domingo, 31 de diciembre de 2023

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lunes, 24 de abril de 2017

El glorioso ciclo charrúa de los años 20


Cuando se habla de grandes selecciones que han dejado huella en el fútbol se menciona con rapidez al Equipo de Oro húngaro de los 50, el Brasil del 70, la Naranja Mecánica o el conjunto español que dominó Europa y el mundo hace escasos años. Sin embargo poca gente habla de Uruguay, cuyo combinado nacional tuvo una etapa memorable desde mediados de la década de los 20 hasta 1930.

En ese tiempo la Celeste se hizo con seis fabulosos triunfos a lo largo del planeta futbolístico. Tres campeonatos sudamericanos, dos oros olímpicos y el primer Mundial de la historia completan un palmarés prodigioso en apenas siete años.

Todo comenzó con el torneo sudamericano del año 1923. Por entonces ya se habían disputado seis campeonatos continentales y los charrúas habían ganado tres, pero en los dos últimos celebrados en Argentina y Brasil tuvieron que conformarse con el tercer puesto. Aquel año el torneo se celebraba en casa y el objetivo era reconquistar el trofeo de la mano del técnico Leonardo de Lucca.

Imagen de un choque entre uruguayos y argentinos en 1924

Para ello entraron en la convocatoria hombres como Andrade, Cea, Mazali, Nasazzi, o Héctor Scarone además de Romano o Somma que aportaban su experiencia en las victorias del año 16, 17 y 20. En formato de liguilla participaron Uruguay y las selecciones brasileña, argentina y paraguaya. En los dos primeros envites ante brasileños y guaraníes se hicieron con la victoria no sin apuros. Para la última jornada restaba el choque contra la albiceleste que también estaba imbatida. En el Gran Parque Central de Montevideo se dieron cita 22.000 personas que vieron como la Celeste alzaba la copa al doblegar al cuadro dirigido por Ángel Vázquez con tantos de Petrone y Somma.

Un año más tarde el conjunto uruguayo tenía dos grandes citas en su calendario, la primera acudir al torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de Paris y la segunda defender el título del Campeonato Sudamericano que de nuevo tenía como sede su país.

Vírgenes hasta la fecha en la competición olímpica barrieron a todos sus rivales. Se mantenían en el equipo hombres como Cea, Nasazzi, Scarone o Romano que esta vez tenían como entrenador en el banquillo a Ernesto Figoli. Primero apabullaron a Yugoslavia, en segundo lugar a Estados Unidos y en cuartos los anfitriones corrieron la misma suerte al perder por 1-5. En semis los Países Bajos les sorprendieron en la primera mitad pero hincaron la rodilla en el segundo acto, mientras que en la final la Suiza de Max Abegglen o Dietrich no inquietó demasiado y cayó con claridad por 3-0.

La mítica vuelta olímpica en el estadio de Colombes

Unos meses después retuvieron el Sudamericano donde Argentina volvió a ser su gran adversario. En los dos primeros duelos sobrepasaron a chilenos y paraguayos y en la última jornada el título debía dilucidarse contra la albiceleste. El empate le valía a Uruguay tras el tropiezo argentino contra Paraguay y eso supuso una gran ventaja. Los hombres de Vázquez buscaron el gol pero el buen hacer de Mazali y los defensores Nasazzi, Zibechi y Arispe permitió a la Celeste llevarse el campeonato.

En 1925 Uruguay no participó en el torneo continental por primera vez al encontrarse sumido en varios conflictos políticos internos pero en 1926 recuperaron la senda del triunfo en Chile. En esa edición continuaban en el plantel los Andrade, Nasazzi y Mazali aunque ya asomaban la cabeza futbolistas importantes del futuro como el Divino Manco Héctor Castro o Lorenzo Fernández. Muy superiores al resto de participantes (Argentina, Chile, Paraguay y Bolivia), consiguieron sumar todos sus encuentros por victoria con un total de 17 tantos a favor y dos en contra. Sólo Argentina les puso en aprietos pero con los goles de Borjas y Castro resolvieron el partido por la vía rápida.

Las dos únicas competiciones que jugaron pero no conquistaron en aquella época fueron los Campeonatos Sudamericanos de 1927 en Chile y 1929 en Argentina, en los que acabaron segundos y terceros respectivamente. Sin embargo entre medias de los dos torneos y en 1930 confirmaron su hegemonía con la consecución de una segunda presea dorada en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam y el Mundial que se organizó en tierras charrúas.

Prolegomenos de la final de los JJOO de 1928 entre Uruguay y Argentina

En la capital neerlandesa aterrizaron con el técnico Primo Giannoti que acababa de suceder a Luis Grecco. Con sus estrellas a pleno rendimiento eran los favoritos para el primer puesto y así lo refrendaron. Los Países Bajos y Alemania fueron sus primeras victimas antes de las dos grandes batallas, Italia en semifinales y su viejo enemigo Argentina en la final. La ‘azzurra’ con  Schiavio, Combi, Rosetta o Caligaris fue un rival complicadísimo y apretó mucho a Uruguay. Al descanso el 3-1 parecía definitivo pero un tanto de Levratto dio emoción hasta el último instante. Tres días después la final concluyó en tablas y se tuvo que disputar un desempate. En el estadio Olímpico de Ámsterdam más de 28.000 almas presenciaron el triunfo celeste tras un bonito gol de Scarone, que deshacía el empate a uno con el que se llegó al descanso.

Restaba completar el círculo con el Mundial, una competición de reciente creación impulsada por la FIFA y su presidente Jules Rimet. Para ello Uruguay contó con un nuevo patrón en el banco, Alberto Suppici, que dispuso de la columna vertebral que venía jugando con asiduidad y además con Pablo Dorado, Enrique Ballestrero o Santos Iriarte.

El sorteo emparejó a Uruguay en el grupo 3 con Perú y Rumania, con los que enfrentó en el estadio Centenario de la capital. Un triunfo por la mínima frente a la Blanquirroja y más holgado contra los europeos les otorgó el liderato del grupo y con ello el pase a semifinales. En esa ronda su adversario fue una sorprendente Yugoslavia que recibió un vendaval de seis goles con triplete de Pedro Cea incluido. La final como no podía ser de otra forma fue ante Argentina, el equipo con el que más veces luchó por los títulos la Celeste en aquel período dorado. En la primera parte se jugó con un balón proporcionado por Argentina y la albiceleste se marchó a la caseta por delante. Sin embargo en la segunda con el cuero charrúa Uruguay impuso su gran categoría e impulsado por sus aficionados remontó y logró la victoria por 4-2. El capitán Nasazzi recogió la copa Jules Rimet y el propio zaguero, Héctor Scarone, Andrade y Urdinarán se convertían en los únicos cuatro jugadores en estar en todos los éxitos desde 1923.

La 'Celeste' en 1930

martes, 18 de abril de 2017

La Copa Internacional de Europa Central



Esta competición comenzó a disputarse a finales de los años 20 y fue uno de los antecedentes de la actual Eurocopa junto a otros torneos como la Copa de los Balcanes, la Copa del Mediterráneo o el Campeonato Nórdico. También llamada Copa Švehla por Antonin Švehla, el primer ministro de Checoslovaquia que fue quien donó el trofeo o Copa Dr.Gerö, después de la II Guerra Mundial en honor a Josef Gerö, dirigente político, presidente de la Federación Austriaca de Fútbol y del Comité Olímpico Austriaco, era un torneo que abarcaba a cinco selecciones de Centroeuropa: Austria, Hungría, Italia, Suiza y Checoslovaquia (en la última edición también participó Yugoslavia).

El creador de la competición fue Hugo Meisl, hombre de gran influencia en el fútbol de la época y entrenador de la legendaria selección de Austria. El técnico tomó como ejemplo la Copa Mitropa, un torneo de enorme prestigio a nivel de clubes donde él también participó en su creación y lo llevó al ámbito de los combinados nacionales. 

 
El trofeo

La primera edición tuvo lugar en 1927 y se alargó hasta 1930 en un sistema de liguilla en el que jugaban todos contra todos a ida y vuelta. El primer campeón fue Italia que a lo largo de esos tres años tuvo tres seleccionadores en el banquillo: Augusto Rangone, Carlo Carcano y finalmente el célebre Vittorio Pozzo. Los transalpinos fomentaron su triunfo en el poderío goleador de Julio Libonatti y Gino Rossetti, ambos máximos goleadores de la competición con 6 dianas, y en la aparición de una fulgurante estrella de nombre Giuseppe Meazza. Certificaron la victoria del torneo en la última jornada en Budapest donde aplastaron a Hungría por 0-5 y triplete incluido de ‘Pepino’.

Un año después arrancó otra edición en la que el Wunderteam austriaco se dio a conocer al mundo del balompié. El conjunto dirigido por Meisl, que contaba con hombres como Sindelar, Rudi Hiden, Sesta, Zischek, Horvath o Schall desarrolló un fútbol total, de continua presión ofensiva, gran posesión del balón y rápidas combinaciones de pases. Y eso que empezaron mal al caer en Milán ante los campeones por 2-1. Sin embargo se rehicieron con rapidez y en casa se impusieron a Checoslovaquia, Italia con doblete de Sindelar y Suiza y fuera salieron vivos de Budapest y Praga con sendas igualadas. Sumaron un total de 11 puntos y aventajaron en dos a la Azzurra que no pudo revalidar el trofeo.

 
El 'Wunderteam' ganador de la Copa en la edición 1931-1932

En 1933 se dio el pistoletazo de salida de un nuevo torneo que coincidiría en el calendario con el Mundial de Italia de 1934. Precisamente los transalpinos demostraron en ambas competiciones que eran la mejor selección del planeta y tras levantar la Copa Jules Rimet ante Hungría, hicieron lo propio con el título de la Copa Internacional ya en noviembre de 1935. En esta competición tuvieron su bautismo Luis Monti, Enrique Guaita, Serantoni, Pizziolo o Attilio Demaría  que resultaron fundamentales en el futuro de la escuadra. El gran duelo lo protagonizaron italianos y austriacos con dos partidos de leyenda. En Turín y sólo cuatro meses antes del Mundial los centroeuropeos dieron un golpe en la mesa con una victoria por 2-4 con hat-trick de Zischek. Sin embargo los pupilos de Pozzo visitaron Viena en marzo de 1935 y con dos tantos del artillero Piola se tomaron la cumplida revancha, dando así un paso clave hacía el título.  

La cuarta edición con fecha de inicio en 1936 fue la única que no llegó a su conclusión debido al ‘Anschluss’, la incorporación de Austria a la Alemania nazi del III Reich en 1938. Hasta entonces se habían disputado 17 partidos y el liderato lo ostentaba Hungría con tres partidos más que Italia. Poco tiempo más tarde el estallido de la II Guerra Mundial aplazó la competición hasta finalizado el conflicto bélico y el torneo no se reanudó hasta 1948.

 
Hugo Meisl

Fue en esa fecha cuando la competición se reinició con el nombre de Copa Dr.Gerö. Entró en escena además otro equipo histórico, los Magiares Mágicos de Hungría. Liderados por Puskás, con algunos veteranos como Szusza, Egresi o Sándor Balogh y figuras en ciernes como Bozsik, Kocsis o Czibor se llevaron la competición por primera vez. Consiguieron victorias aplastantes ante Suiza, Austria o Italia en Roma pero también cayeron frente a los checoslovacos en Praga en su momento más débil en el torneo. Puskás se erigió como mejor goleador con 10 goles y los magiares culminaron un año 1953 espectacular tras vencer a Inglaterra en Wembley el 25 de noviembre.

La Copa Internacional de Europa Central se celebró por última ocasión entre 1955 y 1960, instante en que fue interrumpida de forma definitiva al nacer la Eurocopa. Yugoslavia acudió junto a suizos, italianos, austriacos, checoslovacos y húngaros a una cita en la que un nuevo país inscribió su nombre en el palmarés del torneo, Checoslovaquia. La Národní tým contaba con una generación de brillantes jugadores como Masopust, Novak, Pluskal, Scherer o Popluhar que en 1960 alcanzaron el tercer puesto en la recién creada Eurocopa y que dos años más tarde únicamente fue superada por Brasil en la Copa del Mundo de Chile. De los diez partidos que jugaron sólo perdieron ante Hungría en una competición que no conoció al ganador hasta los últimos encuentros. Los checoslovacos derrotaron a los italianos en Praga pero necesitaban un favor suyo tres semanas más tarde contra Hungría. Y la Azzurra cumplió. Firmaron tablas con los magiares en Florencia y por un punto de diferencia Checoslovaquia alzó el trofeo.

El equipo checoslovaco en 1958

lunes, 29 de agosto de 2016

Györgi Sárosi "El buque insignia de las Águilas Verdes"

Una de las primeras grandes estrellas del fútbol húngaro. Considerado de los mejores del mundo en su puesto en la década de los 30, desarrolló toda su carrera en el Ferencváros. Además también jugó dos Copas del Mundo con la selección magiar para posteriormente ser un reputado entrenador en el calcio italiano. Nacido el 5 de agosto de 1912 en Budapest (Hungría), fue un futbolista muy polivalente. Podía actuar como defensa central, interior y también en punta, posición en la que finalmente se instaló. Jugador completísimo, tenía rapidez, técnica, elegancia con el balón en los pies, versatilidad, un gran juego aéreo y eficacia de cara a gol. Se le conoció con el apelativo del "Doctor".

Con la camiseta del Ferencváros
De padre húngaro y madre italiana y con un apellido original de Stefanicsics, el joven Györgi en un principio no quería dedicarse al fútbol. Él prefería estudiar derecho y comenzó la carrera hasta que su padre, un sastre sin trabajo fijo, le animó a que probase con el balompié dada la gran depresión que sacudía el mundo en aquellos días. Sárosi entró en la cantera del Ferencváros con 15 años y allí discurrió toda su trayectoria deportiva.
Comenzó como defensa central gracias a su estatura de 1,86 cm pero pronto fue avanzando de puesto en el terreno de juego hasta situarse en el frente del ataque. Su primer título con las Águilas Verdes llegó en 1932 con la consecución de la Liga y un curso después logró la Copa al derrotar al Újpest por 11-1 (anotó tres goles y dio cuatro asistencias) en la final. Los blanquiverdes completaron varios años de grandes cosechas en Hungría dada la aportación de Sárosi y otros internacionales como el portero Háda, Korányi, Polgár, Toldi, Lázár, Tänzer o Kemény.
En 1934 y 1938 dos nuevas Ligas adornaron las vitrinas del club a lo que hay que sumar otro torneo copero en 1935. Pero esos éxitos no se quedaron solo en su país al levantar uno de los trofeos más importantes a nivel europeo de la época, la Copa Mitropa. Sárosi ya había participado en 1935 siendo el máximo goleador con 9 goles, pero dos años después se superó al anotar 12 y tener un papel fundamental para que el Ferencváros se hiciese con el entorchado. En aquella edición se deshicieron primero del Slavia de Praga y luego del First Vienna tras un choque de desempate. En semis eliminaron al potente FK Austria de Sindelar y en la final se vieron las caras con el Lazio. En Budapest Sárosi firmó un gran hat-trick en la victoria por 4-2 y en la vuelta en Roma volvió a ser una pesadilla para los capitalinos. El partido finalizó 4-5 y el delantero magiar logró otros tres goles superando en su duelo particular al transalpino Silvio Piola.
Con la llegada de los años 40 tanto el Ferencváros como su buque insignia continuaron cosechando éxitos en forma de triunfos y títulos. Las Águilas Verdes consiguieron por primera vez desde 1928 dos títulos de Liga seguidos en 1940 y 1940 siendo el capocannoniere de la competición Sárosi con 23 y 29 goles, que de esta forma se llevaba el premio de mejor goleador por tercera vez tras el logrado en 1936 con 36 goles. Además en la Copa también tuvieron un poder hegemónico poco tiempo más tarde al llevarse las ediciones de 1942, 1943 y 1944 al imponerse a Diósgyör, Salgótarján y CFR Cluj. 
El polivalente jugador siguió en activo durante cuatro campañas más aunque en esa etapa no volvió a conocer el triunfo con su equipo. Se retiró en 1948 con 36 años y dejando unas estadísticas asombrosas de 382 partidos oficiales y 351 tantos, que aún en la actualidad le proclaman como el jugador que más veces ha marcado con la elástica blanquiverde. 


Ferencváros 1933
Hungría 1938

















Con la selección húngara fue internacional en 62 ocasiones, marcando un total de 42 goles, lo que le permitió ser el segundo mejor realizador del equipo nacional a su retirada solo por detrás de Schlosser. Hizo su debut en 1931 en un amistoso frente a Yugoslavia en el que cayeron por 3-2. Unos meses más tarde participó junto a los Lazar, Istvan Avar, Turay, Hirzer o Toldi en la Copa Internacional de la Europa Central del año 1931-1932. Sárosi jugó cuatro partidos aunque en uno solo pudo saborear el triunfo, ante Checoslovaquia en Budapest por 2-1.
El año 1933 fue muy importante para el delantero puesto que estrenó capitanía y logró su primer gol con Hungría. En un choque amistoso contra los Países Bajos en Amsterdam que se resolvió con victoria visitante por 1-2 portó el brazalete por primera vez, mientras que la diana llegó en otro partido no oficial esta vez frente a Suecia en Solna donde sucumbieron con claridad. Ese año dio comienzo otra edición de la Copa Internacional de la Europa Central en la que se destapó como goleador. Hungría no pudo alzarse con el título pero el jugador del Ferencváros brilló con 7 goles, empatando con el suizo Kielhodz en la tabla de máximos artilleros. 
Entre medias de esa competición se celebró el Mundial de Italia. Los húngaros compartieron grupo de clasificación con Austria y Bulgaria y accedieron a la fase final. Sárosi actuó en el primer partido contra los búlgaros y encarriló el triunfo con el primer tanto de su selección en la victoria por 1-4. Posteriormente entró en la lista de Odon Nadas para la Copa del Mundo. Suplente ante Egipto si disputó los cuartos de final ante Austria. En un partido reñido y siempre muy importante dada la rivalidad de ambos países Sárosi anotó de penalti pero los austriacos se llevaron el triunfo y el pase a semifinales.
En el siguiente periodo entre Mundiales la estrella de las Águilas Verdes volvió a ser la figura de su equipo en la Copa Internacional de la Europa Central. Logró 10 tantos y era el máximo realizador de la competición hasta que se interrumpió. En ese instante Hungría lideraba la clasificación por delante de Italia y Checoslovaquia pero nunca pudo adjudicarse el trofeo. Los magiares con Sárosi en el once derrotaron a suizos tanto en casa como en Basilea, a los austriacos en Viena y a los checoslovacos en Budapest en la mejor tarde como internacional del delantero que consiguió siete de los ocho goles de su país.
Poco después ya en 1938 jugó su segundo Mundial en el que tendría más protagonismo que en el celebrado en Italia. Titular indiscutible junto a los Szabó, Biro, Szucs, Titkos o Zsengeller marcó en todos los partidos que participó. En octavos Hungría barrió a las Indias Orientales Neerlandesas y en cuartos superó a Suiza. En semifinales en París Suecia tampoco fue rival y llegaron a la final contra Italia en Colombes. Sin embargo los actuales campeones impusieron su poderío y les doblegaron 4-2 pese al tanto de penalti materializado por Sárosi en el minuto 70.
Con el inicio de la II Guerra Mundial no hubo más competiciones futbolísticas durante casi una década y el punta húngaro solo disputó partidos amistosos. En cuatro de ellos amplió su cuenta anotadora con un tanto contra Escocia, otro ante Yugoslavia, un doblete frente a Suecia y el último a Rumania pero su despedida fue agria al marcharse después de un amistoso contra los suecos en Budapest que concluyó con el resultado de 2-7.

Además también formó parte del partido entre un combinado de la Europa Central y otro de la Europa del Oeste disputado en Amsterdam en 1937. En su equipo se encontraban los italianos Olivieri, Rava, Andreolo, Meazza y Piola, sus compatriotas Sas o Lazar, los austriacos Schmaus y Sesta y el checoslovaco Nejedly. Mientras que en el cuadro rival destacaban los germanos Jakob y Goldbrunner, los belgas Voorhoof y Braine o el francés Delfour. El resultado fue de 1-3 para los centroeuropeos en un estadio Olímpico con 50.000 espectadores en las gradas.

Juventus 1951-1952
En su faceta como técnico debutó en las filas del Bari a finales de los años 40 donde estuvo dos temporadas. A continuación se marchó al Lucchese y en mitad de la temporada 1951-1952 firmó por la Juventus para sustituir a los interinos Combi y Bertolini. Con el cuadro bianconeri consiguió su gran éxito en los banquillos, el Scudetto de esa temporada. La Juventus sumó un total de 60 puntos y superó ampliamente al Milan y el Inter. Era una escuadra en la que destacaban entre otros Boniperti, los daneses Praest, John Hansen y Karl Aage Hansen, Mucinelli, Parola o Viola.
En 1953 abandonó el equipo turinés y se fue al Génova para entrenar hasta 1955. Su siguiente club fue la Roma en el curso 1955-1956 donde dirigió a Ghiggia, Dino Da Costa o el húngaro Nyers y al año siguiente tomó las riendas del Bolonia. Regresó temporalmente a la capital italiana en 1959 y con la llegada de los años 60 fue reclutado por el Brescia. Sus dos últimas experiencias en la parcela técnica tuvieron lugar en el Lugano suizo y en el Gruppo C, un equipo genovés que estaba encuadrado en la Serie D.

Tras su retirada continuó estudiando Derecho y finalmente acabó licenciándose. 

A finales del siglo XX fue elegido por la revista World Soccer en el puesto 89 de los mejores jugadores de la centuria, por delante por ejemplo de Kopa, Kubala, Gerson o Futre. Mientras que la IFFHS lo seleccionó en la posición 60 de los futbolistas europeos más destacados, empatado a votos con el luso Coluna.

Falleció en Génova el 20 de junio de 1993 a la edad de 80 años.

jueves, 28 de julio de 2016

Pat Jennings "El candado en el marco de la Norn Iron"

El mejor arquero de la historia de Irlanda del Norte y uno de los británicos más destacados junto a Gordon Banks o Peter Shilton. Su trayectoria fue larguísima al ponerse bajo palos durante casi 25 años y llegar a disputar más de 1.000 partidos con Tottenham y Arsenal como principales clubes. Nacido el 12 de junio de 1945 en Newry (Irlanda del Norte), fue un guardameta con un talento natural para la portería. Tranquilo, sobrio, seguro, siempre tomaba la decisión correcta y además era un maestro de la colocación y de la situación de uno contra uno ante el delantero rival.

Con su selección en el Mundial de México 1986
Sus inicios en el balompié tienen lugar en el Shamrock Rovers donde llega a los juveniles para posteriormente tener una breve incursión en el fútbol gaélico, concretamente en las filas del Newry United con el que logra una Copa junior de su país.
Allí le observaron un par de personas del Watford que lo firmaron para que fuese el arquero titular del equipo en la campaña 1963-1964. Cuajó un gran papel a lo largo de 48 encuentros y el Tottenham se adelantó a varios clubes pagando por su fichaje 27.000 libras en 1964. Jennings tenía 19 años recién cumplidos. 
Pronto adquirió la titularidad y así se mantuvo firme más de una década, batiendo numerosos récords de los spurs y además adornando su palmarés con importantes títulos a nivel nacional e internacional. Hasta en una ocasión marcó un tanto, fue en la Charity Shield de 1967 cuando realizó un saque de puerta que sorprendió al portero del Manchester United Stepney que no pudo detener su lanzamiento.
Unos meses antes el Tottenham había vencido en la FA Cup. En el torneo se deshicieron de Milwall, Bristol City, Birmingham City o Nottingham Forest para finalmente vencer en la gran final al Chelsea. Era un cuadro londinense donde además de Jennings destacaban Mullery, Venables, Mackay, Cliff Jones o Greaves. Los siguientes títulos ya fueron en la década de los 70, pero en tres años consecutivos se lograron dos Copas de la Liga y una Copa de la UEFA.
Las Copas de la Liga se obtuvieron en 1971 y 1973 al imponerse a Swansea, Sheffield United, WBA, Liverpool o Boro en otros equipos y ganar en la final al Aston Villa y el Norwich respectivamente. Mientras que para levantar el trofeo europeo eliminaron a Nantes, Rapid de Bucarest, UTA Arad o Milan y en la final doblegaron al también conjunto inglés del Wolverhampton por un global de 3-2. Ya no estaban Mackay, Greaves o Jones pero en su lugar habían llegado a la plantilla otros formidables futbolistas como Perryman, Chivers o Peters.
En esos años Jennings fue reconocido en Inglaterra por su gran desempeño y en dos ocasiones fue declarado mejor jugador del año. El primer galardón fue en 1973 por parte de la prensa y en 1976 fueron los futbolistas quienes premiaron su fenomenal rendimiento, algo que sólo Shilton posteriormente ha igualado bajo palos.
En 1977 llegó una de las grandes sorpresas en el panorama inglés con el traspaso del norirlandés al Arsenal, gran enemigo spurs. En el Tottenham se pensaba que con 32 años estaba en la cuesta abajo de su carrera y que ya no sería el mismo. Sin embargo en el Arsenal demostró lo contrario y fue el guardameta gunner durante ocho campañas. 
A nivel de títulos sólo añadió a sus estadísticas la FA Cup de 79 donde el Arsenal venció al Manchester United. Pero también hay que mencionar que perdió otras dos finales coperas ante Ipswich Town y West Ham y además la final de la Recopa del año 1980 contra el Valencia por penaltis compartiendo once con Pat Rice, David O`Leary, David Price o Liam Brady.
En 1983 fue el primer jugador del fútbol británico en superar los 1.000 partidos en la élite y en 1985 regresó al Tottenham donde se mantuvo activo como suplente con el fin de llegar en buenas condiciones al Mundial de México. Su último choque con los spurs fue en la Supercopa del curso 1985-1986 en un partido contra el Liverpool en el que encajó tres dianas. Posteriormente y semanas antes de la Copa del Mundo fue fichado por el Everton que tenía a su portero titular el galés Southall lesionado. Jennings ocupó el banquillo en la final de la FA Cup que les enfrentó al Liverpool con los reds como ganadores del título tras imponerse por 3-1.


Tottenham 1971
Irlanda del Norte 1982
Arsenal 1979



Con la selección norirlandesa estuvo en la portería en 119 encuentros oficiales, lo que le sitúa aún hoy en día como el jugador que más veces ha sido internacional por su país. Debutó y con victoria en un partido del British Home Championship del año 1964 ante Gales. La 'Nord Iron' venció por 2-3 en Swansea en un equipo donde también se estrenaba George Best y con esos dos puntos igualaron en la tabla a ingleses y escoceses con quien compartieron el trofeo de ganador.
A partir de entonces nadie le tosió en la meta del equipo nacional y se convirtió en imprescindible para Bertie Peacock. Sin embargo su aportación junto a la de Best, Nicholson o Terry Neill no fue suficiente para colocar a Irlanda del Norte en un gran torneo internacional de la época. Para los Mundiales de Inglaterra, México, Alemania y Argentina fueron superados por Suiza, la URSS, Bulgaria y Países Bajos respectivamente, mientras que para la Eurocopa de 1968, la de 1972, la del 76 y la de 1980 Inglaterra, la URSS, Yugoslavia y los pross otra vez les dejaron sin plaza.
En esos años lograron alguna victoria de prestigio como ante Inglaterra en Wembley en 1972, Suecia en Solna en 1974 o Yugoslavia en Belfast el año siguiente pero Jennings tuvo que esperar a la siguiente generación para conseguir nuevos hitos en su carrera internacional. Esa nueva hornada de futbolistas entre los que estaban Jimmy Nicholl, Gerry Armstrong o David McCreery resultó fundamental para ganar un pasaporte del Mundial de España en una fase de clasificación muy ajustada. Jennings titular en seis de los dos partidos sólo encajó dos tantos que fueron claves para que la 'Nord Iron' ocupase el segundo puesto de la liguilla tras los escoceses y se situara un punto por encima de Suecia. 
A la Copa del Mundo acudieron con humildad pero confiados en sus posibilidades y dieron la sorpresa en su grupo. Empataron sus dos primeros choques ante Yugoslavia y Honduras, cuyo delantero Laing batió a Jennings, pero en la tercera jornada ante los anfitriones se llevaron el triunfo por la mínima y pasaron de fase. En la segunda liguilla Bingham le dio la oportunidad a Platt en la portería con un resultado de 2-2 contra Austria y Jennings regresó frente a Francia para sufrir a Giresse y Rocheteau, lo que supuso el adiós al torneo de los norirlandeses.
Dos años más tarde y en plena calificación para el Mundial de México donde de nuevo obtuvieron un billete al dejar en la cuneta a rumanos, finlandeses y turcos, Jennings levantó su segundo y último British Home Championship. Las cuatro selecciones, Irlanda del Norte, Escocia, Gales e Inglaterra alcanzaron los tres puntos pero ya instaurada la diferencia de goles el 2-0 de la primera jornada contra Escocia fue fundamental para que el triunfo cayera en las manos de la 'Nord Iron'.
En suelo mexicano Bingham volvió a depositar toda la confianza en el meta por entonces del Arsenal que ya tenía 41 años. Los rivales de nuevo fueron muy complicados y esta vez no dieron la campanada. En el estreno igualaron con Argelia pero España se tomó cumplida revancha del 82 a continuación y Brasil les dio la puntilla final en la tercera jornada al doblegarles por 3-0. Ese partido celebrado en el estadio de Jalisco fue el último de la vida profesional de Jennings con el combinado norirlandés. 

Tras su retirada comenzó una etapa como entrenador de porteros del Tottenham en el que se mantuvo durante varias campañas. En la actualidad forma parte del hospitality de los spurs en los partidos que se juegan en casa, en el estadio de White Hart Lane.

En el 2000 la IFFHS le eligió como el 13er mejor portero del siglo XX y en 2003 fue incluido en el Salón de la Fama del fútbol inglés. 

domingo, 15 de mayo de 2016

Dimitar Yakimov "El poeta del fútbol búlgaro"

Unas de las primeras estrellas del balompié de Bulgaria, que tuvo una generación destacada de futbolistas en la década de los 60 y principios de los 70 con integrantes como Dimitar Penev, Peter Zhekov, Ivan Kolev, Georgi Aspahurov o el propio Yakimov. Mito además del CSKA de Sofía Hristo Stoichkov ha declarado en más de una ocasión que su gran ídolo de juventud fue el 'Poeta del fútbol'. Nacido el 12 de agosto de 1941 en Sofía (Bulgaria), se desempeñaba como centrocampista. Futbolista de mucho talento y excelente calidad técnica, tenía una enorme visión y gran capacidad para distribuir el juego. Además disponía de un preciso disparo y era muy trabajador y sacrificado en el aspecto defensivo. Se le conoció con el apelativo de "El Poeta del fútbol" o "Mitata".

Con la zamarra del CSKA
Inició su carrera con apenas 17 años en las filas del Septemvri Sofia, donde despuntó con su calidad y sus goles firmando dos campañas después por el CSKA capitalino en 1960. Su último partido con el club azul y rojo fue la final de Copa que les enfrentó al Lokomotiv Plovdiv. El cuadro dirigido por Stankov venció por 4-3 tras una agónica prórroga y levantó de esta forma el título más importante de la historia del club.
Yakimov en el CSKA se encontró con buena parte de la base del equipo nacional que entrenaba Krum Milev y vivió tres grandes periodos hegemónicos en el fútbol búlgaro. El primero fue nada más aterrizar cuando en apenas dos temporadas alzaron dos títulos de Liga y una Copa ante el Spartak Varna. En ese plantel por ejemplo ya figuraban Dimitrov, Kolev, Kovachev, Panayotov, Rakarov o el arquero Naydenov.
El segundo ciclo se produjo entre 1966 y 1969, momento en el que el CSKA añadió a su palmarés otras dos Ligas y dos torneos coperos frente a su rival en la capital el Levski. Se habían incorporado Dimitar Penev, Vasilev, Nikodimov, Marashliev o Metodiev y el equipo también tuvo un gran papel en la Copa de Europa de 1967. En dicha edición dejaron atrás al Sliema Wanderers con tres goles en la eliminatoria de Yakimov, al Olympiakos, el Górnik Zabrze polaco y el Linfield con una diana clave del medio en Sofía. En semis el Inter de Helenio Herrera les apeó de la final no sin dificultades tras empatar a uno en el Vasil Levski y vencer por la mínima en la vuelta con un gol de Capellini.
La tercera gran etapa de 'Los Rojos' fue ya en la década de los 70 en los últimos años de Yakimov como profesional en activo. Un bagaje de tres Campeonatos Nacionales entre 1971 y 1974 y tres Copas seguidas (1972, 1973 y 1974) redondearon un curriculum excelente para "Mitata" que además en la Liga de 1970-1971 se erigió como máximo goleador del equipo y de la competición con 26 dianas.
Al término del curso deportivo de 1974 y con 32 años Yakimov aún en buenas facultades físicas decidió poner punto final a su trayectoria como futbolista.

CSKA de Sofía 1970-1971
Bulgaria 1970
















Con la selección búlgara disputó 69 partidos en los que marcó nueve tantos. Su debut se produjo en 1959, en un amistoso ante Francia a la que vencieron por la mínima en Sofía. Apenas quince días después jugó su primer choque oficial de clasificación para la Euro de 1960. En la capital se vieron las caras con el potente cuadro yugoslavo con el que empataron a uno en un duelo muy duro. En el verano del 60 fue convocado por Stoyan Ormandjiev para los Juegos Olímpicos de Roma donde participó en los tres partidos de su equipo. Encuadrados en un grupo con Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Yugoslavia, derrotaron con claridad a los dos primeros países, mientras que ante los plavi empataron y por la diferencia de goles no pasaron de ronda.
Por entonces Yakimov ya había estrenado su cuenta goleadora en un choque amistoso contra los Países Bajos en Ámsterdam, pero su diana más importante estaba a punto de llegar. En la calificación para el Mundial de Chile, el medio fue un fijo en 'Los Leones'. Se perdió la visita a Colombes donde cayeron ante Francia pero disputó todos los minutos en la doble victoria ante Finlandia y en Sofía contra los bleus. Empatadas a puntos Francia y Bulgaria hubo un desempate en Milán en el que se decidió la plaza al Mundial. Bulgaria con un tanto de Yakimov en el minuto 47 tras batir a Bernard certificó su primera presencia en el mejor torneo de selecciones del mundo. Posteriormente en suelo chileno Pachedzhiev únicamente le dio la oportunidad de saltar al césped en el primer partido en el que fueron derrotados por Argentina. Luego perdieron de forma rotunda contra Hungría y aunque sacaron un valioso empate frente a Inglaterra resultaron eliminados. 
La gran generación búlgara volvió a repetir el éxito de la presencia mundialista cuatro años después. Yakimov apenas jugó dos partidos de clasificación, contra Israel en Tel Aviv y en el playoff decisivo frente a Bélgica con Aspahurov como héroe esta vez, pero en el Mundial inglés dispuso de más oportunidades que en Chile. Su grupo era durísimo con Brasil, Portugal y Hungría y regresaron a casa con cero puntos, cero goles y acusados de ser un cuadro muy agresivo por lo acontecido en el encuentro ante la verde-amarela donde Pelé cayó lesionado.
El único reto a partir de entonces fue intentar asistir a una Eurocopa pero Yakimov no lo logró. En 1968 lo rozaron cuando eliminaron en su grupo a Portugal, Suecia y Noruega pero en cuartos Italia que perdió por 3-2 en el Vasil Levski remontó en Nápoles con dianas de Prati y Domenghini. Semanas más tarde comenzó otra clasificación para el Mundial de México en el que estarían por tercera vez consecutiva. "El Poeta del fútbol" siguió siendo importante jugando a buen nivel contra Luxemburgo o los Países Bajos y tras sumar un punto más que Polonia finalizaron primeros de grupo. En el país azteca volvieron a no conocer la victoria y con Yakimov en el campo tras haberse perdido el duelo frente a Alemania Occidental, firmaron tablas con Marruecos y fueron doblegados por la mínima por el seleccionado peruano en el debut en el torneo.
La carrera internacional del centrocampista prosiguió unos años más hasta que se despidió de 'Los Leones' en 1973, en una gira por Australia en la que disputaron tres partidos en cuatro días frente a los 'socceroos' con un bagaje de un empate y dos victorias.

Al retirarse de los terrenos de juego tuvo una corta etapa como entrenador en la que se sentó en el banquillo del Olimpik Televen y pasó cuatro años en equipos de Chipre y Kuwait.