Army luchaba en Cardiff por un billete para el Mundial de México, cuando a poco del final el mister nacido en Burnbank sufrió un infarto del que no se recuperó y acabó muriendo con las botas puestas.

Stein figura en la lista de los grandes entrenadores escoceses que ha habido en la historia del fútbol junto a Matt Busby, Bill Shankly o Alex Ferguson. Precisamente Ferguson fue discípulo suyo y ambos compartieron el banquillo del equipo nacional durante varios meses. El gran trabajo de Fergie en el Aberdeen llamó la atención de Stein que lo incorporó al staff de la Selección, siendo además el de Govan quien ocuparía el cargo tras su muerte.

Nacido en una pequeña localidad al sur de Escocia, Stein sintió pasión por el balompié desde pequeño. El fútbol además le ayudó a huir de las minas de carbón, el trabajo corriente de un hombre en su ciudad. En plena II Guerra Mundial firmó por el Albion Rovers sustituyendo a jugadores que estaban en el frente. Sus buenas actuaciones le permitieron continuar en el equipo tras el conflicto bélico y allí permaneció hasta 1950. A continuación se marchó a Gales para jugar en el Llanelli Town una campaña y en 1951 llegó su fichaje por el Celtic de Glasgow. En principio fue contratado para el equipo de reservas pero una plaga de lesionados le hizo dar el salto al primer equipo. Con los católicos ganó el doblete de Liga y Copa en 1954 y la Copa Coronación en honor a la Reina Isabel II hasta que un grave problema de tobillo le hizo retirarse de los terrenos de juego en 1957.
 
Uno de los mejores entrenadores escoceses de la historia

El Celtic entonces le ofreció tomar las riendas del equipo filial y así lo hizo durante una temporada. Luego se marchó al Dunfermline Athletic con el que conquistó una Copa y posteriormente entrenó al Hibernian hasta que el Celtic volvió a llamar a su puerta. Corría el año 1965 y esta vez era para dirigir al primer equipo, convirtiéndose en el primer técnico protestante de la historia de la entidad y el cuarto desde la fundación del club. Su estancia iba a prolongarse más de una década y en ella el Celtic viviría una de sus etapas más gloriosas.

Las cosas marcharon bien desde el principio y en su primera campaña conquistaron la Copa en una bonita final ante el Dunfermline. La temporada siguiente hicieron doblete de Liga y Copa de la Liga y el gran salto cualitativo lo lograron en 1967 con la obtención de los tres trofeos en su país y el máximo torneo continental. Con un juego vistoso, rápido, combinativo y vertical hacían las delicias de la hinchada que se había acostumbrado a ver un estilo algo más cerrado e insípido. En su camino hacia la final de la Copa de Europa se deshicieron consecutivamente de Zurich, Nantes, Vojvodina y Dukla de Praga antes de verse las caras en Lisboa con el Inter de Milán de Helenio Herrera, Facchetti, Mazzola o Corso. Los nerazzurri se adelantaron en el marcador pero en la segunda mitad los pupilos de Stein remontaron y alzaron la ‘Orejona’. Para la historia queda la formación blanquiverde integrada por Simpson, Craig, McNeill, Clark, Gemell, Murdoch, Auld, Johnstone, Wallace, Chalmers y Lennox.

Meses más tarde lucharon por el cetro mundial de clubes ante el Racing de Avellaneda. La competición tuvo que resolverse con un choque de desempate en Montevideo donde la violencia y la tensión fueron los protagonistas del duelo. Patadas, codazos, expulsiones por ambos bandos y hasta la intervención de la policía fue necesaria en un partido que finalmente ganaron los argentinos por la mínima. Stein no quedó nada satisfecho y comentó que esperaba en el futuro tener otra oportunidad de disputar la Copa Intercontinental. No fue así, pero en Escocia si que continuaron con un periodo de dominio total los años posteriores en los que consiguieron 8 Ligas, 6 Copas de Escocia y 4 Copas de la Liga.
 
Campeón de Europa con el Celtic

En 1978 abandonó el Celtic para irse al Leeds donde no le acompañó la suerte y poco después la Asociación Escocesa de Fútbol pensó en él para entrenar a la Selección. No clasificó al equipo ni para la Eurocopa de Bélgica 1980 ni para la disputada en Francia en 1984 pero si para la Copa del Mundo con sede en España. Allí con Brasil, la URSS y Nueva Zelanda como rivales no pasaron de la primera ronda tras sumar tres puntos, un empate contra los soviéticos y una victoria ante los neozelandeses.

Su muerte televisada en directo causó una gran conmoción en el Reino Unido y se produjo mientras Escocia estaba inmersa en la fase de clasificación para el Mundial de 1986. Compartían grupo con España, Gales e Islandia y en la última jornada se tenían que desplazar al estadio Ninian Park de Cardiff para enfrentarse a los dragones. Los hispanos lideraban la liguilla y Escocia con una victoria o un empate se aseguraba el segundo puesto que daba acceso a un playoff contra el mejor conjunto de Oceanía.

Stein no pudo contar para el encuentro con Dalglish, Archibald o Souness y desde el pitido inicial se le vio incómodo y muy nervioso. Todo se agravó cuando a los 13 minutos de juego se adelantaron los locales por mediación de Mark Hughes. En el descanso tuvo que sustituir al guardameta Jim Leighton que había perdido una lentilla pero sus indicaciones e instrucciones surtieron efecto para la segunda mitad. Escocia mejoró y empató el partido en el minuto 81 desde los once metros gracias a Davie Cooper, que había entrado en sustitución del extremo Gordon Strachan. En los últimos compases los fotógrafos rodearon el banquillo visitante para realizar un testimonio gráfico de la alegría escocesa y Stein discutió con varios de ellos. A continuación pensando que el árbitro pitaba el final se levantó para dar la mano a su colega galés Mike England y en ese instante sufrió un infarto. Fue trasladado a la enfermería del Ninian Park pero los ejercicios de reanimación fueron en vano y solo se pudo certificar su fallecimiento. La Tartan Army estaba un pasito más cerca del Mundial pero en el camino había perdido a Jock Stein, un emblema del país y un mito del fútbol británico.

Los fotógrafos captan el momento del fatal desenlace

miércoles, 2 de septiembre de 2015

El portero que intimidó a Maradona

El Pelusa a lo largo de su carrera fue un especialista desde los once metros y logró goles importantes como el anotado en la última jornada del Metropolitano del 81 con Boca ante Racing que dio el título a los xeneize, el obtenido en la final de la Copa de la Liga de 1983 con la camiseta del F.C. Barcelona ante el Real Madrid, el conseguido en la ida de la final de la Copa de la UEFA de 1989 con el Nápoles batiendo a Immel del Stuttgart o el cosechado en la tanda de semifinales del Mundial’90 donde superó al italiano Zenga y clasificó a la albiceleste para la final.

Sin embargo también falló algunos célebres como los cinco que erró de forma consecutiva con Boca en el torneo Clausura de 1996 ante Newell´s, Belgrano, Rosario Central, River y Racing o el que costó la eliminación del Nápoles de la UEFA del curso 86-87 a manos del Toulouse. Otro que aún se recuerda fue el que marró en los cuartos de final del Mundial de 1990 frente a Yugoslavia, pero aquel duelo con el arquero Ivkovic venía de unos meses atrás.

En la temporada 1989-1990 el Nápoles defendía la corona de la Copa de la UEFA conquistada la campaña anterior. Al equipo napolitano llegaron Baroni, Tarantino, Massimo Mauro o Zola como fichajes y el sorteo del torneo europeo les deparó como primer rival el Sporting de Portugal en treintaidosavos de final. En la ida en el José Alvalade no hubo goles y dos semanas después en San Paolo el partido discurrió por el mismo camino durante los 90 minutos y el tiempo extra.

Ivkovic con la selección plavi

En la tanda de penaltis en la portería italiana se encontraba Giuliani, mientras que en la de los lisboetas estaba Tomislav Ivkovic. Guardameta yugoslavo de gran agilidad y reflejos fue un auténtico trotamundos y por entonces ya había militado en Dinamo de Zagrev, Estrella Roja, Swarovski Tirol o el Genk belga. Internacional por su país acudió a los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980 y a los de Los Ángeles`84 donde los plavi se colgaron el bronce. Además también estuvo en la convocatoria del técnico Todor Veselinovic para la Eurocopa de 1984 siendo titular ante Dinamarca.

En la primera ronda fallaron Crippa del Nápoles y Luisinho del Sporting y a continuación marcaron Careca y Douglas. En el tercer turno Mauro anotó para los locales y Marlon erró para los lusos. Baroni y Paulinho Cascavel colocaron el 3-2 en el tanteo antes de la última tanda de lanzamientos. Maradona se encaminó hacia el punto de penalti y al llegar Ivkovic le retó. El guardameta muy seguro de si mismo apostó 100 dólares a que se lo paraba, a lo que Maradona mientras colocaba el esférico contestó: “Trato hecho”. El argentino disparó a su derecha pero Ivkovic repelió su chut con gran destreza. Carlos Manuel empató segundos después pero por suerte para el Nápoles y Maradona el zaguero Ferrara batió a Ivkovic y Fernando Gomes no logró transformar el suyo. Los napolitanos vencieron por 4-3 y en el túnel de vestuarios Maradona saldó su deuda con Ivkovic y también le regaló su camiseta.

El 30 de junio de 1990 en los cuartos de final del Mundial de Italia volvieron a verse las caras. La albiceleste llegaba tras derrotar a Brasil en Turín y los balcánicos después de imponerse a España en la prórroga. El duelo se produjo en Florencia y otra vez tras una igualada a cero el destino les llevó a la tanda de penaltis. Serrizuela y Burruchaga perforaron la meta de Ivkovic mientras que por Yugoslavia erró Stojkovic pero marcó Prosinecki. En el tercer turno le tocaba a Maradona que disparó con suavidad y muy centrado atajando de nuevo Ivkovic su disparo. Savicevic puso el 2-2 pero el cancerbero Sergio Goycochea se erigió en héroe de los argentinos y tras detener los penaltis de Brnovic y Hadzibegic y anotar Dezotti los sudamericanos accedieron a semifinales.


sábado, 29 de agosto de 2015

Joseph Mermans "El bombardero de Merksem"

Uno de los arietes más brillantes que ha dado Bélgica, logró en tres ocasiones el galardón de máximo goleador de la Liga de su país y aún hoy en día es el mejor artillero de la historia del Anderlecht con 249 dianas. Nacido el 16 de febrero de 1922 en Merksem (Bélgica) se desempeñaba como delantero. Artillero puro, potente, muy eficaz y excepcional rematador con ambas piernas y la cabeza, tenía el gol en la mente y siempre buscaba el camino más rápido para lograrlo. Se le conoció con el apelativo de El Bombardero.

A los cuatro años le compraron su primer balón y desde ese momento ya no se separó de él. Hincha del Royal Amberes intentó entrar en las categorías inferiores pero el club lo rechazó. Fue entonces cuando se marchó en 1932 a jugar al Tubantia Borgerhout. Allí pasó toda su adolescencia y jugó en el primer equipo cinco temporadas, desde 1937 a 1942. Uno de sus mejores encuentros lo disputó ante el Merksem en el derbi de la localidad. El resultado fue de 17-0 para su club y Mermans logró la friolera de 10 dianas.
Por entonces ya era conocido en el panorama futbolístico belga y recibió numerosas propuestas interesantes. El Amberes visto su error de no aceptarle años atrás intentó convencerle de su regreso pero no lo consiguieron. El Beerschot ofreció 100.000 francos belgas y cuatro jugadores por su traspaso pero el Tubantia declinó la oferta para no reforzar a un rival de su Liga en la categoría de plata. Finalmente fue el Anderlecht el que firmó su fichaje tras desembolsar 125.000 francos belgas de la época.
En su debut con los capitalinos dejó a las claras lo que iba a demostrar las temporadas venideras en la entidad. En un choque contra La Gantoise hizo un hat-trick y el Anderlecht venció por 6-1. Sin embargo su ficha no estaba tramitada aún y el conjunto MALVA perdió el partido. En sus dos primeras campañas completas anotó 23 y 33 goles (se proclamó por primera vez mejor artillero liguero) respectivamente aunque el Anderlecht no pudo hacerse con la competición doméstica. Fue tras reanudarse el torneo un año parado por la II Guerra Mundial cuando los malviblancos iniciaron una época de dominio en su país con Mermans como gran estrella acompañado de Hippolyte Van den Bosch, van Vaerenbergh, Erroelen o Henri Meert
En el curso 1946-1947 el Anderlecht se hizo con la primera Liga de su historia tras imponerse por dos puntos en la clasificación al R.O.C. Charleroi-Marchienne. Mermans únicamente se perdió dos partidos pero salió a más de un tanto por choque al obtener 38 dianas en 34 partidos, erigiéndose de nuevo máximo goleador de la competición. El posterior año el club capitalino se quedó cerca de revalidar el trofeo pese a que Mermans por tercera ocasión no tuvo rival en la tabla de goleadores con 23 tantos. Sin embargo lo mejor estaba por llegar y desde 1949 a 1951 El Bombardero y el Anderlecht vivieron un trienio de ensueño con tres Ligas consecutivas. Ni el Berchem Sport ni el K.R.C. Mechelen con grandes equipos en ese momento pudieron hacer nada por evitar estos triunfos que auparon a los malvas como el mejor conjunto belga.
Mermans apoyado en fabulosos compañeros como François de Wael o Sermon se hizo con su cuarto trofeo de mejor artillero en el curso 1949-1950 con 37 dianas y varios clubes potentes europeos llamaron a su puerta. El jugador estaba dispuesto a salir pero el presidente Albert Roosens rechazó todos los ofrecimientos. El Torino puso sobre la mesa 20 millones de liras, la Roma 30 y un Alfa Romeo en el año 1951 y el Real Madrid 700.000 francos, además del interés mostrado también por el Arsenal, el Atlético de Madrid o el Racing de París.
Su trayectoria continuó en el Anderlecht con el que alcanzó tras dos años de sequía otros tres campeonatos de Liga seguidos entre 1954 y 1956. Por entonces ya estaban en el plantel Van Steen, Pieter Van den Bosch o Jef Jurion y el entrenador era el inglés Bill Gormlie, pero los malviblancos siguieron demostrando que estaban en uno de los momentos más brillantes desde su fundación. Además pudieron debutar la recién creada Copa de Europa del curso 1955-1956, aunque en primera ronda fueron apeados por el Voros Lobogo sin que Mermans materializase ningún tanto. 
Su última temporada fue en 1956-1957 cuando contaba con 35 años. No se le había olvidado marcar goles y anotó 12 en 22 partidos antes de su marcha al Merksem SC. En el equipo de su ciudad natal militó tres cursos y les ayudó a ascender desde la Tercera a la Segunda División y acabar en cuarta posición en la categoría de plata en 1960. Colgó las botas aquel verano con 38 años recién cumplidos.
 
Bélgica 1954
Anderlecht 1954-1955



Con la selección belga disputó 56 partidos y marcó 27 goles en un periodo de once años (1945-1956). Debutó de la mano de François Demol el 15 de diciembre de 1945, en un partido amistoso contra Francia en el que los Diablos Rojos se hicieron con la victoria por 2-1. Los años posteriores participó en otros amistosos de nivel contra los Países Bajos o Inglaterra donde Bélgica fue goleada pero su primera diana se hizo esperar. Concretamente hasta 1948 y con los vecinos neerlandeses como rival. En un choque en De Kuip ambos combinados empataron a dos y Mermans hizo el primero de su selección.
Tras el parón por la II Guerra Mundial en 1950 se reanudaron los Mundiales con la edición de Brasil pero Bélgica no acudió ni actuó en la fase de clasificación. En aquella época se dedicó a jugar numerosos amistosos en los que Mermans se estableció definitivamente como uno de los estandartes en su país. A su lado le acompañaron otras históricas figuras como Rik Coppens, Victor Mees, Louis Carré o Pol Anoul. Se enfrentaron en varias ocasiones a Francia o los Países Bajos, cuadros que Mermans se le daban bien y a los que anotó más de un doblete. Otra de sus víctimas fue la República de Irlanda, donde en un duelo en el Rey Balduino de Bruselas firmó su primer hat-trick en el equipo nacional.
En 1953 dio inicio la calificación para el Mundial de Suiza y El Bombardero fue de la partida en el estreno frente a Finlandia. En Helsinki los belgas vencieron por 2-4 y dieron el primer paseo para lograr un billete al torneo. Sin embargo Mermans no disputó ningún partido más de la fase de grupos aunque si entró en la lista para el Mundial facilitada por el escocés Doug Livingstone. Encuadrados en el grupo 4 con ingleses, italianos y los anfitriones Mermans fue titular en los dos encuentros que disputó Bélgica. En la primera jornada consiguieron un empate a cuatro in extremis ante Inglaterra y en la segunda Italia les apabulló por 4-1 y tuvieron que hacer las maletas. Mermans no logró ningún tanto y su única oportunidad en una Copa del Mundo se esfumó.
Después del Mundial prosiguió su carrera internacional un par de años hasta que se despidió en 1956. En ese tiempo Bélgica obtuvo victorias de mérito como ante los campeones mundiales alemanes por 2-0 en Bruselas, la Francia de Kopa por 2-1 o la Hungría de Puskas y Kocsis por 5-4. Precisamente su último choque con los Diablos Rojos fue frente a los magiares en la capital belga el 3 de junio de 1956. Capitán permanente de la selección desde hacía cinco años no consiguió perforar la red de Gellér ni de Ilku en aquel encuentro.

En su vida posterior al fútbol trabajó en el ayuntamiento de su localidad natal y también dirigió al Olse Merksem SC, cuyo estadio actualmente lleva su nombre.

En 1955 recibió la Medalla de Oro al Mérito Deportivo.

Falleció el 20 de enero de 1996 en Wildert a la edad de 73 años.

jueves, 20 de agosto de 2015

La gira de San Lorenzo de Almagro en España


En los últimos tiempos en el mundo del balompié son muy habituales las giras, sobre todo en pretemporada y a lugares como China o Estados Unidos. Sin embargo a mediados del siglo pasado no eran tan corrientes, también debido a unas infraestructuras de menor calidad que las actuales. Probablemente la más conocida y evocada la protagonizó San Lorenzo de Almagro a finales de 1946 y principios de 1947.

El Campeonato argentino del año 1946 tuvo como vencedor a San Lorenzo tras una bonita pugna con Boca Juniors. A la última jornada los cuervos llegaron con dos puntos de ventaja y después de derrotar a Ferro Carril Oeste y Boca caer ante Vélez cantaron el alirón. Fueron el equipo más goleador del torneo con 90 tantos y únicamente cayeron en cuatro encuentros.

El plantel cuyo técnico era Pedro Omar estaba liderado en el campo por el “Terceto de Oro”, formado por Farro un interior de calidad, sacrificio, fuerza y brillante llegada a gol desde la segunda línea, Pontoni un delantero astuto, inteligente, vistoso y muy eficaz de cara a puerta y Martino otro interior creativo, hábil, driblador y de poderoso disparo. Además figuraban otros jugadores de enorme categoría como Vanzini, Imbelloni, Silva o Ángel Zubieta, un medio vizcaíno que emigró tras la Guerra Civil e hizo carrera en Argentina, para posteriormente retirarse en las filas del Deportivo de la Coruña ya en los años 50.

Farro, Pontoni y Martino

Solo un par de semanas después de haber salido campeones en su país tomaron un vuelo hacía España que aterrizó en la capital Madrid con el presidente Domingo Peluffo al frente de la expedición. El primer encuentro fue ante el Atlético Aviación el lunes 23 de diciembre en el estadio Metropolitano. Los rojiblancos por entonces lideraban la Liga española pero sucumbieron con claridad ante San Lorenzo. En los colchoneros se alinearon Pérez; José Cobo, Riera; Farias, Germán, Cuenca; Juncosa, Arencibia, Jorge, Taltavull y Adrián Escudero mientras que en los cuervos Blazina en portería, Vanzini y Brasso en defensa, Grecco, Zubieta y Colombo en la media e Imbelloni, Farro, Pontoni, Martino y Silva en el ataque. Los argentinos dominaron a placer a su rival y apabullaron con un fútbol preciosista que en ningún momento el Atlético fue capaz de contrarrestar. El resultado fue de 4-1, doblete de Martino y Pontoni para San Lorenzo y Arencibia para el conjunto madrileño. Al final del choque los aficionados presentes en el Metropolitano despidieron a San Lorenzo arrojando sus sombreros al aire en señal de pleitesía.

El siguiente partido fue el día de Navidad por la tarde también en el Metropolitano aunque en esta ocasión contra el Real Madrid. La leyenda cuenta que los futbolistas sudamericanos tuvieron una larga celebración en Nochebuena y eso condicionó su rendimiento. Además el césped del Metropolitano no se encontraba en buen estado y en esas circunstancias el juego de San Lorenzo se vio afectado. Solo hubo un cambio en el once cuervo al salir de inicio Aballay por Pontoni mientras que en el Real Madrid formaron Bañón; Clemente, Corona, Pont, Ipiña, Huete, Alsúa, Molowny, Pruden, Belmar, Vidal. En la primera mitad los blancos estuvieron magníficos y se marcharon a la caseta venciendo por 3-0 con tantos de Pruden en dos ocasiones y Belmar. En la segunda parte Pontoni que había salido tras el descanso marcó para su equipo pero Alsúa en el 88 cerró el marcador con el definitivo 4-1.

El tercer encuentro tuvo lugar el día de Año Nuevo en Barcelona ante la Selección española. Les Corts acogió un choque donde el combinado nacional saltó al campo con Ramón; Álvaro y Curta; Gonzalvo III, Fabregas y Gonzalvo II; Epi, Arza, Lángara, Herrera y Escudero. San Lorenzo dio la oportunidad de estrenarse en la gira a Crespi, Basso y De la Mata. Los pupilos de Hernández Coronado salieron en tromba y en el minuto 15 vencían por 2-0 gracias a los goles de Herrerita y Arza. Sin embargo en una reacción majestuosa por parte de San Lorenzo, los cuervos se marcharon al descanso con ventaja al anotar Pontoni un doblete y Martino batir a Ramón. En el segundo acto se repite la historia de la primera mitad y España se puso arriba en el marcador con goles de Escolá y Lángara. A falta de 15 minutos empató Martino y Pontoni, el mejor futbolista sobre el campo hizo otros dos para su cuenta particular. En los últimos instantes Epi logró el quinto de España y segundos después De la Mata perforó la red española por séptima ocasión. San Lorenzo ganó por 5-7 y los espectadores barceloneses marcharon a sus casas impresionados por el festival que habían presenciado.

Portada de MARCA durante la gira
San Lorenzo contra la selección española en el Metropolitano








A continuación se trasladaron a Bilbao para enfrentarse al Athletic en San Mamés el día 5 de enero. Un partido que estuvo cerca de no disputarse por la lucha clandestina contra el régimen franquista de la época. Finalmente bilbaínos y cuervos jugaron y lo hicieron con Lezama; Fernández, Oceja; Celaya, Bertol, Nando; Iriondo, Panizo, Zarra, Iraragorri y Gainza en el Athletic y Blazina; Crespi, Baeso; Zubieta, Grecco. Colombo; De la Mata, Farro, Pontoni, Martino y Silva en San Lorenzo. Las crónicas cuentan que el encuentro fue precioso, repleto de bonitas acciones por ambos cuadros pese al frío, la lluvia y la gran cantidad de arena presente en el terreno de juego. Zarra no faltó a su cita con el gol en dos ocasiones y Panizo marcó uno. Por parte argentina anotaron Pontoni, Farro y Silva para firmar las tablas en el marcador. Zubieta que antes de la Guerra Civil había militado en el conjunto bilbaíno fue recibido y despedido con una atronadora ovación. 

Después de unos días de descanso por la península, el 16 de enero regresaron a la capital para verse las caras otra vez con la Selección española. Franco presidió el choque desde la tribuna del Metropolitano y desde allí observó otra exhibición del Ciclón. El cuadro hispano formó con Bañón; Querejeta, Aparicio; Gonzalvo III, Mencía, Eguiluz; Iriondo, Zarra, Arza, Campos y Epi y en San Lorenzo entró Rodríguez por Grecco que se lesionó en San Mamés. Durante el encuentro no hubo color entre ambos equipos y la goleada que endosó San Lorenzo al combinado nacional fue majestuosa. Un 1-6 con Farro de protagonista al perforar la red hispana en tres ocasiones. Además también anotaron Pontoni, Zubieta y Silva y el gol del honor español fue obra de Escudero. 

Una semana más tarde viajan destino a Valencia para jugar contra el equipo ché. La expectación en la ciudad enorme y el recinto de Mestalla ya estaba abarrotado una hora antes del pitido inicial. Incluso hubo gente que intentó entrar sin localidad y tuvo que situarse junto a las vallas de un lateral del campo. El Valencia jugó con Eizaguirre; Álvaro, Juan Ramón; Monzó, Ortúzar, Asensi; Epi, Amadeo, Morera, Igoa y Giraldós y en San Lorenzo no hubo novedades destacables. El gol local llegó en el primer acto, cuando Igoa superó a Blazina con un chut fuerte y cruzado. En la segunda mitad San Lorenzo desplegó un mejor juego y tras acosar a los valencianistas durante muchos minutos recibió el premio en forma de gol en el minuto 85. Alarcón que entró al campo por Farro remató de cabeza haciendo inútil la estirada de Eizaguirre. El duelo terminó 1-1, cosechando los cuervos el segundo empate de la gira.
 
Athletic y San Lorenzo saltan al césped de San Mamés

El penúltimo partido en territorio hispano tuvo como sede La Coruña el 28 de enero. Enfrente como rival un Deportivo de la Coruña reforzado por los futbolistas del Celta Aretio, Alonso y Bermejo, además del oviedista Diestro. Esta circunstancia no gustó mucho en la ciudad coruñesa y algunos plantearon una suspensión del encuentro ante San Lorenzo que no se llevó a cabo. La estrella del Deportivo en aquel momento era Juan Acuña, uno de los mejores arqueros del país. Junto al guardameta en el once estuvieron Pedrito y Ponte en la zaga, Bermejo, Diestro y Alonso en el mediocampo y Marquínez, Guimerans, Latorre, Aretio y Chao arriba. En San Lorenzo respecto a Mestalla jugó Imbelloni en el extremo diestro en sustitución de De la Mata. Los sudamericanos quisieron imponer con rapidez su estilo pero el Depor opuso gran resistencia y eficacia en la defensa. A pesar de ello gozaron de buenas oportunidades que fueron desbaratadas por un genial Acuña. El guardameta tuvo que repeler varios disparos peligrosos y salir a los pies de los jugadores cuervos para evitar sus internadas. El resultado permaneció inalterable los 90 minutos y concluyó sin goles. Al final del choque Acuña y Zubieta, que años más tarde vestiría la zamarra blanquiazul salieron de Riazor en hombros. 

A finales del mes de enero San Lorenzo cruzó la frontera portuguesa y allí disputó dos duelos ante el Oporto y la Selección lusa. Mantuvieron negociaciones para jugar frente al F.C. Barcelona unas fechas después aunque al final no se llegó a un acuerdo. En su lugar se concertó un choque ante el Sevilla en la ciudad hispalense el 6 de febrero. El cuadro nervionense era el vigente campeón liguero y para la ocasión contó con sus mejores futbolistas y con la ayuda de los cuervos Rodríguez y Aballay. El entrenador Ramón Encinas puso en liza a Bustos; Joaquín, Belmonte; Alconero, Rodríguez, Eguiluz; López, Arza, Aballay, Herrera y Campos y su colega en el otro banquillo, Pedro Omar, dio una oportunidad desde el inicio a Alarcón en la banda derecha tras su diana contra el Valencia. En los primeros compases no hubo un dominador claro y fue el Sevilla quien marcó el primero por medio de Arza. Martino y Pontoni hicieron el 1-2 en apenas cinco minutos pero Arza de nuevo firmó las tablas. En la segunda mitad Arza aprovecha una gran asistencia de Herrera para marcar su tercer gol. A raíz de este tanto el nivel del juego bajó muchos enteros en los dos equipos aunque los goles continuaron produciéndose. Pontoni fue el artífice del 3-3 y Farro del 3-4. Herrera igualó otra vez el partido y López pareció dar el triunfo al Sevilla después de un excelente cabezazo. Sin embargo una mano de Belmonte es señalada como penalti por el colegiado Álvarez Orriols y Zubieta es el encargado de materializar la pena máxima. El resultado se catalogó como justo y tras este empate a cinco San Lorenzo dio por finalizado su viaje. En total fueron 27 tantos en 8 partidos los conseguidos por el conjunto cuervo en España, siendo el máximo realizador Pontoni con 11 tantos. 

Su juego de toque, continuas combinaciones y exquisitos pases cortos asombró rápidamente a rivales, prensa y aficionados. El estilo cautivó tanto que pasados los años mucha gente seguía hablando de esta gira por territorio español. Tal fue la influencia que algunos equipos intentaron imitarles y dejaron atrás la idea de jugar al pelotazo y en largo. Aunque si existe una excepción de un futbolista al que no le sorprendió el juego de San Lorenzo fue Panizo. El interior bilbaíno, muy criticado en ocasiones por la hinchada del Athletic, tenía un estilo muy parecido al de los argentinos, siendo a partir de entonces un jugador mucho más valorado. 

Abandonaron España tras el choque de Sevilla como uno de los conjuntos más potentes del planeta y hoy, 67 años después, vuelven a estar en un gran momento tras levantar la Copa Libertadores ante Nacional de Asunción el pasado mes de agosto. Entre medias hubo épocas magníficas, como a principios de los 70 donde conquistaron tres Campeonatos domésticos o recién entrado el siglo XXI con la obtención de la Copa Mercosur y la Copa Sudamericana, y otras de peor recuerdo como a comienzos de los 80 cuando abandonaron el mítico Gasómetro de Boedo y descendieron por primera vez a la B.

El equipo de San Lorenzo