Uno de los momentos más
dramáticos de la historia de los Mundiales se vivió en el Wankdorfstadion de
Berna el de 1954. El actual campeón Uruguay y el máximo favorito, la Hungría de
Puskas, se veían las caras en uno de los choques más atractivos del campeonato.
La alegría charrúa al lograr el empate y
forzar la prórroga se transformó en preocupación y angustia tras el paro
cardiaco que sufrió en la celebración de su tanto el delantero Juan Hohberg.
Argentino de nacimiento pero
uruguayo de corazón fue conocido como “El Verdugo” o “El Cordobés”. Se desempeñaba como delantero y
destacaba por su fuerza física, contundencia y espíritu de lucha. Dotado de un magnífico disparo con la
pierna diestra y un buen remate de cabeza era un jugador con gran picardía y
astucia.
Juan Hohberg con la camiseta de Peñarol |
Inició su carrera en Central
Córdoba y curiosamente lo hizo como portero. Su demarcación cambió después de
un partido de Sexta División en el que le colocaron como delantero centro y
marcó dos tantos. Poco a poco fue progresando y a mediados de los años 40 llegó
al primer equipo que militaba en Segunda División. Realizó brillantes
actuaciones en la entidad cordobesa y eso llamó la atención de varios equipos,
fichando finalmente por Rosario Central. En el conjunto rosarino solo permanece
dos temporadas en la que logra 33 goles y a continuación se marcha a Peñarol.
Ambos equipos se habían enfrentado en un torneo amistoso y la fabulosa
actuación de Hohberg hizo que la directiva carbonera se lanzase a por su
contratación.
Sus mejores años como jugador los
pasó vistiendo la camiseta aurinegra dejando además un grato recuerdo en la
hinchada. Obtiene para su palmarés 7 Campeonatos Uruguayos, 1 Copa Libertadores
y 3 Torneos Competencia y en el plano individual se erige máximo goleador
liguero en dos ocasiones (1951 y 1953). Anota un total de 277 goles en doce
cursos y entra en la historia formando parte
de la legendaria delantera conocida como la “Escuadrilla de la muerte”, junto a
Ghiggia, Miguez, Schiaffino y Vidal. Luego se fue a Racing de Montevideo y
colgó las botas en el Cúcuta Deportivo colombiano.
En el equipo nacional uruguayo
debutó tras nacionalizarse en un amistoso ante sus vecinos paraguayos el 10 de
Abril de 1954, donde cayeron derrotados con estrépito por 1-4. Convocado únicamente
para el Mundial de Suiza 1954 hizo un buen papel en los dos partidos que
disputó, las semifinales y el choque por el tercer puesto. Frente a Hungría en
semis el técnico Juan López le dio la alternativa tras las lesiones de Abbadie
y Miguez en cuartos de final contra Inglaterra. Su actuación fue destacada pese
a que marró las dos primeras claras ocasiones que tuvo. Sin embargo a la
tercera no falló y después de una gran jugada colectiva del conjunto charrúa
empujó el balón al marco húngaro. El encuentro por entonces reflejaba un 2-1 en
el marcador a favor de los europeos pero Hohberg a falta de cuatro minutos para
la conclusión del duelo firmó las tablas. Schiaffino y Ambrois se asociaron y
trenzaron una bonita jugada para asistir al artillero carbonero que con un
potente chut batió a Grosics. Todos sus compañeros corrieron a abrazarle
entusiasmados quedando Hohberg debajo de la piña aplastado. Había sufrido un infarto
y estaba inmóvil tendido sobre el césped. Varios
jugadores llamaron con celeridad al banquillo pidiendo asistencia médica y
segundos después el kinesiólogo Carlos Abate le prestó su ayuda. Comenzó la
reanimación y le dio una dosis de coramina que hizo revivir a Hohberg. El
jugador regresó al terreno de juego para ayudar a sus compañeros en los últimos
momentos del choque pero en el descanso antes de la prórroga confirmó que no se
encontraba plenamente recuperado. De esta forma el tiempo extra lo inició
Uruguay con diez jugadores en el campo aunque pasados unos minutos el delantero
entró de nuevo ya para quedarse. Finalmente los “Magiares Mágicos” impusieron
su calidad y fuerza ante unos charrúas desfondados y se llevaron el triunfo.
Tres días después repitió titularidad ante Austria en la lucha por el tercer
puesto y consiguió el único gol de su equipo. Los centroeuropeos se habían
adelantado minutos antes de penalty pero Hohberg neutralizó la ventaja con un
disparo desde fuera del área. En la segunda mitad un autogol de Cruz y una
diana de la estrella austriaca Ocwirk les relegó al cuarto lugar en el Mundial
suizo.
Hohberg siendo atendido en la banda |
El otro gran susto de su vida se
lo llevó en 1958. Viajó a Lisboa para negociar su fichaje por el Sporting pero
finalmente un problema con el cupo de extranjeros impidió que estampase su
firma. A la vuelta el avión en el que
regresaba junto a su familia cayó al agua cerca de Río de Janeiro pero
milagrosamente no hubo que lamentar pérdidas personales.
Posteriormente tuvo una extensa
carrera como entrenador en la que dirigió entre otros equipos al Atlético
Nacional colombiano, el Panathinaikos griego, a Peñarol y Nacional en Uruguay,
Alianza de Lima en Perú y Emelec o LDU Quito en Ecuador. Además fue Director
Técnico de la selección uruguaya en el Mundial de México y en 1977 se sentó en
el banquillo charrúa en los duelos clasificatorios ante Bolivia y Venezuela
para la Copa del Mundo de Argentina.
Su corazón volvió a detenerse,
aunque esta vez para siempre en Lima en 1996, donde falleció a los 68 años de
edad.
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