Uno de los futbolistas que más duro le ha pegado al cuero en la historia del balompié. Procedente de una familia muy futbolera al jugar su padre en Colón de San Justo y su hermano Néstor en River Plate o Racing , desarrolló su carrera entre Argentina, Brasil y España. Nacido el 27 de septiembre de 1950 en San Justo, una ciudad de la provincia de Santa Fe (Argentina), se desempeñaba como delantero. A su chut demoledor hay que añadir otras virtudes como la astucia, la perseverancia, el olfato goleador y su eficacia rematadora con las que se convirtió en un artillero difícil de detener para las zagas rivales. En su país se le conoció con el apodo de El Gringo.
Con la camiseta del Sevilla F.C. |
Sus inicios tuvieron lugar en Unión de Santa Fe, debutando en la Primera División de su país con apenas 20 años recién cumplidos. En el club azulgrana sólo se mantuvo una campaña en la que logra 9 dianas en 23 encuentros. San Lorenzo le había echado el ojo y le contrató para que se pusiese a las órdenes del técnico Rogelio Domínguez.
Al principio jugaba en el mediocampo pero el exportero del Real Madrid le sitúo en la posición donde destacaría, puntero derecho. Sus primeros meses no fueron fáciles y no era un fijo de las alineaciones en un plantel con grandes alternativas. Sin embargo la llegada del Toto Lorenzo en 1972 al banquillo cuervo le otorgó la confianza necesitada y los goles comenzaron a producirse. Vivía un enorme momento hasta que se lesionó. Fractura de tibia en una pierna y no había garantías de que pudiese volver a jugar. Mientras tanto San Lorenzo se hizo con los triunfos en el Metropolitano y el Nacional al superar a Racing y River Plate respectivamente.
Scotta trabajó mucho durante meses y finalmente regresó a la práctica activa del balompié. Retornó con más moral y fuerza y eso se notó en el césped. En el año 1974 fue uno de los hombres clave junto a Olguín, Oscar Ortiz, Rubén Glaría o Victorio Cocco para que San Lorenzo de nuevo volviese a conquistar el Torneo Nacional. Pero fue en 1975 cuando explotó deportivamente hablando. La temporada a nivel general de los azulgrana fue mediocre al figurar en mitad de la tabla pero El Gringo se proclamó mejor artillero del Nacional con 28 dianas y del Metropolitano con 32. En total 60 tantos que le auparon al primer puesto de goleadores en su país, en Sudamérica y en el mundo aquel curso. Además fue premiado con la Olimpia de Plata e inmediatamente después abandonó San Lorenzo con destino Gremio de Porto Alegre tras alcanzar unas cifras con la zamarra del Ciclón de 140 goles en 226 partidos.
En la entidad tricolor tuvo como compañeros de vestuario a Agustín Cejas, Beto Fuscão, Neca o Zequinha pero no acabó de adaptarse. Mostró su idilio con el gol y en su palmarés se incluye el Campeonato Gaucho pero en el verano de 1976 el Sevilla de se interesó por sus servicios para cubrir la baja de Biri-Biri y junto a otro argentino de nombre Brizzola lo contrató tras desembolsar 25 millones de pesetas.
Rápidamente se hizo con un puesto en el once de Carriega y en la temporada de su estreno fue el máximo goleador liguero de los hispalenses con 12 tantos. En su debut en el Sánchez Pizjuán falló un penalti pero la semana siguiente nadie recordaba ese error al marcar el tanto del triunfo en el derbi ante el Real Betis. Una de sus especialidades eran los tiros libres con los que se hace muy popular en la Liga española. Jugadores como Asensi del F.C. Barcelona o José Ángel Rojo del Racing de Santander lo sufren en sus carnes al recibir pelotazos del argentino que los dejan sin sentido. Y la grada para regocijo anunciaba sus disparos con un “Sssihs, sssihs, que viene, que viene”.
En el mercado estival de 1977 el gambiano Biri-Biri se enfunda de nuevo la elástica sevillista y ambos comparten espacio en el terreno de juego. El Sevilla de los Pablo Blanco, Gallego o Montero lucha por los puestos de la Copa de la UEFA pero finalmente se queda a cinco puntos de lograrlo. Scotta brilla en el aspecto goleador y supera sus registros del año anterior al alcanzar los 16 tantos ligueros.
La campaña venidera sin embargo su producción baja hasta las 9 dianas y el equipo se conforma con un undécimo lugar en la competición doméstica. Es un curso en el que recibe con los brazos abiertos a su compatriota Bertoni, un delantero de gran potencia y habilidad. La trayectoria de El Gringo en la entidad andaluza termina la temporada siguiente de 1979-1980. Scotta iguala las 16 dianas de hace dos cursos y empata a goles con Bertoni, aunque cuatro de ellas las consigue en una memorable jornada dos ante el Burgos en el coliseo sevillano. Pero su final no deja muy buen sabor de boca al realizar un corte de mangas a su afición que le cuesta un partido de sanción y al marcharse sin permiso de un entrenamiento tras insultar al técnico Carriega.
Es traspasado a Ferro Carril Oeste por 13 millones permaneciendo el curso de 1980 y luego vuelve a San Lorenzo en una segunda etapa. Este período es efímero y en 1982 es Boca quien llama a su puerta. Con el cuadro xeneize encara el Metropolitano y la Copa Libertadores y en su primer partido marca a los 41 segundos en el empate frente a Rosario Central. Unos días después tiene el mismo éxito en La Bombonera ante Estudiantes pero ahí acabó su racha. Negado ante el gol fue relegado al banquillo y su ciclo en Boca concluyó unos meses después.
Los siguientes años Scotta no encuentra la estabilidad y se convierte en un trotamundos. Juega en Deportivo Armenio en el consigue unas grandes cifras goleadores y en 1985 viste la camiseta de All Boys, donde coincide por ejemplo con Nésto Fabbri u Horacio Insaurralde. En 1986 acepta una oferta de Nueva Chicago y aquel curso sale casi a una media de un gol por choque, llegando a completar unas cifras de 18 partidos y 14 dianas. También tiene experiencias en Club El Porvenir, Estudiantes de Buenos Aires, Villa Dálmine y San Miguel en Primera B hasta que cuelga las botas en 1988 con 38 años.
San Lorenzo 1974 |
Sevilla 1978-1979 |
All Boys 1985 |
Boca Juniors 1982 |
Con la Selección argentina únicamente disputó siete encuentros en los que logró cinco dianas, debido a la gran competencia existente en su demarcación en aquella época. Debutó en la Copa Atlántico de 1976 en la que jugó cinco de los seis partidos que tuvo en su calendario la albiceleste. En la primera jornada el 26 de febrero en Asunción brilló en su estreno al lograr un hat-trick en el triunfo ante Paraguay por 2-3. A continuación fue de la partida en el choque frente a Brasil en el Monumental donde la verde-amarela ganó por 1-2 y en la tercera jornada volvió a marcar, en esta ocasión un tanto en la victoria contra Uruguay, en un duelo que también sirvió como encuentro de ida de la Copa Lipton y la Copa Newton.
A finales de abril Paraguay les devolvió la visita y sacó un punto del estadio José Amalfitani en una noche en la que El Gringo compartió selección con Kempes, Houseman, Bochini o Ardiles. Posteriormente no estuvo en el once de Menotti en Maracaná pero sí tuvo minutos en la segunda mitad ante La Celeste en Montevideo, donde Argentina se impuso por 0-3 y confirmó su segunda posición en la clasificación final del torneo. Ese día 9 de junio de 1976 supuso su despedida para siempre del combinado albiceleste.
Además en medio de la disputa de la Copa Atlántico el delantero santafesino participó en dos duelos amistosos. Argentina hizo una gira por Europa del Este y primero doblegó a la Polonia de Gorski con una diana de Scotta y en segundo lugar cayó frente a Hungría en el Népstadion de Budapest.
En su vida posterior al fútbol ha sido colaborador de Antonio Labonia en la Dirección de Deportes de Malvinas Argentina, donde ha ayudado a chicos jóvenes a salir de la calle y dejar las drogas.
En el estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla en una zona del Gol Norte existe la Curva Scotta en su honor.